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Cabaña


Enviado por   •  25 de Septiembre de 2014  •  Síntesis  •  3.785 Palabras (16 Páginas)  •  216 Visitas

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La Cabaña” es un libro reciente que goza de gran popularidad en medios cristianos. Recientemente ha sido traducido al español y es por ello que consideramos necesario advertir a los cristianos de habla hispana de las aberraciones contenidas en esta obra. Se trata de una historia de ficción y narra la saga de un individuo llamado Mackenzie Allen Phillips (Mack en adelante) que pasó un fin de semana con Dios, específicamente con las tres personas de la Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) en una cabaña situada en un bosque.

Mack ha sufrido la terrible pérdida de una hija de seis años de edad a manos de un asesino en serie. Este evento lo ha dejado desvastado y mentalmente atormentado. El libro trata con la “sanación” de Mack por medio de una reunión con las personas de la Trinidad, quienes toman forma humana durante el encuentro.

A cuatro años de la tragedia, Mack recibe una nota de Dios invitándolo a conversar con él en la misma cabaña donde su hija fue asesinada. Aunque escéptico, Mack acude a la cita. Allí se encuentra con Dios Padre, una enorme mujer afro-estadounidense apasionada por la cocina (p.75) llamada “Papá” (p.78), el Espíritu Santo, una diminuta mujer asiática (p.76) semi-transparente de nombre “Sarayu” ['viento' o 'aire' en Sanskrit] (p.79), y Jesús, un hombre judío de apariencia árabe, vestido con mameluco de obrero, camisa a cuadros y herramientas de carpintero a la cintura (p.76-77). Alas, comienzan los diálogos.

La Deidad

Para aquellos que somos sensibles en el tema de la naturaleza de Dios y la veracidad de la Biblia, la descripción de los tres miembros de la Trinidad es suficiente para mirar con escepticismo el libro en su totalidad. Recordemos que al Padre nadie jamás lo ha visto (Jn. 1:18; 4:24; 5:37), el Espíritu Santo nunca se ha revelado en forma humana, y Jesús se apareció por última vez a Pablo (físicamente y con su gloria velada – 1 Co. 15:8) y a Juan (en forma glorificada en una visión – Ap. 1).

No menos preocupante es el hecho de que en la novela, el Padre (más que todo una madre) tiene cicatrices en las muñecas semejantes a las heridas de Cristo en la cruz (p.88). Esto es absolutamente erróneo. Primero, el Padre no fue crucificado; segundo, el Padre no tiene un cuerpo de carne y huesos como el Hijo (Jn. 4:24; Lc. 24:39). Alguien le podrá dar un significado simbólico a las cicatrices del Padre, pero, ¿es la representación del libro bíblicamente fiel? La aberración es confirmada más adelante cuando la enorme dama de color que personifica al Padre, habla de los tres miembros de la Deidad en esta forma: “Cuando los tres nos expresamos en la existencia humana como el Hijo de Dios, nos hicimos completamente humanos … nos convertimos en un ser de carne y hueso”. (p.92). La Biblia, por el contrario, no expresa en ningún pasaje que el Padre y el Espíritu Santo se convirtieron en humanos; esa fue una acción llevada a cabo solamente por la segunda Persona de la Trinidad, Jesucristo.

Curiosamente, existe una descripción acertada de la Trinidad en las palabras de Papá, dos páginas más adelante: “No somos tres dioses; no estamos hablando de un dios con tres actitudes, como un hombre que es esposo, padre y trabajador. Yo soy un Dios y soy tres personas, y cada una de las tres es plena y enteramente única” (p.94). Esto es correcto, pero lamentablemente es una de las pocas verdades teológicas de la novela. Todo libro peligroso para la fe cristiana tiene una dosis de verdad, y “La Cabaña” es uno de ellos.

He aquí otro ejemplo de distorsión de la naturaleza de Dios: La Cabaña, o en su defecto, Mack (y por ende el autor, Paul Young), revela un actitud de desprecio hacia la teología en general. Como todo libro o persona que hace esto, demuestran su hipocresía cuando deprecian la teología de la iglesia pero al mismo tiempo tratan de imponer la de ellos. “Olvídense de la doctrina que le enseñaron, mejor adopte esta otra doctrina”, parece ser el mensaje detrás del mensaje. Veamos un ejemplo del libro; en una conversación de sobremesa, Mack inquiere sobre el tema de jerarquías dentro de la Trinidad: “Saben a que me refiero … a quién está a cargo. ¿No tienen una cadena de mando?” A esto Jesús contesta: “¿Cadena de mando? ¡Eso suena horrible!”. Acto seguido, tanto Jesús como el Padre prorrumpen en risas burlonas. Para consuelo de Mack, Sarayu (el Espíritu Santo) interviene diciendo que no les haga caso, que sólo están jugando con él, y pasa a explicarle que los miembros de la Trinidad “no tenemos ningún concepto de autoridad suprema entre nosotros, sólo de unidad … lo que ves aquí es relación sin ninguna capa de poder… la jerarquía no tendría ningún sentido entre nosotros (pp.116,117) … Así que [los hombres] piensan que Dios debe relacionarse dentro de una jerarquía, como ustedes. Pero eso no es así” (p.119).

Esto ignora completamente la doctrina de la Trinidad Económica, la cual define y describe cómo se relacionan los miembros de la Deidad entre ellos y con nosotros. Por ejemplo, el Padre envía al Hijo, no a la inversa (Jn. 6:44; 8:18; 10:36; 1 Jn. 4:14); Jesús bajó del cielo no para hacer su voluntad sino la del Padre (Jn. 6:38). Dios es la cabeza de Cristo (1 Co. 11:3). La creación está sujeta a Cristo y Jesús estará sujeto al Padre por la eternidad (1 Co. 15:27-28). Jesús envía al Espíritu Santo (Jn.14:26; 16:7). Esto significa que, contrario a lo que propone el autor de La Cabaña, existe una jerarquía en la Trinidad. La novela se opone aquí a la revelación bíblica.

Jesús

En una de las tantas conversaciones con Mack, Papá (Dios Padre, la mujer afro-estadounidense) dice: “Aunque por naturaleza él es completamente Dios, Jesús también es completamente humano … y vive como tal … momento a momento decide permanecer en el suelo” (p.92). Es propio aclarar que “permanecer en el suelo”, siguiendo la imagen literaria del contexto inmediato, puede entenderse apropiadamente como “permanecer siendo solamente humano”. Si bien la declaración de Papá comienza con una verdad, o sea, Jesús es “completamente Dios y completamente humano”, lo que sigue y sus implicaciones son radicalmente antibíblicas. Cuando Mack le pregunta a Papá cómo Jesús pudo hacer milagros, curaciones y levantar gente de entre los muertos, Papá no duda en decir que Jesús hacía todo eso “como un ser humano dependiente y limitado que confiaba en que mi vida y poder actuaban dentro de él y a través de él. Jesús, como humano, no tenía poder en sí mismo para curar a nadie” [subrayado nuestro] (p.93).

La verdad es que aquí hay suficientes elementos de verdad como para confundir hasta al mejor teólogo. En realidad Jesús no fue solamente humano durante la encarnación; tampoco cesó de ser plenamente

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