Charla 5 Minutos - Aprenda a delegar

CHARLA  LUNES 27 DE NOVIEMBRE  2006

APRENDA A DELEGAR

UN SUPERVISOR a quien le gustaba  mantener una vigilancia férrea sobre los más pequeños detalles de las tareas que realizaban sus subordinados, le encomendó a uno de éstos un trabajo, y le preguntó inmediatamente cuánto tiempo le llevaría realizarlo.  El trabajador, quien conocía muy bien a su supervisor, le contestó: “aproximadamente dos horas, pero si usted me supervisa, perdón, me espía-quiero decir- cada dos minutos, posiblemente me llevará más de dos días”.

Esta respuesta contiene más verdad que ficción.  Los supervisores no pueden llegar a ser “gerentes efectivos” hasta que aprenden el arte de delegar a alguien un trabajo y a continuación quitarse del camino para dejar a la persona que lo realice como mejor sepa.  Pero esto no quiere decir que se deba delegar un trabajo y olvidarse completamente acerca del mismo.  Para conseguir los mejores resultados, es esencial mantener una supervisión periódica, no constante.

Es de sorprender cuántos supervisores, muy capaces por otra parte, fracasan en este punto crucial.  Piensan bien, planean bien y delegan inteligentemente, pero luego se olvidan totalmente de todo, hasta que se sorprenden de por qué los resultados no fueron como ellos esperaban.

El supervisar, con cuidado y metódicamente, para comprobar cómo se está llevando a cabo una tarea quizá no sea tan excitante como la planificación de la misma; pero el hacer esto es una parte esencial de una buena supervisión.

Los buenos supervisores dejan que sus subordinados realicen los trabajos por sí mismos, peor una vez que los delegan, no se separan nunca moral y mentalmente de los trabajos delegados, aunque estén separados físicamente de los mismos.  De alguna forma se mantienen cierto control para de esta forma poder saber en todo momento cómo se están llevando a cabo.

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En trabajos de rutina, puede que todo lo que hagan es acercarse de vez en cuando a la persona que realiza el trabajo para ver si tiene o no dificultades.  En trabajos más importantes, mantienen una supervisión más estrecha, para poder adelantarse a los peligros o dificultades que pudieran surgir.  Y siempre saben en todo momento en qué proceso de la operación están todos los trabajos.

Si bien es cierto que no se puede llegar a ser un buen supervisor sin saber delegar, tan cierto es que ningún supervisor puede llevar a cabo bien sus funciones si no supervisa bien los trabajos delegados.

“MAYOR PRODUCTIVIDAD AL MENOR RIESGO”

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