DISTRIBUCIÓN DE LA TIERRA Y SOBERANÍA ALIMENTARIA
Enviado por edulaucho • 18 de Marzo de 2015 • Tesis • 1.523 Palabras (7 Páginas) • 451 Visitas
República Bolivariana de Venezuela
Ministerio del Poder Popular para la Educación
U.E “Dr. Andrés María Hernández Caballero”
Puerto La Cruz – Estado Anzoátegui
Profesora Integrantes
Dorixa Rodríguez Nathalie Salazar 01
Katherine Rodríguez #06
Albelys González #17
5to Año Sección “B"
09 de Marzo de 2015
Índice
pág.
Introducción
DISTRIBUCIÓN DE LA TIERRA Y SOBERANÍA ALIMENTARIA
Desde la perspectiva agroalimentaria el Estado se propone mejorar el valor nutritivo de la dieta de los venezolanos a través de la aplicación de esta nueva legislación, comprometiéndose a garantizarle a la población una distribución alimentaria basada en la capacidad productiva que tengan los suelos venezolanos. Bajo este nuevo enfoque el Ejecutivo Nacional debe establecer las prioridades agroalimentarias, las cuales deberán estar dirigidas a la producción de proteína animal (carne, leche y huevos), de oleaginosas y de cereales.
El Gobierno también debe apuntalar la producción de maíz, aumentar el consumo de arroz y disminuir el de trigo. La siembra de otros rubros como el café, cacao, frutas, hortalizas o algodón, dependerán de la importancia que el Ejecutivo les asigne. Asimismo, deberá permitir algunas excepciones (como ganadería de leche, carne o doble propósito, en terrenos con vocación agrícola), si dichos sistemas productivos se pliegan a un plan especial de producción pecuaria, es decir que se manejen en forma adecuada en dichos terrenos, aplicando prácticas conservacionistas de los suelos, de recuperación del rebaño nacional, toda vez que el aumento en la producción de carne será una de las prioridades del Ejecutivo en los planes agrícolas inmediatos, con el objetivo de dar seguridad alimentaria a través del aumento en el consumo de calorías de alta calidad proteínica.
La soberanía alimentaria es el derecho de los pueblos a alimentos nutritivos y culturalmente adecuados, accesibles, producidos de forma sostenible y ecológica, y su derecho a decidir su propio sistema alimentario y productivo. Esto pone a aquellos que producen, distribuyen y consumen alimentos en el corazón de los sistemas y políticas alimentarias, por encima de las exigencias de los mercados y de las empresas. Defiende los intereses de, e incluye a, las futuras generaciones. Nos ofrece una estrategia para resistir y desmantelar el comercio libre y corporativo y el régimen alimentario actual, y para encauzar los sistemas alimentarios, agrícolas, pastoriles y de pesca para que pasen a estar gestionados por los productores y productoras locales.
La soberanía alimentariada prioridad a las economías locales y a los mercados locales y nacionales, y otorga el poder a los campesinos y a la agricultura familiar, la pesca artisanal y el pastoreo tradicional, y coloca la producción alimentaria, la distribución y el consumo sobre la base de la sostenibilidad medioambiental, social y económica.
La soberanía alimentaria promueve el comercio transparente, que garantiza ingresos dignos para todos los pueblos, y los derechos de los consumidores para controlar su propia alimentación y nutrición. Garantiza que los derechos de acceso y a la gestión de nuestra tierra, de nuestros territorios, nuestras aguas, nuestras semillas, nuestro ganado y la biodiversidad, estén en manos de aquellos que producimos los alimentos.
La soberanía alimentaria supone nuevas relaciones sociales libres de opresión y desigualdades entre los hombres y mujeres, pueblos, grupos raciales, clases sociales y generaciones.
De acuerdo con estas estimaciones, en total hay 11.229.000ha de terrenos planos de buena y mediana calidad agrícola situados en la margen izquierda del río Orinoco. La margen derecha del río cubre la totalidad de los estados Amazonas y Bolívar, con una superficie de 43.190.000ha ocupadas en su gran mayoría por vegetación boscosa densa y asiento de varias nacionalidades aborígenes, que practican una agricultura autóctona e itinerante caracterizada por bajos insumos para la producción. La vocación de uso de estas tierras no está suficientemente definida pero son aptas para ganadería extensiva y usos forestales. Por último, 39.924.000ha del territorio nacional están localizadas en las zonas con relieve quebrado que conforman los
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