Constantini

Esta novela, que puede leerse como una alegoría de la represión en la Argentina, da testimonio de la época conflictiva de aquellos años, pero lo hace a través de la parodia, el humor, la ironía. Burlarse del adversario es una estrategia para combatirlo, un modo, si se quiere, de exorcizar los demonios. Desmitifica a los dioses, que son demasiado débiles, demasiado humanos, protectores de anti-héroes y no de héroes; ridiculiza a los policías, que confunden una inofensiva asociación poética con una célula guerrillera y mira con simpatía a esos hombrecitos que, no ignorantes pero sí desentendidos de la realidad del país, han creado la asociación Polimnia, “una isla, un oasis de paz” que los une y reúne en medio del caos de violencia.

Con mucho humor y situaciones disparatadas e hilarantes, Costantini denuncia el terrorismo de Estado y el modus operandi de los organismos policiales y parapoliciales y se venga de ellos ridiculizándolos. Esta nueva nueva edición de De Dioses, hombrecitos y policías incluye un estudio preliminar sobre la obra y la biografía de autor a cargo de Lilian Garrido.

Desde el título, la novela de Humberto Costantini "De dioses, hombrecitos y policías", publicada en 1984, declara en clave paródica su hipotexto, nos envía a la épica griega arcaica. En la poesía homérica, en efecto, el tema de los cantos heroicos es designado con la fórmula "las hazañas de dioses y hombres" y la intención del género era preservar los hechos admirables en la memoria de la comunidad helena. Costantini recurre al modelo épico, para dar cuenta de una realidad cuyo horror no admite la representación directa. El mundo de la novela está poblado de dioses y hombres, al más puro estilo homérico, pero la parodia y el humor han transformado a los actores. Los dioses sufren metamorfosis desopilantes, y la estatura de los héroes aparece reducida a la condición de hombrecitos, ingenuos y ajenos a la terrible amenaza de la realidad que los rodea. Además, la fórmula binaria del hipotexto original ha sufrido una expansión, con la incorporación de un tercer término, los policías, metonimia del ejercido por medio de la represión y la muerte. La filiación de Costantini puede buscarse dentro de la literatura argentina en Marechal y en Walsh. Al primero lo unen el lenguaje, y la representación paródica del campo literario; al segundo, la concepción de la escritura como gesto testimonial en una época en que la palabra está prohibida. La propuesta de una literatura comprometida con la realidad es un rasgo que los tres comparten

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