Ciencia Y Sociedad
Enviado por pedro141414 • 12 de Diciembre de 2012 • 2.497 Palabras (10 Páginas) • 282 Visitas
Es una realidad por todos vivida, que el hombre es fundamentalmente pensamiento y acción. Hay en él una necesidad espiritual que lo lleva a contemplaciones, reflexiones, teorizaciones acerca del mundo en que vive, movido a su vez, por su capacidad de actuar produciendo cambios que nacen de su creatividad.
En nuestro constante relacionarnos con lo cotidiano, el pensar soporta nuestra acción, produciéndose una relación necesaria entre hombre - naturaleza buscando mejorar nuestro diario vivir. Ahora bien, porqué siempre el pensar unido al hacer, ¿acaso no es posible hacer sin pensar?
En nuestra propuesta, pensar, tiene el sentido de idear mundos posibles que den lugar al goce espiritual que sentimos cuando nos acercamos al conocer. Pensar, reflexionar acerca del conocimiento científico, de sus teorías de sus descubrimientos, de sus verdades, produce por lo general sentimientos ambivalentes. El trasponer los límites internos de la ciencia, el avanzar más allá de la consistencia de las teorías, o de las complejas contrastaciones empíricas, para instalarnos en las consecuencias del saber nos alerta acerca de las consecuencias que los productos de la investigación pudieran producir.
En este sentido nuestra reflexión nos lleva más allá del conocer para introducirnos en el ámbito de lo práctico, lo útil, y de este modo plantearnos la necesidad de indagar acerca del rol social de la ciencia, de sus implicancias con la vida y la cultura de los pueblos, en tanto sus resultados nos involucran.
Nos proponemos hacer un análisis desde el ámbito de la filosofía de la ciencia, a fin de elucidar las relaciones entre "ética, ciencia y sociedad", poner a discusión sus interrelaciones, tratar de indagar sobre los peligros de su avance que al parecer acechan desde lo que se considera progreso científico.
Con el fin de delimitar el marco dentro del cual reflexionaremos, creemos necesario hacer algunas aclaraciones conceptuales. Respecto del término Etica, el mismo puede ser tomado como adjetivo aplicado a una acción, a un modo de ser, en tanto decimos que "son éticos o no". Alude a ciertas virtudes que valen tanto para el orden de la vida diaria, particular, como para la sociedad y el estado.
Así decimos algo es bueno, justo, valioso, y ese algo, es el acto moral en tanto alude a lo que está en relación con el deber. Etica es un concepto más amplio, "es la tematización del ethos", y en tal sentido tiene carácter reflexivo."El ethos, como fenómeno de la moralidad, comprende también todo esfuerzo por comprenderlo con lo cual da lugar a la paradoja de que la ética en cuanto tematización del ethos, resulta ser a la vez tematización de misma" (Maliandi,R.1991) . Sin embargo ethos como hecho moral no significa lo mismo que ética por cuanto ésta es una reflexión acerca de... aún cuando en la práctica se usen ambos términos como sinónimos.
En filosofía usamos el término ethos como hábito, costumbre, creencias morales, ethos como fenómeno basado en las normas y valores.
En cuanto a la reflexión "ethos", busca fundamentar las normas, a analizar el sentido de lo moral, esclarecer la relación norma - acción donde intervienen los valores. Delimitado el hecho moral, es posible reflexionar sobre él , de modo que entre lo que se da - acto, y el pensar cómo se da en función de ciertos principios, subyace la distinción entre moral y ética.
Otra diferencia importante es la referida a ética y axiología o teoría de los valores. En tal sentido no sólo hay valores morales, sino que los hay también, económicos , sociales, políticos, comunitarios, dando lugar a una categorización que varía según las épocas, porque muchas veces dependen de teorías más amplias, o de ideologías que imponen las prioridades.
Se ha instalado desde hace bastante tiempo, una discusión a veces sin respuestas, acerca de la relación entre ciencia y ética. Posturas antagónicas refieren al compromiso de la ciencia con los peligros que amenazan a la humanidad, frente a otras más moderadas que promueven las bondades que encontramos en nuestra sociedad como producto del conocimiento científico.
Cualquiera sea nuestra postura, es innegable que el conocer se originó por un lado, en inquietudes teóricas, en saber por saber como goce de la razón, y en el placer que se experimenta al ingresar en nuevos horizontes teóricos. Por otro lado el saber porqué, el procurar las causas que vuelven predictivas nuestras acciones, dio lugar al- conocer para qué- buscando nuevas situaciones, y soluciones concretas a los problemas para que nos ayuden a vivir mejor. Así el conocer significó, a la par que conocer por conocer, el conocer para lograr el bienestar , aunque ya Bacon hablaba del conocer como aliado del poder. De modo que desde sus primeras manifestaciones, el conocimiento científico se constituyó en una actividad eminentemente social, encaminada a buscar el bienestar del hombre. El punto de partida de la ciencia fue social, estuvo vinculada a la cultura y a otras actividades humanas que convivieron, y como lo señalan, tanto la historia de los pueblos, como la historia de la ciencia, se retroalimentaron.
El trabajo del científico no es un hacer aislado, al avizorar la posibilidad de conocer la trama íntima de la naturaleza, vio también el modo cómo hacer cosas para la humanidad. Fue más allá de la observación de los fenómenos de la naturaleza, tanto física como social, buscando intervenir en ellos. Se interesó por saber cómo se relacionan los fenómenos, por las leyes que los rigen, por las teorías y de ese modo el hacer - técnica- fue superado. Pudo también crear productos cada vez más sofisticados llegando de ese modo a propiciar un mundo nuevo, un mundo tecnológico puesto al servicio de la humanidad, contribuyendo con lo que conocemos como progreso científico.
Lo que en sus orígenes se consideró como valor objetivo y central en la ciencia, la verdad; con la tecnología se transformó en eficacia, para lo cual el hombre debió aportar herramientas y metodologías que ayuden a construir un mundo mejor tanto material como espiritual. Un mundo para actuar y reflexionar, porque se pensó que así se daría un lugar al ocio productivo. Al parecer el denominado progreso científico nos llevó a situaciones nuevas, imprevisibles, irrumpió en nuestras vidas, en nuestras creencias, alterando hasta "nuestros valores". Llegamos así, a la crisis actual y nos preguntamos, ¿Hasta dónde es la ciencia la responsable de esta situación?
Nos sorprenden afirmaciones como, "la defensa de un país debe ofrecer el apoyo impostergable a las investigaciones nucleares", "los avances de la biotecnología predicen consecuencias catastróficas", "la clonación servirá
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