Cultura y comunicacion. Parcial Domiciliario. Evaluación 1º cuatrimestre
Enviado por Naku Larramendi • 4 de Agosto de 2016 • Resumen • 1.650 Palabras (7 Páginas) • 270 Visitas
Instituto Superior de Formación Docente nº 11
“Cultura, Comunicación y Educación “
Parcial Domiciliario. Evaluación 1º cuatrimestre
2º 1º Inicial
Gisela G. Debiasi
Prof. Marcela Pak
La necesidad de descifrar los conceptos, conduce a atravesar un camino arduo y complejo, en tanto que la comunicación se presenta como un conjunto de estructuras a analizar. A partir de conceptos, visiones y lecturas que no siempre se tornan visibles ante la mirada de cada espectador.
Por ello es esencial ubicar a la comunicación como un producto cultural que se desarrolla en un contexto histórico y social determinado que se desenvuelve ante públicos diversos. Públicos, que por otra parte, están ante la presencia de un fenómeno de intermediación de cuarto nivel, ya que esa comunicación se genera entre comillas, es decir hacia una audiencia indiferenciada que habitualmente empobrece aquello que transmite.
Esta forma de comunicar, no solo bastardea los contenidos, sino que además empobrece la cultura, manipulando a los espectadores y ocultando de plano. Aquello otros contenidos sociales que están mas asociados a las verdaderas realidades y necesidades de lo sujetos cotidianos.
La cultura se define por su dinámica y por su fisonomía compleja, no en tanto difícil, sino desde su condición de abarcativa, de sus diversos significados y por una construcción de interacción social que la hace nacer, crecer y enriquecer. Pero esa dinámica, es la que los medios de masas obstruyen al descontextualizar sus materiales y al ignorar todo aquello que concierne con los hábitos cotidianos de los pueblos.
La visión limitada de ellos es funcional a la conservación de sus propios intereses como corporaciones y refuerzan todo aquello que ya esta establecido. Esta forma de “comunicar”, tiene su raíz en los Estados Unidos a partir de la década del 40´ y prevalece en función de sostener un puñado de razones donde el rating y el marketing, se mancomunan con el espíritu de conservar las estructuras del sistema y de acrecentar los negocios particulares.
Esta teoría se expandió desde entonces hacia el resto de los continentes, donde el capitalismo se sostuvo sobre las bases de un bienestar que mediante el consumo potencio un ida y vuelta, entre aquello que el mercado ofrecía y lo que el ciudadano “necesitaba” consumir.
Pero con ese método, crecieron además otros tópicos como: los estereotipos, la discriminación y un mal denominado “entretenimiento”, donde el espectador de manera pasiva tuvo que absorber esos programas, ante la ausencia de verdaderas alternativas.
Esto resulta evidente cuando se aprecia por ejemplo, los materiales audiovisuales confeccionados por la secretaria de programación para la prevención de la drogadicción y la lucha contra el narcotráfico, que con la intención de prevenir sobre el creciente consumo de alcohol y drogas, estigmatiza al sujeto que muestra a través de la animación, desde su condición social.
Es que allí se muestra a un varón en una situación de consumo, joven, de cabellos y barba oscura que oculta una gorra deportiva, que viste con una campera o buzo con capucha y que escucha cumbia pero allí no concluye la gravedad de esta triplicación. En tanto que, para “aclarar” aquello que es donde el sujeto animado se despoja de todos esos elementos que incluyen un envase de cartón que realza la clase de su poseedor y se transfigura en un muchacho que luce rostro mas despejado, desprovisto de los tormentos anteriores que ya no luce la capucha y donde los acordes musicales suenan completamente diferentes con una menor estridencia.
Este ejemplo que el periodista Hugo Muleiro analiza en un artículo denominado “Sonido, Imagen y Contenidos”, conforma una clara estigmatización que groseramente asocia el consumo del alcohol y de los estupefacientes con los sectores más marginales de la sociedad.
Esta grosería, sin embargo, no es ni casual ni aislada, en tanto que se desplaza con la intención de bajar línea, es decir: de impulsar un mensaje contra todo un sector de la sociedad donde recaen todos “los males” de aquellas otras clases que expongan sus faltas de una manera sistemática.
Así se da por sentado que solo en la clase baja existen estos problemas y que todos los pobres nacen lo mismo y tienen la misma cultura y actitudes y que por el contrario en las otras clases estos problemas no existen. Con estas pautas comunicacionales, no es difícil pensar que esos mismos sectores bajos, en la “lógica” de estos mensajes y de esos medios, resulten los mismos que además “Roban” y “Matan”.
Es muy elocuente, al respecto, observar aquella imagen que muestra a un hombre de espaldas que esta manejando una cámara de televisión, que enfoca a dos individuos que corren por delante de ella. En tanto que uno escapa del otro, dado que posee un cuchillo grande entre su mano. Es que la misma expresa un regodeo, un disfrute inacabado que consiste en comunicar la “vivencia” expresada a partir de las peores pulsaciones del ser humano una y otra vez de manera incesante cuando a su vez es la misma que con sus contenidos conducen a una mayo estupidización de sus espectadores.
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