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DROGAS. Mas Allá De La Moralidad


Enviado por   •  26 de Julio de 2013  •  2.021 Palabras (9 Páginas)  •  306 Visitas

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DROGAS

MÁS ALLA DE LA MORALIDAD.

LAURA ALEJANDRA CANO PINTO

XI B

INSTITUTO EDUCATIVO DEL LLANO

TAURAMENA CASANARE

2012

DROGAS

¡Más allá de la moralidad!

En nuestra incomprendida sociedad, el ser humano esta amoldado a una estructura ya establecida por los de arriba, esos a los que ignoramos y dejamos que con sus extensos discursos seamos conformes a lo que balbucean!

Muchas generaciones atrás han venido transformándose, hasta donde más no recuerdo un día la mujer fue aceptada por los hombres, nos dejaron votar.

También recuerdo cuando en pleno renacimiento querían gritar sus pensamientos, pintores que por medio del arte expresaban todo aquello reprimido.

Pero bueno, no nos vallamos tan lejos del punto que queremos tocar todos. El presente, a uno de los tantos inquietantes al que esta sociedad se somete. Nuestros jóvenes. El futuro del mañana. Ese interrogante de la generación pasada que día a día atormenta a los padres, a las autoridades, a los maestros, a toda la comunidad.. Pero, que piensan los jóvenes de su futuro? Que hace el gobierno, los altos mandos, los de arriba para escucharlos? Como se hace frente a esta nueva ola de violencia, drogadicción, prostitución y cuantas cosas se vean hoy en este mundo discriminante, absurdo, sucio, dañado en el que todos convivimos. Es que partiendo de esto, como se vive aquí? Como es nuestra convivencia? Tantos interrogantes, tantas cuestiones que tanto ustedes como yo nos queremos responder.

Nuestro objetivo general el lograr contribuir al entendimiento de las causas que posee el usuario de S. P. A y las razones que la perpetúa en su entorno. También, se quiere incentivar a la NO ESTIGMATIZACION del consumo y, promover la inclusión del usuario S. P. A al contexto social. Para esto, hicimos una investigación profunda organizando una estructura que nos muestre la evolución que hemos venido viviendo en nuestra sociedad.

Puede afirmarse que con la aparición del hombre se inicio también la intención por obtener sustancias capaces de producir cambios en el estado de ánimo, el nivel de alerta y la percepción del mundo descubriéndose y elaborándose las sustancias psicoactivas, más comúnmente llamadas drogas.

En las muestras de escritura más antiguas se encuentran referencias al empleo de drogas estimulantes, depresoras y alucinógenas, habiéndose observado que en las culturas primitivas el uso de psicoactivos tuvo casi siempre un significado ritual y mágico-religioso, y las autoridades ejercían cierto control sobre su empleo mediante leyes específicas o a través de la fuerza de la costumbre.

Los avances tecnológicos permitieron que se aprendiera a concentrar y aislar los principios activos de ciertas drogas. Dicho proceso se inicio con los alquimistas y la destilación del alcohol y alcanzo una eficiencia notable en el siglo XIX cuando se aislaron los alcaloides cafeína, morfina y cocaína. El invento de la jeringa hipodérmica permitió contar con formas más seguras de administración, lo cual a su vez favoreció la elaboración de nuevos compuestos tales como la heroína, las anfetaminas y el PCP, productos de síntesis químicas.

El desarrollo de ciertas drogas proporciono a la medicina elementos poderosos para el tratamiento de enfermedades, el alivio del dolor y el control de la depresión; pero también enfrento a la sociedad con un fenómeno no previsto, la aparición de personas que bajo los efectos de las drogas perdían el control de sus actos, abandonaban las normas establecidas y cometían actos criminales.

La situación se tomaba más dramática en tanto los usuarios generalmente provenían de minorías étnicas definidas, las cuales se enfrentaron a una discriminación aun más severa, con mecanismos represivos basados en la violencia. Es por ello que en los primeros momentos el consumo de drogas no era considerado un problema de salud sin más bien un tema social y político.

Así pues los últimos años del siglo XIX fueron testigos de importantes movimientos que propugnaban la necesidad de regular y controlar la comercialización y empleo de drogas, llegando incluso a proponerse su prohibición absoluta. Sin embargo, tales iniciativas no eran nuevas, la historia ya mostraba antecedentes importantes en los esfuerzos mundiales por controlar el abuso del opio y sus derivados.

Como consecuencia de ello, a inicios del siglo XX surgieron campañas que alentaban la proscripción de toda droga capaz de producir dependencia, los llamados “narcóticos” o “estupefacientes”. Así, la mayor parte de países inicialmente restringieron el opio, luego la morfina, la cocaína y algunos derivados sintéticos.

Las medidas de control tomadas en diferentes países inicialmente ocasionaron una reducción del número de adicción y accidentes debidos a drogas, pero a la vez trajeron la aparición de mecanismos subterráneos dedicados a la producción y comercialización de drogas ilegales, que basan su poder en la violencia y en su enorme capacidad de corrupción.

A mediados de los 60 se difundió por el mundo una corriente que cuestionaba los valores establecidos planteando la búsqueda de satisfacción individual más allá de las actividades convencionales. En ese momento se comenzó a asociar el uso de drogas con la búsqueda de la liberación individual lo cual ocasiono un explosivo aumento del consumo a nivel mundial, seguido por un notable incremento del accionar de las bandas de traficantes, la violencia generalizada y crisis en las relaciones internacionales cuando los países productores y consumidores se culpaban mutuamente como responsables del problema.

Sin embargo, más allá de las responsabilidades internacionales y el proceso histórico involucrado, el hecho concreto es que el mundo actual enfrenta un problema grave, asociado con múltiples casos de enfermedad y muerte en el que intervienen muchísimas personas y montos incalculables de dinero.

Esto se complica aún más por la existencia de drogas de alta peligrosidad cuyo uso no solo es aceptado socialmente sino promovido libremente; tal es el caso del alcohol y el tabaco que entran en la categoría de drogas sociales. Por otro

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