Cultura Fronteriza: Ciudad Juárez

Cultura Fronteriza

Por Vanessa Zuñiga (2016)

La cultura en una zona fronteriza, es muy característica ya que en ella se mezclan un sin fin de culturas debido a la gran cantidad de personas que migran de un lugar a otro, para efectos de comprender el concepto cultura fronteriza se define cultura y frontera.

De acuerdo con la Real Academia Española (RAE), la cultura es un “conjunto de conocimientos, ideas, tradiciones y costumbres que caracterizan a un pueblo, a una clase social, a una época, etcétera”, siendo así, la cultura es un conjunto de todo aquello que hace o caracteriza a una personas o grupo de personas de un determinado lugar, estatus económico, entre otros, por lo tanto pudiese decirse que la cultura es parte de un tejido social que conlleva un sinfín de distintas ideas y expresiones de un grupo social determinado, por lo que las costumbres, tradiciones, formas de ser, vestimenta, gastronomía y el comportamiento son parte de la cultura de las sociedades.

Por otra parte, el concepto frontera puede entender como un espacio socialmente construido esto de acuerdo a Arriaga en su artículo “El concepto frontera en la geografía humana” publicado en 2012, en donde compila diversas acepciones del concepto frontera desde perspectivas geográficas, políticas, etcétera, teniendo como aborde principal el cambio del concepto frontera al pasar del tiempo, teniendo como resultado que la frontera es el espacio en el que la sociedad convive, en el que se vive una cultura rica en costumbres, tradiciones, etc.

Siendo así, la cultura fronteriza según Uribe es un “espacio de lucha, de encuentro, de movimiento: frontera México-Estados Unidos; en este escenario encontramos la presencia de dos naciones que mantienen un desarrollo económico y productivo desigual, una cultura y  un  régimen político diferente” (1991: p. 176), es decir, que se define a la cultura fronteriza como el choque de dos naciones, regiones o lugares conforme a su entorno, económico, político, social y cultural.

Según Giménez “lo  que  nos  distingue  es  la  cultura  que  compartimos  con los demás a través de nuestras pertenencias sociales, y el conjunto de rasgos culturales particularizantes que nos definen como individuos únicos, singulares e  irrepetibles” (2009: p.11), es decir que aquello con lo que se crea y desarrolla una identidad como distinción de una persona a otra, de una sociedad a otra son materiales culturas que hacen particular a cada persona o sociedad, puesto que el conjunto  de prácticas y pertenencias sociales es irrepetible puesto que cada persona o sociedad define su cultura a través de sus necesidades y los hechos ocurridos dentro de su formación.

Este mismo autor, en su obra “La frontera como representación y referente cultural en México” señala que:

“desde el punto de vista cultural, las zonas fronterizas conformadas a uno y otro lado de la frontera lineal entre México y Estados Unidos han sido descritas como zonas de culturas híbridas y desterritorializadas, donde campea una cultura mestiza hecha de mexicanidad y de American way of Life” (2007: p. 26)

Lo que significa que a pesar de que cada sociedad delimita sus prácticas y pertenencias sociales a través de la formación de su cultura, en una zona fronteriza, las sociedades se encuentran híbridas y sin límite de territorio, esto debido al choque cultural entre dos países, regiones o lugares, tal como el caso de México y Estados Unidos que enfrentan día con día un gran choque cultural puesto que habitantes de un país viajan diariamente al otro por trabajo, bienes económicos, fines académicos, entre otros, provocando así la combinación de la vida mexicana y estadounidense haciendo que poco a poco las personas acarreen consigo distintas prácticas culturales que con el paso del tiempo son adoptadas por la sociedad en la que se reside debido al gran tráfico entre un país y el otro.

De acuerdo con Kearney (1991), la frontera desde una perspectiva geográfica, no es igual que una frontera lingüística y cultural, puesto que diversos factores como la migración existente en la frontera norte de México ha ido empujando y desplazando dichas fronteras lingüísticas y culturas hacia el interior del país estadounidense, y viceversa, el mismo trafico migrante ha desplazado modalidades propias de estadounidenses hacia el interior del territorio mexicano, ante esto Giménez afirma que “la  población  nativa  anglo-americana percibe esta irrupción como una verdadera invasión extranjera , y hablan de una reconquista latina de los Estados fronterizos del Sur (California, Texas, Nuevo México)” (2007: p.28), explicando así como se ha ido mezclando ese choque cultural ante la migración de personas y el desplazamiento de cultura que llevan consigo desde que salen de su lugar de procedencia y hasta que se establecen en territorio estadounidense.

Este mismo autor concluye que las áreas fronterizas son el lugar de las identidades exasperadas que comúnmente se encuentran en conflicto  puesto que las identidades dominantes luchan por mantener firme su cultura de manera hegemonía, mientras que las identidades pequeñas luchan de manera contraria, es decir por mantenerse en crecimiento y en la búsqueda de un reconocimiento social puesto que aunque exista una cultura predominante, las pequeñas, dentro de una sociedad merecen el mismo reconocimiento y la no exclusión de los grupos sociales que no la comparten (Giménez, 2009).

Ante este choque y desplazamiento de una cultura con otra se formado el concepto “melting pot” (fusión de culturas), una zona melting pot es una zona donde una variedad de personas, razas o culturas de asimilan en cohesión, es decir es una zona geográfica en donde se fusionan un sinfín de rasgos culturales sin exclusión por cuestiones de raza, estatus económico, entre otros.

De acuerdo con Malgesini y Giménez, “en la obra de Gordon (1964) el melting pot apareció como uno de los tres modelos de integración  en  Estados  Unidos,  diferente  de  la  anglo-conformity  (asimilación  de  la  cultura anglosajona mayoritaria) y del pluralismo” (2000: p.1), en donde dentro de esta obra se toma la fusión cultural como un modelo que aborda la problemática de la integración social en sociedades que se encuentran altamente diversificadas de culturas, razas, lenguas y religiones, es decir que la fusión cultural se da en la diversificación cultural de las sociedades de un territorio determinado.

Dichas fusiones comienzan en las zonas fronterizas, en donde debido al gran tránsito de personas surge la necesidad de hacer dicha fusión, por ejemplo el caso de la frontera Ciudad Juárez-El Paso.

Ciudad Juárez es una ciudad en donde existe una gran migración de personas provenientes del sur del país y de Centroamérica, debido a que usan a esta ciudad como puente para llegar a la vecina ciudad de el Paso, Texas y así adentrarse al territorio estadounidense en busca del tan famoso sueño americano, sin embargo, muchos de ellos al no encontrarlo, ser deportados del vecino país o ante la falta de recursos económicos para adentrarse a dicho país, se establecen en Ciudad Juárez por lo que actualmente se vive una gran diversificación de culturas puesto que la ciudad ofrece un sin fin de oportunidades de trabajo que no se viven en los lugares de procedencia de los migrantes, además que una vez estando resididos en esta ciudad es más probable que pueda intentarse una vez más el tener ese sueño americano, o bien ofrecerle a los suyos una mejor calidad de vida que la que tienen en su lugar de procedencia, haciendo que los suyos migren hacia esta ciudad haciendo más fuerte ese choque cultural, que después de un tiempo se fusiona tanto con la cultura estadounidense como la juarense.

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