Contaminacion Visual
Enviado por gabysoee • 1 de Septiembre de 2012 • 3.432 Palabras (14 Páginas) • 870 Visitas
Municipalidad de Ituzaingo
Escuela de Enfermería “Doctor Ramón Carrizo”
Trabajo practico Nº 1
Materia: SALUD PÚBLICA
Tema:
Contaminación Visual
Profesora: Licenciada Lucila Galván
GRUPO:
- Rodríguez Laura
- Delgado Petrona
- Ávila Silvia
- Cuello Vanesa
- Guevara Lorena
1ª año
Turno Tarde
Año 2011
Introducción
El problema paisajístico que se tratará es uno de los muchos tipos de contaminación ya conocidos, menos evidente, llamativo o dañino quizás que otros pero no menos importante especialmente del punto de vista paisajístico.
Se le denomina internacionalmente como contaminación visual y al igual que otros tipos de contaminación mas del dominio público, como son las contaminaciones sonora, del aire, del suelo, térmica, etc. es un tipo de daño reconocido. El paisaje constituye un recurso patrimonial público y turístico económico, que debemos preservar.
Lo que nos ocupa en este informe es la categoría estética que ha adquirido el cartel en el paisaje urbano y suburbano y como influye en él. A veces daría la impresión de que ya no se lo considera una molestia en el, por ocultamiento o contraste. La cartelera errática afecta el entorno, aunque su número sea reducido en algunas zonas. "Cinco carteles pueden tener un impacto muy grande cuando uno simplemente quiere ver el paisaje". El Arq. Sprechmann aclara que “no ataca a la publicidad, pero estima que ésta debe desarrollarse en base a reglas de juego racionales y urbanísticamente viables.
La misma es estudiada internacionalmente y existe legislación que determina sus limites, en nuestro país en forma incipiente; e internacionalmente la misma es una forma de contaminación que llama la atención actualmente de numerosos actores, grupos ecologistas, urbanistas, políticos regionales o nacionales de diferentes países”.
Contaminación Visual
Definición:
La contaminación visual se refiere al abuso de ciertos elementos “no arquitectónicos” que alteran la estética, la imagen del paisaje tanto rural como urbano, y que generan, a menudo, una sobre estimulación visual agresiva, invasiva y simultánea. Dichos elementos pueden ser carteles, cables, chimeneas, antenas, postes y otros elementos, que no provocan contaminación de por sí; pero mediante la manipulación indiscriminada del hombre (tamaño, orden, distribución) se convierten en agentes contaminantes.
Todos estos elementos descriptos influyen negativamente sobre el hombre y el ambiente disminuyendo la calidad de vida. La contaminación visual no es tan sólo un problema de estética, puede afectar tanto a la salud psicofísica como al desenvolvimiento de la conducta humana y a la eficiencia laboral. En última instancia, tiene que ver con nuestra calidad de vida. Una de las definiciones de “Contaminación visual” es: “Cualquier elemento que distorsione la observación del paisaje natural o urbano”.
Conceptos básicos
La cartelera publicitaria es el agente más notorio por su impacto inmediato, creando un sobre-estimulación en el ser humano mediante la información indiscriminada, y los múltiples mensajes que invaden la mirada. Así el hombre percibe un ambiente caótico y de confusión que lo excita y estimula, provocándole una ansiedad momentánea mientras dura el estímulo.
La simultaneidad de estos estímulos a la que se ven sometidos, por ejemplo, los automovilistas, pueden llegar a transformarse en disparadores de accidentes de tránsito. Dado que pueden llegar a generar distracción, e incluso a imposibilitar la percepción de las señales indicadoras de tránsito. Esta situación, inevitablemente, actúa también en detrimento de los mismos medios de comunicación, mimetizando los diferentes signos y señales a que se somete a los individuos, camuflándose mutuamente y perdiendo fuerza la clara lectura del mensaje. Pero estos agentes también afectan notoriamente al espacio físico.
El espacio público se encuentra desvirtuado e invadido por postes, sostenes de carteles, y la vegetación destruida. Este panorama es terriblemente agresivo para el hombre común, imaginemos cuánto lo es para un discapacitado, niño o anciano. Esta situación no sólo atenta contra la belleza del espacio público, sino también sobre la lectura poco clara que tienen los individuos del mismo, dificultando la identificación del habitante con su paisaje.
Algunos arquitectos y expertos en publicidad ofrecen una serie de recomendaciones: a) reducción de la cantidad de anuncios: el número excesivo de carteles hace perder el interés por los mismos, lo que tampoco interesa a los publicistas. Por ello, sería conveniente ubicar menos anuncios, más selectivos y adecuados con el medio. Por ejemplo, Atenas retiró desde el año 2000 la mayor parte de los anuncios que colapsaban la ciudad, para ofrecer a los turistas que llegaran con motivo de los Juegos Olímpicos de 2004 una visión más limpia y atractiva de la misma. b) seguimiento de normas urbanísticas racionales, evitando elementos recargados o agresivos, o jugar con la luz para dar una sensación más liviana al conjunto, (como es el caso de Japón).
El fenómeno, consecuencia de la economía de libre mercado y su feroz competencia, se traslada directamente desde el origen hacia el habitante, produciéndole efectos perturbadores que lo afectan en tres niveles: estético – paisajístico: por degradación de la calidad del entorno, y psico – activo: por sobreestimulación, produciendo estrés por sobrecarga informativa y fatiga cognoscitiva,
Estos carteles producen diversos trastornos: en primer lugar, alteran el paisaje natural y deterioran su imagen. Además, sobre-estimulan a quien los percibe, que se ve sumergido en un mar de anuncios de todo tipo. Y por último, pero lo más importante en cuanto a la seguridad, es que desconcentran la atención de los automovilistas y favorecen la posibilidad de accidentes de tránsito. La lógica indica que esos carteles son puestos para ser leídos por los automovilistas, y su lectura obliga a restarle atención al manejo. El peligro se multiplica cuando ello ocurre en una vía rápida, sobre todo cuando es en estas arterias, donde debido al alto grado de circulación vehicular, y por lo tanto, de potenciales consumidores, tienden a proliferar
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