Cosificación
Enviado por agu.97 • 4 de Noviembre de 2014 • 439 Palabras (2 Páginas) • 207 Visitas
Cosificación:
¿En qué consiste la cosificación? Se trata del acto de representar o tratar a una persona como a un objeto (una cosa no pensante que puede ser usada como uno desee). Y más concretamente, la cosificación sexual consiste en representar o tratar a una persona como un objeto sexual, ignorando sus cualidades y habilidades intelectuales y personales.
En general, a los hombres se les inculca la idea de que son sujetos, mientras que para las mujeres, el ser objeto es la forma de obtener valor. Y, particularmente, la cosificación de la mujer no es un fenómeno nuevo, lleva rondándonos desde los años 70.
Sin embargo, parece que es hoy en día cuando la cosificación de la mujer se ha vuelto más relevante, en una sociedad devorada por el consumismo y donde las mujeres han pasado a convertirse una mercancía dedicada al disfrute, generalmente, del hombre. Esta forma de violencia simbólica somete a todas las mujeres a través de la publicidad, las revistas, las series de televisión, las películas, los videojuegos, los videos musicales, las noticias, etc.
Por ejemplo, las revistas para hombres contienen cuerpos de mujeres con poca ropa, y las revistas para mujeres también. A las mujeres y niñas se les enseña a tratar sus cuerpos como el objeto de deseo de otros.
Habitualmente los cuerpos masculinos son representados, si bien con una estética inalcanzable para muchos, primordialmente como herramientas para manejar el entorno.
La publicidad dirigida a las mujeres siempre apunta a lo mismo. Productos de limpieza, cremas, pañales y alimentos dietéticos, como si la vida estuviera limitada a fregar pisos, lavar platos, limpiar colas paspadas y verse bien. Los anuncios nos cuentan que lo más importante y primordial en la vida es el aspecto físico, nos enseñan un ideal de belleza, tanto femenino como masculino. El modelo de belleza que nos vende la publicidad está basado en la perfección.
Las mujeres y los hombres de los anuncios no tienen líneas de expresión ni arrugas, ciertamente no tienen cicatrices ni granos y, de hecho, no tienen ni poros.
Esto afecta más al género femenino y se refleja en las niñas que toman este mensaje de perfección desde una edad cada vez más temprana. Necesitan ser no sólo bellas, sino increíblemente altas, delgadas, atractivas y sexuales. Pero a la vez, reciben el mensaje de que están condenadas a la derrota. Las niñas se sienten a gusto con sus cuerpos cuando tienen 8, 9, 10 años… pero unos años más tarde, en cuanto alcanzan la pubertad, chocan con la realidad. Una realidad que les impondrá un modelo de perfección física inalcanzable, lo cual en la mayoría de los casos acarrea consecuencias lamentables.
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