Capitalismo Post-industrial
Enviado por damarisrobles • 29 de Octubre de 2013 • 1.216 Palabras (5 Páginas) • 5.113 Visitas
CAPITALISMO POST-INDUSTRIAL
El capitalismo puede entenderse, desde un punto de vista histórico, como un modo de producción que se abrió paso ya desde los albores de la edad moderna pero que se consolido en el periodo de la revolución industrial expandiéndose por toda Europa durante el siglo XIX, época en la cual implanto su dominio por casi todo el mundo.
Se trata de un sistema cuya estructura económica se caracteriza por la propiedad privada de los medios de producción (riqueza, instrumentos de trabajo y tecnología), así como el establecimiento de un mercado libre cuyos agentes actúan emancipados de toda trata política, religiosa o étnica para realizar sus mutuos intercambios. Este sistema se caracteriza por la formación de una clase dirigente que basa su premacía económica no tanto sus privilegios fundados por la tradición y avalados por la costumbre, la religión o la preponderancia racial, sino en la capacidad de aumentar la riqueza mediante el “negocio”.
El capitalismo constituye el legado y la concreción de un modo de pensar que se abrió paso en Europa por el protestantismo de Martin Lutero (1483-1546), pero sobre todo gracias al calvinismo, ideología con base en la cual tendía a valorarse como altamente positiva la búsqueda de la salvación individual por medio del trabajo mundano y de la “profesión”. Un signo de pertenencia de grupo lo constituía la creación de riqueza mediante la laboriosidad y el ahorro.
En contraparte la concepción cristiana medieval, preservada por el catolicismo, planteaba el desprendimiento de los seres humanos respecto de las cosas materiales; un “consejo evangélico” era la separación, por la vía sacerdotal, “del ruido mundanal y de sus ajetreos”.
Ya en el luteranismo, el termino vocación se transformó de tal modo que adquirió un significado similar al que actualmente conocemos como profesión. (El hombre es llamado por dios que implica separarse del “mundo profano”).
Ideas que apuntan a la importancia de trabajar con el fin de crear riqueza, no tanto con el disfrute y el despilfarro, sino para generar más trabajo. Esta mentalidad configuro la tipología del empresario moderno, con “iniciativa”, que acumula capital no para su propio beneficio, sino para crear más riqueza y contribuir de esta manera al enriquecimiento de la nación y el bienestar general.
Max Weber señalaba que son muchos los pueblos que aspiran a obtener una ganancia por medio de la producción o el comercio, aunque solo con el capitalismo pude lograrse una búsqueda “racional” de ese beneficio. Marx afirmaba que en el capitalismo los hombres se relacionaban entre sí por medio de las cosas.
A mediados del siglo XX nació un capitalismo con nuevas bases y que, además de gravitar en torno de la producción comenzó a hacerlo alrededor de la economía en su conjunto, del consumo; un capitalismo que empezó a generar ahorro y que, en consecuencia, basado en las teorías keynesianas, promovió la inversión. La sagrada “ley de bronce”, según la cual los salarios servían para subsistir, debía ser abandonada, y se necesitaba reformular una política que constituyera como sujeto económico principal al consumidor, en vez del productor, incrementando el poder adquisitivo de todas las clases sociales, puesto que así podría alentarse el ahorro.
El nuevo capitalismo, por consiguiente, se abría paso con espíritu renovado, muy lejos del enfoque calvinista y puritano. Todo ello, pues, determino la creación del llamado neocapitalismo, así como una profunda transformación de los valores sociales, características de la llamada sociedad de consumo de la posguerra.
Dentro del neocapitalismo se reactiva el papel del estado en la economía pero, a diferencia de las economías comunistas de absoluto control estatal, se mantiene al sector privado.
Estamos ante un nuevo estado industrial
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