¿Cuánto tiempo más queremos vivir en nuestro Planeta Tierra?

¿Cuánto tiempo más queremos vivir en nuestro Planeta Tierra?

Ximena Hernández Martínez

“En la tierra hay suficiente para satisfacer las necesidades de todos, pero no tanto como para satisfacer la avaricia de algunos” Mahatma Gandhi

Pocas veces nos detenemos a pensar sobre las consecuencias de nuestras acciones, poco o nada nos duele la forma en la que día a día agredimos de diferentes formas y prácticamente sin darnos cuenta el lugar en el que vivimos; nuestro planeta, la tierra, entonces sería bueno que por lo menos alguna vez en la vida nos hiciéramos la pregunta ¿cuánto tiempo más queremos vivir en nuestro planeta Tierra?

Nuestro planeta es solo un pixel, una pequeñísima parte dentro de un complejo y misterioso mundo de galaxias, para nosotros podría decirse q completamente desconocido, ya que es muy escasa la información que poseemos del universo que nos rodea. Podemos ver como hay gobiernos y entidades que concentran sus esfuerzos y sus labores, consagran sus profesiones y hasta su vida para el estudio y la investigación de formas de vida en otros planetas, y entonces me asalta la duda, ¿Qué sentido tiene hacer estas investigaciones si no se hace ni siquiera un esfuerzo por contrarrestar un poco el daño ambiental que sufre nuestro planeta por causa de su misma población? Realmente no tiene sentido buscar vida en otros planetas, cuando ni siquiera somos capaces de cuidar del que se nos ha entregado para nuestro beneficio.

La constante evolución del hombre es algo completamente natural, el ser humano siempre está en la búsqueda de un bienestar mayor, de una evolución, esto lo podemos ver reflejado en la historia desde el hombre del neolítico hasta nuestros tiempos, la evolución ha sido significativa, pero al mismo tiempo esta sed de evolución nos está empujando al borde de un precipicio, nos está llevando a límites de los cuales es muy difícil regresar, el precio de esta evolución, claramente lo está pagando nuestro planeta.

Desde el principio la tierra nos ha provisto de todo lo que básicamente necesitamos para vivir, pero en la medida que más nos da más le pedimos y más le exigimos al punto que estamos acabando con la fuente de vida que tenemos, tal parece que nuestra avaricia y nuestra codicia es mayor que todas las cosas. El calentamiento de nuestro planeta es apenas uno de los tantos signos que nos está mostrando la naturaleza del daño que le estamos causando, la tierra nos está hablando de diferentes maneras, nos está diciendo que algo anda mal, el cambio climático, las constantes sequias, seguidas de prolongados tiempos de lluvia e inundaciones, parece que el clima se está volviendo “loco” en nada se parece este clima al de hace 50 años eso debe decirnos algo. Nosotros como adultos responsables tenemos que basarnos en las evidencias, tenemos que tomar en cuenta el sin fin de cambios q está teniendo en planeta, no podemos que esperar que se mejore solo o tener solo la fe de que más adelante las cosas cesaran y todo regresara a la normalidad, cuando en realidad puede ocurrir todo lo contrario, y agravarse aún más la situación recordemos que por muy mal que vayan las cosas siempre se pueden poner peor. Actualmente el nivel de dióxido de carbono en la atmosfera está en un nivel muy superior en comparación con los últimos 100 años. Los glaciares, los hielos se están derritiendo y los climas que antes eran muy fríos ahora ya no lo son tanto, la temperatura a nivel mundial es de la más altas que habido en los últimos siglos, los océanos están más calientes que lo normal y las costas se erosionan con más rapidez, las especies coralinas y las especies marinas por consiguiente están desapareciendo, los periodos de sequias y calos son cada vez más prolongados llevándose consigo ríos, lagos, cascadas, al tiempo que los periodos de lluvias son también muy intensos provocando grandes inundaciones, desborde de los ríos, en las plantas podemos ver que florecen antes de tiempo causando un desequilibrio en el ecosistema de las aves, en fin parece que está todo fuera de control. Desde la Revolución Industrial, la principal fuente energética de los humanos han sido los combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas natural). El problema es que además de tratarse de recursos no renovables, son los principales generadores de contaminación. De ahí la necesidad de desarrollar una economía basada en energías de bajo carbono, dados estos cambios ambientales, los gobiernos de todo el mundo propusieron el famoso tratado de Kioto, el tratado mundial más ambicioso en defensa del medio ambiente. Con su vigencia, comenzará una nueva era, basada en una economía diferente.

Este Protocolo establece legalmente objetivos vinculantes para recortar las emisiones de gases de efecto invernadero, producidos por las naciones desarrolladas. El objetivo es reducir, entre 2008 y 2012, un promedio de 5,2 por ciento de las emisiones a la atmósfera con respecto a los niveles de 1990 de los seis gases que generan el efecto invernadero: dióxido de carbono, metano, óxido nitroso, hidrofruorocarbono, perfluorocarbono y hexafloruro sulfúrico. Sobre todo, del hemisferio norte, donde se encuentran los países desarrollados –no obliga a los países del hemisferio sur o subdesarrollados- cada país, sin embargo, tiene una cuota diferente. Se permite un cierto nivel aceptable de contaminación y se establece un mecanismo financiero, los créditos de carbono, por el cual quienes contaminan de más le pueden comprar una parte del derecho a contaminar a los que contaminan menos. Este tratado es sin duda un paso muy importante hacia la disminución de la contaminación, es un llamado a la reflexión sobre las consecuencias de nuestras acciones, aunque de ninguna manera es algo definitivo, es solo un comienzo.

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