Capital Hunmano
Enviado por elissaaaa • 2 de Agosto de 2012 • 2.227 Palabras (9 Páginas) • 335 Visitas
or sobre lo que marcan las normas contables, los responsables de los negocios y aquellos que buscan invertir en ellos, manifiestan nuevas y crecientes necesidades de información relacionada con el valor de los activos intangibles, tanto en lo atinente al conocimiento como aquellos inherentes a la relación de la organización con su entorno y a la utilización eficiente de su estructura operativa.
I. Introducción
Es necesario plantear nuevas necesidades de información directamente relacionadas con el Capital Intelectual (1) que, una vez identificados estos activos, faciliten su medición y control.
Por lo general, el valor real de una empresa no coincide con lo que dicen sus balances y registros contables. Esto sucede porque la contabilidad sólo refleja algunos de los activos y a otros los desconoce en forma absoluta.
Resulta sencillo, entonces, determinar una ecuación matemática:
VR = VL + VNR
donde:
VR = Valor Real de la Empresa
VL = Valor de Libros
VNR = Valor no Registrado por los Libros
En este caso, la incógnita a resolver es el valor de los activos que no se registran contablemente y que usualmente son llamados “fondo de comercio”, “valor agregado de mercado”, “conocimiento de la empresa”, “capital intelectual”, etc.
La preocupación empresarial, a partir del reconocimiento del valor que representan, es conocer los resultados de su gestión, y los registros contables contribuyen poco y nada como medio informativo. El problema a resolver es que se sabe lo que hay que hacer, pero la dificultad está en cómo hacerlo.
Desde la década del setenta, y con mucha más fuerza a partir del último quinquenio del siglo pasado, han surgido sistemas de control que, en su proceso integracional, no se contentan con desarrollar indicadores financieros, sino que avanzan sobre elementos de la empresa que no son tenidos en cuenta por la contabilidad tradicional.
Estos sistemas, conocidos generalmente como Tablero de Comando, Cuadro de Mando Integral, BSC(2), etc., procuran incorporar al régimen de lo medible (indicadores) los activos no reconocidos contablemente, entre los que se encuentran los referentes al capital intelectual.
Partiendo de la premisa de que “lo que no se mide no se gestiona”(3) y teniendo en cuenta el lugar que los activos intangibles están ocupando en la gestión empresarial, es comprensible la preocupación de los directivos de las organizaciones por tener información útil referida a este factor clave para el éxito empresarial.
De las diferentes formas en que se puede encarar el estudio de estos activos con la intención de obtener mecánicas para su mejor gestión y control, he decidido seguir las que emanan del modelo INTELAC de Euroforum(4) que, aparte de resultar claras y precisas, tienen una amplia difusión.
De acuerdo a este criterio, el Capital Intelectual está formado por el Capital Humano, el Capital Relacional y el Capital Estructural, y a ellos hago referencia en los apartados que continúan.
II. El Capital Humano
Las empresas no consiguen el valor agregado solamente a través del control de sus costos, el uso eficiente de sus recursos y el manejo de sus estrategias de comercialización. Hoy, el factor determinante pasa por el desarrollo y aprovechamiento del Capital Humano.
El Capital Humano es la base que da origen a los otros dos tipos de Capital Intelectual. Comprende el conocimiento, la competencia, los valores y el potencial innovador de los individuos dentro de la organización y su capacidad de aprender.
Tiene como característica distintiva que las empresas no lo pueden comprar, sólo contratarlo durante un tiempo determinado y utilizarlo en ese período.
Por ello es sumamente importante la acción empresarial destinada a atraerlo, desarrollarlo y tratar de fidelizarlo, así como también hacer funcionar la gestión de desempeño, tendiente a medirlo y controlarlo con la mayor eficiencia y eficacia posibles.
Entonces, las funciones de análisis y desempeño de los individuos que conforman el Capital Humano de una organización se transforma en una herramienta sensible y de gran utilidad para determinar el valor de estos activos intangibles y, mediante la comparación en el tiempo, analizar los resultados de la gestión empresarial y proyectar tendencias de evolución futura.
Entre los elementos que deben ser considerados en este proceso de darle mayor grado de formalismo integral al estudio y medición del capital humano, se encuentran:
Cómo está conformado el plantel de una organización, con una calificación que indique qué áreas están bien cubiertas y cuáles no.
El análisis de desempeño realizado con responsabilidad profesional y con continuidad en el tiempo.
Estudios que midan el grado de satisfacción del personal.
Programas de capacitación que incluyan análisis de los resultados alcanzados, etc.
Desarrollar esta función de la manera más objetiva posible y efectuar determinaciones serias, manteniendo criterios de evaluación uniformes, son requisitos indispensables para darle confiabilidad y reconocimiento interno y fuera de la organización.
III. El Capital Relacional
El Capital Relacional recoge las formas de relación entre el ente y los diferentes agentes de su entorno, constituyendo éstos los clientes, proveedores, competidores, alianzas estratégicas, etc.
Se entiende por Capital Relacional al grupo de activos intangibles que mide la relación que un ente tiene con sus clientes, sus canales de distribución, proveedores, competidores, alianzas, etc. Es el conjunto de interacciones que mantiene la organización con su entorno exterior.
El valor de este intangible es importante para las empresas que tienen una comunicación muy fuerte con el exterior de la organización. De esta manera, suele serlo para aquellas que tienen una dependencia muy importante de sus proveedores, para las que compiten en mercados agresivos, para las que se apoyan en alianzas y estrategias de coopetencia, etc.
Es común que cuando se habla de marketing relacional se lo vincule directamente con los distintos programas de fidelización que ponen en marcha las organizaciones con el afán de retener a sus clientes. Esta herramienta, de gran utilidad en la actividad económica, es una de las tantas que conforman el desarrollo del Capital Relacional.
Las técnicas de benchmarking representan un instrumento idóneo para mejorar la eficacia empresarial
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