Corresponsalia
Enviado por yaniwally • 19 de Octubre de 2012 • 4.260 Palabras (18 Páginas) • 185 Visitas
INTRODUCCIÓN
Los periodistas han sido casi siempre polivalentes y capaces de informar a su público receptor de cualquier acontecimiento que éste les demande. Sin embargo, hay actividades cuya complejidad requiere un esfuerzo de especialización, un conocimiento lo más profundo posible de las mismas. La defensa y la guerra lo son, sin duda alguna. La información sobre conflictos armados, entonces, demanda un acabado conocimiento de la vida política, de la Fuerzas Armadas, de sus estrategias y tácticas, de la industria de la defensa, de las Relaciones Internacionales y de las características físicas y humanas de los escenarios en los que se libran los conflictos armados. Por otra parte, un corresponsal de guerra debe adquirir técnicas específicas que, unidas a la experiencia y a la prudencia, eviten, en la medida de lo posible, los indudables y crecientes riesgos que corren. Basta recordar que en algunos conflictos recientes han muerto proporcionalmente más periodistas que soldados.
CORRESPONSALÍA
EL CORRESPONSAL EN ZONA DE CONFLICTO
I. CUÁL ES LA FUNCIÓN DEL CORRESPONSAL.
CUBRIR UNA GUERRA. UN ASUNTO TÉCNICO
En los medios de comunicación, la información de conflictos armados está a cargo, por una parte, de los corresponsales o enviados especiales y, por otra, de los periodistas destacados en la retaguardia, es decir, en la redacción de esos medios de comunicación. Unos y otros son igualmente relevantes para que la información del conflicto sea lo más precisa y rigurosa posible, objetivos propios del periodismo en general pero más, si cabe, cuando de conflictos armados se trata.
Dejando de lado los objetivos políticos y materiales, en las guerras y otros enfrentamientos armados lo que se dirime en última instancia son vidas humanas por lo que un deficiente desempeño de los corresponsales y los periodistas de la retaguardia puede contribuir a la confusión de la opinión pública y de otros actores que deciden el curso de la guerra y, en ocasiones, y por lo mismo, a la prolongación de un conflicto y en consecuencia a una mayor mortandad.
Al mismo tiempo, una aproximación poco profesional a la cobertura informativa de un choque armado igualmente eleva el riesgo físico y psíquico de los propios periodistas, especialmente de los corresponsales desplegados en el teatro de operaciones. Su seguridad es tan importante como la calidad de la información ofrecida toda vez que ésta también depende de la supervivencia y bienestar del corresponsal. Un periodista muerto, herido o bajo gran impacto emocional ya no puede hacer su trabajo informativo.
El doble riesgo de la cobertura informativa deficiente de cualquier conflicto armado subraya la necesidad de hacer ese trabajo periodístico especializado desde parámetros técnicos. Protocolos de actuación sistematizados a lo largo de la más que centenaria historia de los corresponsales de guerra y alejados del romanticismo y aventura de la que a veces se envuelve esta actividad, tanto por parte de sus propios cultores como desde muchos observadores de la misma.
Cubrir una guerra, pues, no es un asunto propio de héroes, sino una cuestión técnica fundamentada en bases teóricas, presentes en la amplia bibliografía científica dedicada al periodismo en general y a la información de guerra.
APROXIMACIÓN TEÓRICA. FACTORES EXÓGENOS Y ENDÓGENOS DEL CORRESPONSAL
En todo conflicto armado se produce una lucha paralela a la principal. Es la que libran, por un lado, los aparatos de censura y propaganda de los bandos en conflicto y otros actores, organizaciones internacionales y no gubernamentales, y por otro, los medios de comunicación representados sobre el terreno por sus enviados especiales o corresponsales y su personal de la retaguardia, los editores y redactores de mesa. Se trata de un choque que comenzó a desarrollarse de forma sistematizada y por las exigencias propias de una sociedad de masa desde la Primera Guerra Mundial, aunque en conflictos anteriores ya se había probado de manera no muy exhaustiva algunas técnicas hoy ya codificadas.
Sin embargo, esa lucha que los primeros libran por controlar la información y los segundos por obtenerla y difundirla ha sido desigual. Han sido los aparatos de censura de las Fuerzas Armadas y los gobiernos los que más han teorizado e innovado en esta materia imponiéndose así, y salvo en la Guerra de Vietnam, a sus adversarios, los medios de comunicación.
El periodismo, por el contrario, ha tenido dificultades para adaptarse a esa lucha por la información exhibiendo no una trayectoria ascendente sino más bien circular, un continuo empezar desde cero. Así es por el escaso y tardío interés por este tipo de cuestiones de los centros académicos en los que se estudia periodismo. También por el limitado acceso a las fuentes primarias en razón de la alta mortandad que se registra entre los corresponsales o porque se trata de una actividad en la que por razones personales y empresariales se produce una excesiva rotación que dificulta su sistematización. Todo ellos se agravan por el punto de vista aventurero con el que algunos de los que han estado en los frentes de batalla describen sus experiencias como corresponsales de guerra.
En definitiva, la historia del periodismo de guerra es la de su mayor o menor adaptación a la lucha por la información que se realiza de forma paralela al conflicto principal. Un conflicto que se manifiesta con un choque de factores. Desde el punto de vista del periodista esos factores pueden ser exógenos o endógenos.
FACTORES EXÓGENOS
Los factores exógenos son aquellos que dependen en exclusiva de Los aparatos de censura y propaganda de los bandos en conflicto. Son las estrategias y tácticas de control de la información que utilizan las fuerza armadas y los gobiernos, pero también otros actores involucrados en un conflicto, como las organizaciones internacionales y no gubernamentales. Son exógenos o externos a periodista porque este no los puede modificar. Sin embargo, si puede conocerlos para adaptar su trabajo a esas estrategias y tácticas con el fin de que, la información y su seguridad sufran lo menos posible al tiempo de poder rentabilizar al máximo unos recursos materiales y humanos que siempre son limitados.
El corresponsal no puede estar en todas partes al mismo tiempo. Por eso ha de tomar decisiones en función de una multitud de elementos, entre los que se cuentan sus factores exógenos. Cubrir informativamente una guerra supone optar por estar en un sitio u otro. Se puede ir a la primera línea de frente
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