Cucutilla Ya Ya Yaaaa

INTRODUCCIÒN

La violencia contra la mujer no es un tema desconocido hoy en día, debido al gran aumento en los últimos años, en dónde el principal agente agresor es el esposo o compañero sentimental, debido a la gran magnitud, se ha convertido en una problemática social y de salud pública que afecta gravemente a quienes la sufren. Irónicamente, el hogar se ha convertido en el espacio donde las mujeres sienten mayor riesgo de vivir escenarios de violencia y maltrato por parte de sus parejas.

Las consecuencias físicas y psicológicas de la violencia intrafamiliar son significativas. En donde en ocasiones se inician con lesiones menores, moretones, golpes, fibromialgia, fracturas, que en últimas instancias pueden llegar hasta la pérdida de la vida.

Desde el punto de vista psicológico, la violencia puede crear problemas de autoestima, sentimientos de vergüenza, culpa, tristeza, convirtiéndose en factores de riesgo para el desarrollo de varios trastornos como trastorno por estrés postraumático (TEP), trastornos depresivos, de ansiedad, causando un desequilibrio no solo social, sino sicológico, que debe ser tratado de manera oportuna, ofreciéndole una mejor calidad de vida a quien la padece.

La violencia de género es la forma más grave de discriminación que sufren las mujeres y que provoca en ellas no solo graves consecuencias físicas sino también psicológicas. Es fundamental que diversas instancias tomen medidas para prevenir y eliminar tal forma de violencia. Desde el ámbito de la psicología y en pro de intervenciones jurídicas es posible contribuir y apoyar en el tratamiento a padecimientos psicológicos presentados por las víctimas y a la promoción de la prevención de estos eventos de violencia de género.

Antiguamente era muy común el hecho de señalar como nocivo tan solo los maltratos físicos hacia la mujer en contextos de violencia intrafamiliar, dejando de lado las posibles repercusiones emocionales y psicológicas causadas a la víctima por su agresor, muy posiblemente por el hecho de no ser detectables a primera vista y que la teoría judicial respecto a estas afectaciones era muy escasa. Actualmente se acepta el hecho que la violencia psicológica trae consigo consecuencias negativas que pueden ser tan graves o más que las físicas.

Aunque la sintomatología de las mujeres que sufren violencia de género es variada, esta dependerá en gran parte de las circunstancias e historia personal de cada una de ellas. Los estudios develan que estas mujeres presentar con mayor frecuencia: trastorno por estrés postraumático, seguido de depresión y ansiedad. El Trastorno por Estrés Postraumático, está considerado como un trastorno dentro del grupo de trastornos por ansiedad, afecta la totalidad del sujeto, su funcionamiento emocional, fisiológico, psicológico y conductual, se presenta en cualquier edad y la sintomatología puede aparecer meses o años

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