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DISEÑO DE INVESTIGACION MALACATAN GUATEMALA


Enviado por   •  6 de Noviembre de 2012  •  6.642 Palabras (27 Páginas)  •  370 Visitas

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I. TUTULO

IMPACTO DE LA VIOLENCIA SOCIAL EN LOS JOVENES Y SU REPERCUCION EN SUS RELACIONES SOCIALES EN LOS MUNICIPIOS DE MALACATAN Y SAN MARCOS DEL DEPARTAMENTO DE SAN MARCOS.

II. JUSTIFICACION

Es importante que este tipo de investigaciones se lleven a cabo no simplemente por cumplir con un requisito, sino mas bien con el propósito de analizar los resultados que tienen estos problemas, principalmente en las relaciones sociales en los jóvenes.

Toda investigación se realiza con un objetivo en donde se contempla una alternativa que solucione o contribuya a la disminución de los problemas sociales; por lo que esta investigación no es la excepción.

Considerando que la violencia social es un fenómeno progresivo difícil de controlar, e indispensable de conocer, no simplemente para que este conocimiento se quede muerto sino para que todos fomentemos valores morales en las personas con las que compartimos a diario, especialmente dentro del núcleo familiar; para que exista más respeto hacia las demás personas, pues la disminución de las grandes corrientes de violencia no solo son obligación de los gobiernos sino que también es obligación de todos los ciudadanos, para poder vivir en plena paz.

Pues se dice que los jóvenes son más vulnerables ante este tipo de fenómenos sociales, sin embargo no se sabe exactamente en qué rango de edades se encuentran dichos jóvenes, reconociendo que cada persona pasa por una etapa de adolescencia en la cual hay muchas formas de manifestar actitudes de desobediencia o rebeldía; por lo que se desea conocer hasta qué punto son afectados o influenciados por este fenómeno social que les perjudica en sus relaciones sociales con las demás personas.

III. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

Los sucesos que ocurren constantemente en nuestro país, denotan la crisis en la que se halla la sociedad. Problema que va más allá de los crímenes rutinarios, que se extiende a todos los estratos de la sociedad y como una epidemia, se convierte en psicosis colectiva. Leer las noticias en los diarios, escuchar la información en la radio o ver lo ocurrido diariamente en la televisión, es trasladarse a una historia de terror donde la realidad supera la ficción. Y es que la violencia que se vive en Guatemala es producto de una sociedad enferma que manifiesta ineptitud de sus autoridades e indolencia por parte de la población.

La violencia se ha instalado en Guatemala y como todo proceso social, tiene un componente histórico que hay que contemplar. Pero a la vez, se nutre y crece en un escenario propicio, donde las asimetrías sociales, que persisten en el país, que traen como corolario el malestar y la frustración, son sus detonantes. La miseria es sinónimo de hambre y con éste, limitaciones de todo tipo proliferan. Consecuentemente, si en un escenario como ese, vive un ser agresivo, como los son los seres humanos, el resultado es la violencia, el envilecimiento, la destrucción de los valores constructivos y la crisis social que vivimos.

La juventud es otro segmento poblacional que requiere atención prioritaria en materia de prevención de la violencia y seguridad ciudadana. Las estadísticas brindan información que en Guatemala los jóvenes conforman consistentemente la mayor parte de las víctimas y de los victimarios, lo que provoca que sean despreciados por su sociedad.

La situación de la violencia y la inseguridad en Guatemala sólo puede ser descrita como grave. Sin embargo los datos nacionales analizados y los ejemplos de otros países latinoamericanos permiten identificar elementos positivos y visualizar un camino a seguir en el esfuerzo que como nación Guatemala debe emprender en la reducción y la prevención de la violencia. Se considera que la violencia va más allá del daño físico infringido sobre los cuerpos, y que hoy se ha establecido como una forma de conseguir algo, utilizando la violencia o la agresividad para el alcance de ese algo.

Ante este repunte de violencia que se ha levantado en nuestro país Guatemala y particularmente en los municipios de Malacatán y de San Marcos, los diferentes gobiernos de nuestro país y autoridades locales se han visto imposibilitados para la disminución de este fenómeno social, pues no se han creado políticas y programas eficaces que vengan a solucionar o a disminuir esta problemática. Por lo que día con día la situación se agrava pues cada vez más los jóvenes por diferentes razones son participes de las diferentes agrupaciones que pretenden la consecución de un objetivo al precio que sea, olvidando sus principios morales y espirituales, lo que hace que sean despreciados, rechazados y excluidos por la sociedad.

Si no tomamos conciencia cada uno de nosotros sobre la violencia que generamos en nuestra casa, en nuestro trabajo, en la calle o donde sea que convivamos, no podemos contribuir a que cese tanta violencia en este país tan reprimido.

Otro caso penoso es que los adolescentes de nuestro país están actuando de una forma vandálica, esto se debe a la formación, a la falta de amor que hay en sus casas, a la falta de conocimientos que le permitan razonar antes de ponerse una "capucha" y salir a cometer actos inhumanos con las demás personas. Se considera que una de las causas de los altos índices de violencia se debe a que las personas han sufrido grandes traumas dentro del núcleo familiar, es decir la violencia intrafamiliar, también se debe a la falta de empleo, a las malas influencias, etc, los cuales forman parte de un circulo vicioso.

Por ello, crear las condiciones para que surja una sociedad sana, donde el respeto por la vida sea el valor preponderante, tendría que ser la labor de todo guatemalteco. Una sociedad donde en vez de la trillada expresión bíblica, ojo por ojo, diente por diente, se terminen con las asimetrías sociales y con ello, las oportunidades para la realización plena de todo individuo, se hagan efectivas. Y la construcción de valores humanos, a través de una educación que fomente las actitudes críticas, que faculte a todo individuo, para hacer la diferencia entre lo que es valor y precio, conocimiento y creencia, amor y engaño, sean una realidad.

Los guatemaltecos tenemos que dejar atrás las creencias de que sólo la violencia contrarresta la violencia, que justicia es sinónimo de linchamiento, que la solución a nuestros problemas está en los cielos y que la naturaleza humana, bajo cualquier circunstancia, se corrompe con el dinero. Por el contrario, el escenario donde se desenvuelven los individuos es de vital importancia, consecuentemente el ser humano es lo que se le enseña y aprende a ser. Valores honestos y solidarios, junto a actitudes críticas y reflexivas, darán por resultado seres más confiables.

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