Criminalistica
Enviado por jmal1170 • 15 de Marzo de 2014 • 2.337 Palabras (10 Páginas) • 153 Visitas
POR QUÉ EL ESTUDIO DE LA CRIMINOLOGÍA EN LA LICENCIATURA DE DERECHO
Vivir en un estado de Derecho es conformar, día a día, la efigie soberana de la justicia. No podemos tener esta aislada de reclamos sociales, en los que existe un profundo anhelo por encontrar los objetivos que nuestra comunidad ha perseguido históricamente y que no son otros que aquellos que se encuentran contenidos en nuestra Constitución política federal y conservados en el espíritu social del pueblo, que deben ser alimentados de manera permanente por quienes son los encargados de administrar la justicia en el má amplio sentido del término, pero, fundamentalmente por quienes tiene la economía de realizar el valor supremo de la justicia.
El desenvolvimiento de nuestras actividades sociales es incesante pero cuando esta se refiere a la actividad pública, orientada hacia la administración de justicia cobra relevancia sin paralelo, la justicia es la piedra angular sobre la que descansa la confianza y la prosperidad d elos pueblos, porque en ella se origina y desenvuelve el amplio campo de tranquilidad que la sociedad merece.
Por lo tanto, una adecuada administración de justicia, concurrente con una oportuna mecánica de fortalecimiento de centralización de la vida real, tendrá que hacer posible el logro de propósito de justicia y libertad.
Por ello mismo, postulantes, Ministerios Públicos Y Jueces deben constituir un conjunto armónico obviamente en naturales disparidades de conflictos, pero que incide en la observancia de la norma y de la justicia como valor universal, Todo tiene Ciencia de que, al acogerse a principios de equidad, éticos y sociales, podrán encontrar definiciones correctas que fortalecen la institucionalidad.
En cambio cuando el equilibrio se rompe y aparece la lesión se manifiesta de manera patente la violación no solo al derecho individual, sino a la justicia misma, al Estado. En ese momento, el propio derecho debe ser revindicado y el criterio debe abarcar a los transgresores, será cual fuere la posición en la que se encuentre: al particular re encapsularlo, y a quien es depositario de la confianza social, imponerle el justo correctivo en la medida de la función encomendada. Pero, a quienes actúen con sentimiento humano y son asiduos vigilantes de la vigencia y positividad de la norma debe brindarse el justo reconocimiento a su labor.
Por tanto, quienes pretenden desempeñar la labor judicial deberían, en primer lugar, abandonar en decoro y dignamente la casa de academia donde se forjan los espíritus que, convencidos de su compromiso permanente de cuestionar los problemas humanos, busquen siempre una sociedad más justa y, enel constante proceso de la vida y en el universo del derecho, se forjan juristas, conocedores profundos de su especialidad profesional, acompañados siempre de un gran sentido humanístico para dejar su impronta, que seguirán, a su tiempo, los noveles abogados, para así entender que el derecho es volutivo, marcando la ruta de la transformación a la que, dialécticamente puede anteceder o seguir, y también a tender el lenguaje de la norma el que se torna obsoleto y no el derecho como contenido.
Este no se agota en el mandamiento escrito. Los profesionales deben buscar la racionalidad y coherencia de los códigos, pero siempre tomando en consideración la realidad social subyacente.
De lo contrario, i no se entiende así, quienes reciben la estafeta de los venerables maestros, de los respetables jueces y magistrados, de los brillantes postulantes “serán arrastrados por la barahúnda de la enorme posibilidad inédita del nuevo acaecer histórico-social.
De tal suerte, pues, que la justicia, la seguridad y la libertad son valores que la sociedad busca afanosamente, y que corresponde a la autoridad instituida alentar, preservar, y respetar, pues son valores que orientan la vida en sociedad. La misión altísima del juzgador realiza los valores del derecho.
No tiene el juez, cuando realizar su actividad jurisdiccional, otro interés que no se el de la realización de lo justo y aplicación de lo que ha mandado la sociedad en una representación jurídica y política del Estado; son ellos vindicadores del derecho, que dicen y dan y que la norma prevé, “homos bonos que son puestos parta mandar a facer derecho”.
Realizar el mundo aséptico de la justicia es tarea encomiable que los encargados de administrarla, practican con asiduidad al otorgar la justicia conmutativa, la que busca, ciertamente, realizare en los tribunales o para conmutar los derechos en pugna con honestidad y apego a la Ley.
Asimismo, se realiza la justicia social que determina la oportunidad e de brindar a cada integrante de nuestra sociedad, sin distingo, la igualdad de oportunidades, capacidad y seguridad; pues, de esta manera se hace justicia al estilo de Unamuno; es decir, ni al humano ni a la humanidad, ni al objeto simple, ni al objeto sustantivo, sino al sustantivo concreto; el hombre de carne y hueso, al que nace, sufre y muere, al que come y bebe y juega y duerme y piensa y quiere, al hombre al quien se ve y a quien se oye, al hermano, al verdadero hermano.
De aquí,, todo aquello que haga referencia a simplificación administrativa, a consultas populares, a iniciativas, no son más que requerimientos de una política criminal que aspira, cono una cuestión lógica y natural, a un lugar dentro del Plan Nacional de Desarrollo, el que, por su propia naturaleza entraña un deber in soslayarle; el beneficio del pueblo, poder de razón, al decir de García Ramírez, sin tener que utilizar silogismos bastantes desgastados.
Así por ejemplo, cuando se habla de renovación moral de la sociedad la pregunta podría ser simple y sencilla:
¿el reclamo es para todos aquellos representantes de la comunidad par que viren hacia el moral que, se pretende, es limitable y soporte irrenunciable para la supervivencia social?, si así fiera ¿de qué sociedad hablamos?, ¿no sería más bien para mantener la armonía social, el status de las clases con poder? ¿o, acaso se refiere a la búsqueda de una moral, más acorde con los tiempos y con el complicado cambio de estructuras?.
Si es así, nuevamente nos asalta el dilema de ¿creamos nuevas instituciones o creamos una nueva sociedad?.
Por otra parte, en reuniones, del Programa Nacional de Procuración de Justicia, del Poder Ejecutivo Federal, varias dependencias han hecho clara alusión al Plan Nacional de Desarrollo, que encuentra su apoyo en los artículos 25 y 26 de la Constitución de los Estados unidos Mexicanos, y fundamentalmente el contenido del texto del artículo 39 de dicha Constitución, expresión esta ultima de la fuerte real que fue la Revolución mexicana, dentro de cuyas banderas ondeo la justicia penal; entonces por qué no
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