Crítica A La Obra Otello

Otelo

Es una de las tragedias más intratables e innegables de la historia de la literatura, se pueden constituir bastantes interpretaciones a hechos puntuales de la obra, sin embargo a una adaptación aplicando conceptos contemporáneos a situaciones que siempre han sucedido, lo que cambia es el contexto de recepción en dichas situaciones.

Como lo fue en la obra, el tema tratado que imperaba era el femicidio, habían más temas tratados, pero no eran tan categórico como éste aunque todos eran necesarios para establecerse una conjugación clara en los sucesos; y es así como es concluida la obra, con un femicidio, con la muerte de la esposa de Otelo, una muerte que tiene un trasfondo ambicioso por parte de terceros, insensatez de parte del protagonista y sumisión de parte de Desdémona lo que de alguno u otra manera convergen en la desesperación del general.

Son varios los factores que inciden en el actuar de Otelo, uno de ellos y el con más influencia es el de su lacayo, y siervo. Él es su máximo de confianza, Yago, con sed de poder se nubló y no pensó en las consecuencias que acaecerían el entorno familiar del protagonista, por otra parte Casio no era considerado un cercano por Yago, por tanto él fue su conejillo de indias para comenzar con el complot de sentimientos y desconfianzas, además el pobre recién destituido teniente tenía la ventaja de ser confiable para Desdémona dejando espacio libre para plantar la semilla de la desconfianza en Otelo.

Luego de sembrar la semilla en Otelo, la desconfianza de sí mismo y en su alrededor fue lo que lideró la trama de la historia hasta el final, su mente estaba perdida, cayendo en el peor error en el ámbito del amor, creer en el entorno dejando de lado la comunicación con la otra mitad del amor, fue así como el amor cayó en desmedro, no obstante Desdémona creía en su marido por todas las cosas, y es aquí en donde se nos presente el siguiente fenómeno y concepto, que fue proliferando mediante transcurría la historia. La sumisión de la mujer era tal que a pesar de todas las peleas, ojerizas, animadversiones que se habían ostentado en su relación ella aún confiaba en el amor de ella y en el de él y esperaba con desmesura el entendimiento del problema de Otelo.

Existía amor en ambos sujetos hasta el final, sin embargo ya no era lo mismo, ya perdidas las cabales por Otelo por ostentarse con pruebas tangibles de la infidelidad de su mujer el sentimiento de odio y venganza estaba muy forzado y el desamor hizo presencia protagónica en el accionar del moro, la muerte de la inocencia era inminente, la muerte del amor era perentoria, luego de consumar la muerte frente a sus propios ojos de su propio amor, siento que Otelo dejó de ser aquel teniente jovial y dichoso, había perdido su esencia.

Otelo, después de enterarse de que todo fue un montaje de conflicto de intereses perdió el alma, perdió su otra mitad, ya había matado

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