De Futbol Y Tonterías
Enviado por elvorticeasesino • 12 de Marzo de 2013 • 882 Palabras (4 Páginas) • 337 Visitas
En mi pueblo, uno de tantos que hay en el estado y cuyo nombre no puedo mencionar, la gente anda muy contenta por la inauguración de dos canchas de futbol. No una. Dos canchas. Dos campos construidos con precisión arquitectónica, con sus respectivos palcos y su respectivo césped y su respectiva cerca, en los que se invirtieron millones de pesos.
Aunque ustedes no están para saberlo, yo me muero por contarlo: Mi pueblito se encuentra dividido por un río de aguas pestilentes que desemboca en el Balsas, lo que desde tiempos inmemoriales ha impactado profundamente en la psicología de mis paisanos, pues es la fecha en que están plenamente convencidos de que los de un lado pertenecen a una raza infinitamente superior a los del otro. Y si no superior, por lo menos lo suficientemente distinta para gestionar una cancha por cada extremo, aunque el lugar en su conjunto no cuente siquiera con 5 mil personas.
La construcción de estas áreas de recreación es hasta el momento, según las autoridades de mi comunidad, el gran suceso que ha marcado la historia de este sitio olvidado por Dios y por las autoridades, aunque he de hacer hincapié en el hecho de que la indiferencia de éstas, mucho más que la del ser celestial, es lo que más nos ha afectado: total, Dios puede acordarse cuando quiera de nosotros y echarnos su bendición, pero con ella difícilmente podríamos alimentarnos o hacer escuelas o construir drenajes.
Cabe mencionar que el asunto fue una promesa de campaña de un candidato a alcalde, de cuyo nombre tampoco me quiero acordar, porque al fin y al cabo pudo ser cualquiera.
La gente se reúne por las tardes para ‘supervisar’ los trabajos. Charlan con el encargado de la construcción, y de vez en cuando le hacen una sugerencia para el perfeccionamiento de las canchas, convencidos de que, ahora sí, patearán balones como debe ser, al estilo de los más grandes en la historia.
El asunto es todo un suceso. Es más, ya hasta se anuncia con bombo y platillo una fiesta de inauguración muy prometedora, con música, comida y, por supuesto, unos cuantos cartones de cerveza.
Contrario a lo que usted pudiera suponer, la idea de verme pateando esféricos en un césped bien acondicionado no me repugna en lo más mínimo.
Lo que en realidad me aterra es saber a costa de qué lo estaré haciendo.
Y es que no puedo disfrutar de tan hermoso deporte sabiendo que el poco dinero que se logró gestionar, viniese de donde viniese, en lugar de haberse aprovechado para algo realmente importante, algo que impactara real y positivamente en la vida diaria de un pueblo desfavorecido, donde la pobreza afecta a gran parte de sus vecinos, se invirtió en pasto sintético y travesaños, multiplicados por dos.
La historia sería muy diferente si pudiera contemplar un escenario donde los niños de mi pueblo llegaran bien comidos, contentos y uniformados a jugar una cascarita para desestrezarse,
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