DESARROLLO SOSTENIBLE
Enviado por dcardenas123 • 2 de Enero de 2015 • 1.627 Palabras (7 Páginas) • 146 Visitas
DESARROLLO SOSTENIBLE
Cuando presentó el concepto de desarrollo sostenible, a través del documento “Nuestro futuro común”, la ONU estaba proponiendo una convergencia entre la economía y la ecología, buscando asegurar el progreso humano sin el agotamiento de los recursos naturales. En otras palabras, buscaba un desarrollo atendiendo a las necesidades del presente sin comprometer las futuras generaciones (UN, 1987).
Tal concepto, en realidad un modelo que requiere una re ingeniería institucional en todos los niveles, ha sido adoptado de forma creciente y considerando el sistema de creencias propuesto por la ACF es posible afirmar que las creencias más básicas y secundarias de las sociedades han cambiado muchísimo a partir de la Río 92: desde la simple preocupación en no utilizar las bolsas plásticas en los supermercados hasta aspectos más refinados, como la implantación de conceptos como huella hídrica y de carbono.
Las creencias profundas tienen que ver con nuestro modelo de desarrollo económico, en el cual reside la gran frontera para la formación de una verdadera gobernanza ambiental en el planeta. Por consiguiente, a partir de todo lo discutido en este ensayo, es posibles visualizados grandes grupos de stakeholders, clasificados por sus creencias más profundas:
1. Los que adoptan mayoritariamente las creencias neoliberales
2. Los que adoptan con más fuerza las creencias eco-sociales. Tal conclusión se asemeja a lo presentado por Weber y Christophersen (2002), que discutió el notable crecimiento de la influencia delas ONGs en Europa, subrayando también la dificultad que ha sido establecer un diálogo y un relacionamiento eficaz entre los dos posicionamientos políticos.
Las dos expresiones de creencias se han articulado en lo posible y el lado neoliberal se muestra mejor estructurado, quizás demostrando que su competidor directo todavía no se organizó de forma más estratégica y en eso los Estados (que salvaguardan los derechos ambientales y civiles, pero que también son una expresión de sus grupos económicos) tienen el deber de normalizar dicho debate: no es difícil concluir que la actual estructura global no ha concedido voz formal a las ONGs más serias, lo que dificulta una articulación civil mundial que genere un mayor equilibrio y articulación.
Se nota claramente un gran relacionamiento estratégico entre los actores privados, formando una trilogía:
1. las grandes corporaciones;
2. el BM- con las financiaciones para la recuperación ambiental y posterior exploración económica;
3. la OMC- trabajando institucionalmente para cambiar el marco regulatorio de sus países miembros, en cuestiones ambientales importantes.
Sin desconsiderar la esencialidad de la actividad económica y más allá del discurso romántico menos cuidadoso, lo que se ve internacionalmente es una profunda asimetría institucional.
Los actores privados tienen la posibilidad directa de demandar a los Estados en materia de inversión. Es decir, una empresa exploradora de hidrocarburos puede reclamar eficazmente en el CIADI (un órgano de la ONU) contra un país por incumplimientos de los contratos. Del lado opuesto, en materia ambiental, ningún Estado está habilitado a demandar a una empresa ubicada en otro país en la Corte Internacional de Justicia (también un órgano de la ONU), por cuestiones de accidentes o incumplimientos delas normas ambientales que afecten a la comunidad internacional. Hay la posibilidad de una controversia contra el Estado en el cual ocurrió la agresión ambiental (el caso entre Argentina y Uruguay es típico), pero en generar los países defienden sus grupos económicos e históricamente los fallos de la CIJ no han sido eficaces, los procedimientos son burocráticos, caros y lentos, fragmentando un mejor control.
Por consiguiente, las empresas se someten básicamente al control interno de sus países sedes (Shaw, 2008). Este es un debate de muchos matices que ha ganado fuerza.
La ONU tiene un rol de gran importancia pero ya no atiende a su propia propuesta de impulsar el desarrollo sostenible. La institución se ha vuelto desacreditada por las constantes evidencias de fraccionamiento y tendenciosidad
¿En medio a intereses contrapuestos tan considerables, quo vadis planeta Terra? La histórica colisión entre las creencias profundas-eco-sociales y neoliberales- necesita ser discutida hacia una coalición de mayor vanguardia.
La teoría ACF propone que las coaliciones cruzadas? requieren el liderazgo un sistema de control más eficaz. Los conceptos más elementares de gestión propondrían también que se le agregara ahí las funciones planificación y organización.
Por lo tanto, como contribución de este ensayo, algunas proposiciones se muestran deseables en una gobernanza ambiental globalmente eficaz. Inicialmente se sugiere la creación de la Organización Mundial para el Medio Ambiente [OMMA]. Dicha idea no es nueva y encuentra base teórica en varios trabajos, a ejemplo de los presentados por Charnovitz, Biermann, Downie y Levy, Whalley&Zissimos, Esty y Ivanova (como citado en Gonzáles,2004). En un momento que el debate sobre los cambios climáticos empieza a perder impulso en el seno de la ONU y se nota una profunda fragmentación internacional en la gestión de la naturaleza, la formación de una agenda hacia la creación de una nueva estructura global también ha encontrado el apoyo político (DW, 2009).La OMMA congregaría en una Asamblea General países, organismos internacionales, empresas, centros de investigación y representantes del tercer sector- estos tres últimos a través de comités directivos. Los comités se dividirían según los asuntos más relevantes para el medio ambiente- clima, agua, biodiversidad etc. La nueva institución establecería mecanismos para la delimitación de reglas de conducta, herramientas de participación, asignación
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