Cuento En busca de la felicidad

En busca de la felicidad

Era una pareja de recién casados,  venían a radicar a México, para empezar una nueva vida, el esposo se llamaba Ricardo, que era contador administrativo y ella se llamaba Lorena  y era secretaria, al  llegar a México  empezaron por rentar un pequeño departamento, que cumplía con lo mínimo de sus necesidades, después se dedicaron a buscar empleo para poder subsistir.

Cada uno en poco tiempo encontró su empleo y empezaron a amueblar su departamento y después de algunos años ya tenían lo necesario. Como dicen  el que persevera alcanza, empezaron a planear para tener un niño  ya que Ricardo ya anhelaba ser papá.  

Y después de 5 años llegó, una hija a la que pusieron por nombre Ángela Ricardo estaba feliz, pero su deseo era que fuera varón, y no se mostraba inconforme, dejaron crecer a Ángela 7 años después Lorena estaba embarazada, con alguna ilusión muy dentro de ellas y el de que fuera un niño, pero no fue así. Nació otra niña a la cual le pusieron Daniela         y como su deseo no fue cumplido decidieron  ya no tener más hijos.

Para entonces Ángela  ya era una adolescente  y por la etapa que estaba pasando, era muy caprichosa y exigente  y Daniela apenas estaba en su niñez, Ángela decidía por ella todo lo que ella le debían de comprar, así que Daniela por tal motivo era tímida, pero a pesar de su carácter, a veces  también se molestaba con su hermana. Pasó el tiempo y las dos llegaron a su juventud y empezaron a ser muy buenas amigas y salían juntas a divertirse, parecían la guayaba y la tostada,

Un día decidieron salir por el centro de la ciudad para festejar la graduación de Daniela, para ese entonces Ángela, ya también era licenciada, se encontraron a dos muchachones muy apuestos y simpáticos hicieron muy bonita amistad uno de ellos se llamaba March y el otro Charly, también eran hermanos, en unos cuantos meses de conocerse se casaron March y Ángela y se fueron de luna de miel por dos meses, mientras tanto  Daniela y Charly seguían saliendo juntos y se hicieron novios. Y al regresar Ángela y March  de su luna de miel. Daniela tenía algo que decirles a sus papas y a su hermana, pero no tenía el valor de decírselos, así que le pidió a Ángela que interviniera por ella  con sus papas.

Ricardo al enterarse de la noticia que Daniela estaba embarazada y como la mayoría de los papas le dijo que se fuera de la casa, pero su mama le ruega a su esposo que no la corra. Y que ella a pesar de todo la apoya en todo lo que sea necesario, pero, Charly no quiere hacerse responsable del futuro niño  que esperaban, pasaron los meses y  en el momento  que estaba Daniela en el parto,

Llega Charly a pedirle perdón y a prometerle que viene para casarse con ella, Daniela lo perdona  y después de haber tenido a un hermoso varón se casan con el consentimiento del abuelo, que para entonces ya la había perdonada y era muy feliz al saber que era un niño que fue lo que anhelaba en su vida.

Y un día que parecía todo felicidad, el arcoíris tiene otro color oscuro, a Daniela le encomendaron un viaje de  trabajo que tenía que hacer urgente, le pide a Charly que  la acompañe a este viaje en su auto. Y le encargaron él bebe a  Ángela, le dicen que el viaje es rápido y que les cuide mucho a su niño.

Pero en el trayecto del  viaje…

Daniela y Charly sufren un accidente en la carretera al filo de la media noche, completamente entre tinieblas, la única compañía es el silencio envuelto en resoplidos gélidos,  ningún alma podría imaginar que aquella noche, el cielo ganaría una nueva estrella.

Han pasado 3 soles a la vista de las familias de la pareja, y no hay noticia aún. Ángela, no puede más con la angustia, y decide dar parte a las autoridades para que se esclarezca el caso, pues ni una llamada habían notado.

Días después de levantar detalles sobre la misteriosa desaparición, inician una investigación sobre carretera, que dura 7 horas y 59 minutos, no más, ni menos. Y exactamente a las 8 horas, encuentran el automóvil en el que viajaba la joven pareja, entre escombros y fierros retorcidos se encuentra un cuerpo, pero buscaban a dos, y solo ha sido uno; los peritos realizan investigaciones correspondientes y entonces, trasladan el cuerpo al semefo de la ciudad.

Después de llamar a ambas familias, y decirles que solo han encontrado un cuerpo, un miembro de cada una es quien dará fe sobre el descubrimiento.

De la familia de Daniela, don Ricardo es quien se decide al fin a pasar… un cuarto medio claro, medio oscuro, frío como aquellos inviernos que suele regalar el Estado de México, al fondo, una camilla metálica que pareciera aguarda sigilosamente el acercamiento último con la persona que descansa sobre ella, esa barra metálica que ha sido testigo de muchas confesiones, de arrepentimientos, disgustos, llantos, tristeza, y a veces, soledad; pero este no será el caso, porque el cuerpo ahí presente, no es el de Daniela.

Ricardo, ahora con un poco más de serenidad en la mirada, no sabe si actuar desconsolado, si preocuparse o empezar a alegrarse, el cuerpo ahí presente no era el de su pequeña hija, sino el de su yerno, Charly, siendo March quien reconoció el cadáver, destrozado sale en busca del regocijo  de su esposa.

Nuevas inquietudes surgen a la mente de los padres y hermana de Daniela, ¿Qué fue lo que pasó exactamente?, ¿Dónde está ella?, ¿Por qué nadie supo de ese accidente? ¿Estará viva o no?, el sentimiento más grande y atormecedor es el de no saber qué pasó;

Como ya es costumbre en las tradiciones mexicanas, guardar luto y hacer las ceremonias previas al entierro, ambas familias se reunieron por última vez, vestidos del color de la fortaleza, que les daría esa fuerza para no volver a verse, pesé al sufrimiento y al amor de por medio.

Los padres de Charly ahora desconsolados y entre sollozos pidieron se marchara la familia de Daniela, puesto que pensaban que había sido quien planeó todo y que si no hubiese sido por ella, su hijo estaría con vida, maldijeron el día en que le rogaron la fuera a ver para pedir perdón de rodillas. Sin más palabras por decir, la familia se marchó, salvo Ángela, quien esposa, a los 31 años, se convirtió en madre de su sobrino, del cual, claro está, los abuelos paternos, no querían volver ver.

¿Qué culpa tuvo el pequeño Rudy (como días antes había decidido Daniela llamar) para ser motivo de odio? ¿Cuán pequeño se puede ser para enfrentar la muerte?

Pasaron entonces 15 vueltas al sol, en todo este tiempo, nunca más se volvió a saber sobre Daniela, la búsqueda terminó poco más de 2 años después de haber encontrado el cuerpo de Charly. La familia de Daniela se dio por vencida. Prometiéndose ahora, que cuidarían con sangre si fuese necesario, aquel bello regaló que les dejó.

Los abuelos maternos, visitaban al ya no tan pequeño Rudy cada fin de semana, y lo consentían como nunca consintieron a sus propias hijas, ¿Qué debemos dejar pasar, para darnos cuenta de lo verdadero que tenemos y valorarlo?

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