Capital humano para un México con Educación de Calidad
Enviado por jdgfhf • 19 de Agosto de 2014 • Tutorial • 2.807 Palabras (12 Páginas) • 310 Visitas
Capital humano
para un México con
Educación de Calidad
Un México con Educación de Calidad requiere
robustecer el capital humano y formar mujeres y
hombres comprometidos con una sociedad más
justa y más próspera. El Sistema Educativo Mexicano
debe fortalecerse para estar a la altura de las
necesidades que un mundo globalizado demanda.
Los resultados de las pruebas estandarizadas
de logro académico muestran avances que, sin
embargo, no son suficientes. La falta de educación
es una barrera para el desarrollo productivo del
país ya que limita la capacidad de la población para
comunicarse de una manera eficiente, trabajar en
equipo, resolver problemas, usar efectivamente las
tecnologías de la información para adoptar procesos
y tecnologías superiores, así como para comprender
el entorno en el que vivimos y poder innovar.
La falta de capital humano no es sólo un reflejo de
un sistema de educación deficiente, también es
el resultado de una vinculación inadecuada entre
los sectores educativo, empresarial y social. Los
trabajadores mexicanos en el extranjero pueden
y alcanzan niveles de productividad sobresalientes
bajo cualquier medida. Por ello, en México se
debe proveer a nuestra población con la más alta
plataforma para el desarrollo de sus habilidades.
A diferencia de otras generaciones, los jóvenes
tienen a la mano el acceso a una gran cantidad
de información. Sin embargo, en ocasiones
carecen de las herramientas o de las habilidades
para procesarla de manera efectiva y extraer
lo que será útil o importante. Nuestros jóvenes
requieren un camino claro para insertarse en la
vida productiva. Los mexicanos de hoy deberán
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responder a un nuevo paradigma donde las
oportunidades de trabajo no sólo se buscan sino
que en ocasiones deben inventarse. La dinámica
de avance tecnológico y la globalización demandan
jóvenes capaces de innovar. Ante esta coyuntura, la
educación deberá estar en estrecha vinculación con
la investigación y con la vida productiva del país.
La nación en su conjunto debe invertir en actividades
y servicios que generen valor agregado de una forma
sostenible. En este sentido, se debe incrementar el
nivel de inversión –pública y privada– en ciencia y
tecnología, así como su efectividad. El reto es hacer
de México una dinámica y fortalecida Sociedad del
Conocimiento.
Igualdad de oportunidades
para un México Próspero
La igualdad de oportunidades es fundamental
para impulsar un México Próspero. Existen
factores geográficos e históricos que limitan el
desarrollo de algunas regiones del país y existen
factores regulatorios que en ocasiones han
privilegiado a empresas establecidas sobre nuevos
emprendedores.
Los factores geográficos son relevantes para
el desarrollo de una nación, ya que se pueden
traducir en una barrera para la difusión de la
productividad, así como para el flujo de bienes y
servicios entre regiones. Las comunidades aisladas
geográficamente en México son también aquellas
con un mayor índice de marginación y pobreza.
En el mismo sentido, en ocasiones el crecimiento
desordenado de algunas zonas metropolitanas
en México se ha traducido en ciudades donde las
distancias representan una barrera para el flujo de
personas y bienes hacia los puestos de trabajo y
mercados en los que se puede generar el mayor
beneficio.
Por otro lado, existen barreras regulatorias que
impiden a las empresas más productivas crecer
y ganar mercado sobre las menos productivas.
Existen diversos sectores en la economía mexicana
donde la falta de regulación apropiada o la falta de
una adecuada implementación de la ley permiten
que algunas empresas limiten la entrada a nuevos
competidores. Lo anterior se traduce en un cobro
excesivo por bienes y servicios, una escasa oferta
de productos y en empresas con bajos incentivos a
innovar e incrementar la calidad.
En México, las empresas e individuos deben tener
pleno acceso a insumos estratégicos, tales como
financiamiento, energía y las telecomunicaciones.
Cuando existen problemas de acceso a estos
insumos, con calidad y precios competitivos, se
limita el desarrollo ya que se incrementan los costos
de operación y se reduce la inversión en proyectos
productivos.
México requiere una nueva política de fomento
económico de cara a los retos que se nos presentan
en el siglo XXI. En el pasado, diversos países, incluido
México, siguieron políticas industriales que tenían
como objeto fortalecer el aparato productivo
interno, sustituir importaciones y proteger a la
industria nacional frente a la competencia. Sin
embargo, con el paso del tiempo las políticas
industriales acabaron por traducirse en una mayor
intervención del Estado en el aparato productivo,
una menor libertad y competencia, y un
desplazamiento de la iniciativa privada
en la provisión de bienes y servicios en la
economía. De esta forma, se crearon distorsiones
en los mercados, excesos de regulación e
ineficiencias que acabaron por mermar el dinamismo
de diversas economías y, en última instancia,
disminuyeron el nivel de vida de sus habitantes.
Así, la política industrial cayó en desprestigio y
gran parte de los países se orientaron a una menor
intervención del Estado en la economía. México fue
quizás uno de los países en donde el péndulo fluctuó
más que en ningún otro hacia la no intervención.
No obstante, diversas naciones han decidido apoyar
ampliamente a sus sectores productivos –incluido
el industrial–, no a través del otorgamiento de subsidios
o por medio de la participación expresa del
Estado en la actividad como se hacía antes, sino a
partir del rol que juegan los gobiernos para eliminar
obstáculos, fomentar la orientación hacia mercados
o sectores estratégicos, la desregulación, y la
coordinación entre diversos agentes y órdenes de
gobierno.
Hoy se
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