Campañas educativas de estrategias psicológicas para la prevención de los desastres
Enviado por hectmarys • 4 de Febrero de 2017 • Documentos de Investigación • 1.328 Palabras (6 Páginas) • 266 Visitas
República Bolivariana de Venezuela
Ministerio del Poder Popular para La Defensa
Universidad Nacional Experimental Politécnica de la Fuerza Armada
Carrera: Administración de Desastre. Sección: Add-1s-D-01
Campañas educativas de estrategias psicológicas para la prevención de los desastres
PROFESOR:
Somer Escobar INTEGRANTES:
Introducción
Los diferentes desastres ocurridos en nuestro país en los últimos 25 años que van desde el terremoto de Popayán 1983, pasando por la toma del Palacio de Justicia 1985, el deslizamiento de tierra en Villatina 1987, la oleada terrorista 1988-1991, terremoto de Murindó y el Atráto Medio 1992, deslizamientos en Fredonia, el incendio del Barrio Moravia de Medellín, las inundaciones de la Costa, solo por mencionar algunos, dejaron grandes marcas, que perturbaron la salud física, mental y emocional de los ciudadanos afectados por estos desastres; debido a esto se mostro la necesidad de tomar la iniciativa de crear campañas educativas para preparar a los ciudadanos psicológicamente, como actuar ante un desastre.
Prevención de desastres
Para poder prevenir un desastre tenemos que tener bien claro que es un desastre. Cuando hablamos de desastres nos referimos a las enormes pérdidas humanas y materiales que ocasionan algunos eventos o fenómenos en las comunidades como terremotos, erupciones volcánicas, inundaciones, deslizamientos de tierra, deforestación, contaminación ambiental y otros
La mayoría de nosotros creemos que los desastres en la vida no nos van a afectar, son inevitables o son porque nos tocaba. Pero la verdad es muy distinta, los desastres afectan a todos, en mayor o menor proporción pero a todos y sus efectos generalmente son costosos y dolorosos, siendo más afectados aquellos que no se encuentran preparados para enfrentarlos.
Siempre que ocurre una emergencia, en cualquier lugar del mundo, los cuerpos de socorro, demoran en llegar mientras se informa de lo ocurrido y se desplazan a atenderla, entre tanto todos debemos saber cómo enfrentar la situación psicológicamente y cómo reducir sus efectos.
Los desastres pueden perturbar la vida de un individuo de muchas maneras. Tras un desastre, las edificaciones de su hogar o de su escuela pueden quedar dañadas o incluso destruidas. Puede perderse el acceso a la electricidad o al agua potable. Es posible que el individuo pierda a algún amigo o a algún miembro de su familia, o vea imágenes perturbadoras a su alrededor o en la televisión. Su vida cotidiana puede sufrir una conmoción considerable. Todos estos cambios violentos pueden tener un efecto prejudicial sobre su salud mental. Cuando se sobrevive a un desastre, puede verse perturbada la salud física, mental y emocional del individuo. Es normal tener ciertas reacciones ante los desastres, pero pueden ser manejadas si se tiene un conocimiento previo de cómo actuar ante esta situación; los pasos a seguir ante un trastorno por estrés postraumático son:
Tranquilizar al sujeto explicando que es parte de una respuesta psicológica normal pero transitoria ante una situación de crisis. Inducir liberación emocional para favorecer desahogo psicológico, escuchando empáticamente, sin cometer juicios de valor. Inducir al sujeto a socialización con familiares, amigos, o conocidos que hayan pasado por una situación similar, con quienes se identifique y comparta experiencias. Activar las estrategias a seguir a el sujeto para afrontar la situación. Establecer pasos, metas y decisiones centrados en el “aquí y ahora” para solucionar la crisis tomando en cuenta repetir el proceso de la intervención psicológica cuando sea necesario.
Las personas afectadas por un desastre presentan las siguientes consecuencias psicológicas; divididas en tres etapas:
La primera etapa de respuesta después de un desastre está caracterizada por sentimientos de miedo, conmoción, ansiedad, desconsuelo o alivio de que otros miembros de la familia hayan sobrevivido
La segunda etapa de respuesta después del desastre puede presentarse varias semanas después del mismo. El afectado puede volverse más exigente, irritable o necesitado. Los más grandes pueden experimentar síntomas físicos como alteraciones del apetito, constipación, dolor de cabeza o falta de sueño. Los niños durante un juego pueden manifestar enojo, hostilidad y violencia hacia otros. Algunos pueden usar el juego para recrear detalles del desastre. Éste es un mecanismo de defensa. También pueden exhibir “pensamientos mágicos”, cambiando el resultado final del desastre. Algunos incluso pueden creer que son responsables del desastre. Pueden aparecer sentimientos de culpa. Los adolescentes pueden empezar a experimentar sentimientos marcados de insatisfacción o amargura si no se restablece rápidamente la estructura de su vida. Otros podrán apartarse de las circunstancias sociales o perder interés en actividades que antes disfrutaban. Algunos especialistas consideran que estas respuestas son normales dentro de las primeras semanas siguientes al desastre.
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