Camecuaro
Enviado por juan310812 • 5 de Febrero de 2014 • 663 Palabras (3 Páginas) • 376 Visitas
Camécuaro, es un pequeño lago, un vaso natural de aguas límpidas y transparentes cuyas márgenes están limitadas por las multiformes raíces de ahuehuetes o sabinos milenarios.
Su flujo permanente nace de un sinnúmero de manantiales que borbotean el agua casi a flor de tierra, y la confluencia de sus aguas, a la altura de un lugar llamado Las Adjuntas, con la de los ríos de Tlazazalca, Chilchota y La Huarucha, forman el caudal del Río Duero, padre vivificante de la cuenca agrícola zamorana o del noroeste michoacano.
«Camécuaro», según algunos estudiosos [filólogos y etnolingüístas) quiere decir «lugar de aguas amargas», o «lugar de hierbas amargas», en apoyo a esta teoría fray Juan Bautista Lagunas explica que procede de los vocablos p’orhe cameni: amargo; kua: cubierto u oculto y ro: como indicativo de lugar, de donde resultaría «lugar de la amargura oculta».
Según la definición del licenciado Eduardo Ruiz, la etimología de la palabra es la siguiente: del verbo huacameni -caer en un estanque hondo-, y la misma partícula ro que es indicativo de lugar, se forma la palabra huacámecuaro: «lugar donde caen al estanque»; y reafirma el profesor Francisco Elizalde en su Descripción del Escudo de Armas de Tangancícuaro:
«Camécuaro, donde se meten apresuradamente al agua». La posible razón de este nombre es que en las márgenes del lago vivía un animal muy apreciado por la finura de su piel, la nutria [Lutra annectens), cuya defensa ante la presencia del hombre consistía en echarse rápidamente a nadar. En la actualidad esta especie está extinta en la región [1]. Consideramos que la diversidad de propuestas sobre la etimología del vocablo «Camécuaro» y las opiniones sobre sus posibles significados más que llamar a confusión engrandece nuestra cultura y enriquecen nuestras tradiciones.
En la época de esplendor del Imperio p’orhé, se construyó junto a la margen izquierda del río una yácata que servía de adoratorio de Cutzé. La imaginación de los sacerdotes pobló de dioses tutelares la naturaleza del lago y su invención mitológica y épica tejió hermosas leyendas. Por desgracia la ignorancia, el tráfico ilegal de antigüedades y uno que otro ‘arqueólogo’ aficionado, destruyeron los restos arqueológicos y sólo quedaron en el recuerdo de los viejos memoriosos algunas leyendas.
Para preservar la integridad del lago y de sus milenarios sabinos, fue declarado Parque Nacional por decreto presidencial el 8 de marzo de 1941, Y ha pasado a poder de la Sub-Secretaría Forestal y de la Fauna primero, y después a la Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología. Por acuerdo del 6 de octubre de 1978, firmado por el Ejecutivo del Estado, se reintegró a poder del municipio de Tangancícuaro, y desde el 11 de octubre de 1979 su administración está en manos de un Patronato Municipal.
Para cantar su belleza, describir toda la gama de colores
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