Cesar Torres
Enviado por cesaraogus • 23 de Octubre de 2014 • 555 Palabras (3 Páginas) • 178 Visitas
CONCLUSIONES
La ciencia, la educación y la tecnología son claves para el desarrollo de la región.
El verdadero cambio tomará tres o cuatro décadas si lo ponemos en marcha ya y hacemos lo recomendable. De otra forma llegaremos a la segunda mitad del siglo XXI sin haber resuelto el grave déficit con el que hoy vivimos. Para que esto realmente suceda se requiere políticas de Estado que permitan atender, de forma simultánea, tanto lo urgente como lo importante. De la misma manera, se debe prestar atención por igual a los rezagos que existen en nuestras sociedades y a las necesidades que los tiempos actuales nos presentan.
Sin embargo, no basta con atender pasado y presente, resulta necesario revisar las demandas que los retos del porvenir están planteando a nuestra sociedad. En todo caso hay que atender el fondo del problema y no sólo lo superficial. La pobreza, la injusticia, las brechas y los contrastes requieren de atención profunda, de medidas de fondo y de acciones que permitan realmente garantizar un futuro como el que nuestros países merecen.
Cuando nos preguntamos cómo hacerlo, se tiene que reconocer que la solución no es simple. Se debe dar prioridad política y presupuestal a la ciencia y la educación. Ésta es una primera e indispensable medida. Sin llegar a ese punto será imposible avanzar de otra forma. Por supuesto que están pendientes, incluso ahora, muchas de las reformas estructurales que se demandan. Nuestra sociedad va a quedar en deuda si no se impulsa la ética social, si no se generan valores y principios consecuentes con la historia, la tradición y la cultura de nuestros países. Esto es especialmente válido para el caso de las generaciones en proceso de formación.
Con el propósito de que las acciones anteriores se puedan llevar a efecto se requiere una gran capacidad de liderazgo, convocatoria para que los distintos sectores confíen en el futuro, capacidades para efectuar la concertación necesaria, y habilidades suficientes para que la operación política no sucumba frente a la realidad que hoy vivimos.
Es necesario lograr una mayor cobertura de la educación, sobre todo en los niveles secundarios y terciarios, así como en las áreas rurales y entre las poblaciones indígenas de nuestras naciones. Para ello requerimos políticas públicas e institucionales que permitan elevar el número de años de educación promedio, reducir la deserción y el abandono de los estudios, así como mejorar la pertinencia y calidad de la educación que se imparte.
La precaria situación de nuestros países, al igual que el dinámico contexto mundial, plantean importantes retos y desafíos a las instituciones de educación superior de América Latina, particularmente a las universidades públicas. Éstas deben abrirse a la sociedad, adoptar una actitud propositiva en cuanto a sus problemas y respecto de la agenda
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