Como Agua Para Chocolate, Fuego Y Pasión

Como resultado, los textos de estas mujeres se caracterizan por rasgos impugnadores que desarticulan el discurso dominante: la primacía de lo sensorial, lo erótico, la parodia e ironía, lo poético, la ambigüedad, la disolución de fronteras entre los géneros literarios, la reinterpretación de motivos filosóficos y culturales, la alteración de los esquemas femeninos tradicionales y la búsqueda, en mayor o menor medida, de una identidad perdida son constantes de esta narrativa.

Sin duda alguna, Laura Esquivel es la viva representación de ello, nacida en México el 30 de Septiembre de 1350, es un icono en la literatura hispana-femenina. Inicialmente escribió programas infantiles para la televisión Mexicana, fue allí donde su trabajo en televisión le dio estímulo para dedicarse a la escritura de guiones para cine, causando que posteriormente decidiera escribir “Como Agua para Chocolate”. El cual recalca la importancia de la cocina como la pieza más importante de la casa, mostrando a fuente de conocimiento sus más exquisitas recetas y comprensión de gusto y deseo.

En Como agua para chocolate las relaciones son complejas y desarrolladas bajo signos opuestos, en ocasiones irreconciliables. El enfrentamiento fraternal y materno-filial dará paso a la búsqueda de afinidades con otras mujeres, creando nuevas genealogías cuyos mecanismos de cohesión serán, entre otros, el alma creadora, las ansias de libertad, la primacía de las pulsiones, la ruptura con la tradición y la resemantización de la maternidad, pues como se puede apreciar en las primeras páginas del libro, para Tita, es y siempre será Nacha, la anciana que había sido sometida al triste destino de la soledad, sin poder llegar a estar junto con su amor verdadero.

“Tita fue literalmente empujada a este mundo por un torrente impresionante de lágrimas, que se desbordaron sobre la mesa y el piso de la cocina.” Personalmente, soy devota de lo que llaman el destino, sin duda alguna cada uno de nosotros tiene un camino previsto el cual debe caminar a lo largo de su vida, pero queda en nosotros seguirlo o descarriarlo un poco, pues es uno mismo quien es dueño de sus actos, nuestra protagonista, por supuesto, no fue excelsa de estas condiciones. Sin embargo, su perseverancia por ser un ser independiente y libre, pudo más con todos los obstáculos que la vida le impuso, dándole un final prácticamente feliz, aunque no por mucho.

Es en la cocina donde la exploración corporal se convierte en apoteosis, baste rememorar los momentos en que Tita se disuelve en la comida a través de sus fluidos (sangre untada en pétalos de rosas, lágrimas vertidas sobre un pastel), y penetra en el cuerpo de Pedro cuando éste degusta sus platillos. La aparición de fenómenos específicamente femeninos como la menstruación, el parto o la lactancia y las relaciones sexuales forman parte del proceso de autoconocimiento que se gesta en Tita, hiperbolizado en un orgasmo cósmico final que la transporta al edén perdido. En este texto maravilloso, colmado de sensaciones físicas como sentimentales, fue la primera vez donde pude experimentar dichos sentimientos, donde uno se podía fundir en las metáforas y perderse en un cúmulo de emociones reveladoras, pues casi se podía degustar de los platillos presentes mediante la lectura, aproximando a lo que serían las sensaciones que se percibía a comerlo.

La hostilidad y amargura con que se representaban a la madre de Tita, Mama Elena, me parece sumamente difícil de creer que, una mujer pueda albergar tales sentimientos para con su propia hija, quien le nació de su interior y le acogió para desarrollar sus primeros meses de vida ahí. Y es que, al leer este relato, me percaté de que no necesariamente se tiene que estar embarazada, para llegar a ser madre y experimentar la maternidad, pues no solo se muestra el ejemplo que Mama Elena nunca considero a su hija como una verdadera, si más bien la trataba como una criada inútil y torpe, sino que también se pudo apreciar la eterna ternura materna que yacía en la protagonista, Por su parte, Tita asume su maternidad de un modo simbólico. Su castigo por mantener relaciones adúlteras con Pedro es un embarazo psicológico y la renuncia a ser madre. Por esta razón ella explora la maternidad a través de Roberto

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