De la Economía y su Implicación Psicológica

DE LA ECONOMÍA Y SU IMPLICACIÓN PSICOLÓGICA.

Por: Psic. Arturo Zúñiga Bernal

Ciudad de México. Mayo-2016

De modo cotidiano escuchamos e incluso aludimos a la Economía y lo hacemos siempre conceptualizando un dechado de negatividad, toda vez que se mira la condición propia, sujetándonos a “ver nuestras deudas”; pero que es lo que hay detrás de este concepto, que en un inicio diremos es un área del campo científico muy relevante. La Economía en términos político-sociales funge como el instrumento regulador para el funcionamiento de un país y su efecto más significativo se vivencia en las personas.

Hoy día los estudiosos de la personalidad voltean a ver estos aspectos y sus repercusiones sociales, y la encomienda busca propiciar expectativas sencillas para transmitir en diferentes ámbitos las implicaciones que tienen en la afectividad humana, de lo cual abordaremos en términos prácticos.

Mantener nuestra economía en una balance benéfico resulta a todas luces la causante de estados de ánimo que acusan severos niveles de stress y consecuentemente generadores de diversas enfermedades, por ello nos preguntamos ¿cómo mantener la calma ante tal circunstancia? Y aunque la respuesta no resulta para nada sencilla, si podemos reflexionar sobre algunos elementos que pueden estar bajo nuestro propio control.

-Considerar cuáles son nuestras aspiraciones más deseadas dará un sentido diferente a nuestra vida diaria, toda vez que siempre será importante establecernos metas alcanzables, que cumplidas nos permitirán establecer nuevas de mayor peso. Por ejemplo, aspirar a tener un automóvil, quizá en principio nos resulte complicado por los actuales niveles en el cobro de impuestos y tasas de interés, sin embrago si determinamos que al cabo de cierto tiempo de ahorro adquirimos un vehículo usado que con los debidos cuidados elijamos, previendo su estado mecánico adecuado, el pago de sus servicios correcto (tenencia, verificación vehicular) y algo muy importante su nivel de legalidad, nos dará certeza y tranquilidad, además de cubrir una necesidad importante. En términos de conciencia ecológica tendríamos que preguntarnos si el deseo de adquirir un automóvil conlleva una necesidad importante u obedece a una condición de status social. Cubierta esta meta estaremos estableciendo un escalón de crecimiento en la medida en que sin “ahorcarnos” con situaciones fuera de nuestro alcance obtenemos un satisfactor alcanzable, como decíamos al principio.

-Analizar el nivel de logro que podemos obtener con base en las percepciones resultantes de nuestra actividad productiva, ya que de ahí podemos o en su caso debemos hacernos el hábito del ahorro. Generalmente vivimos de manera tan apremiante que al estar siempre deseando tener recursos, cuando estos llegan solemos “malgastarlos” en cosas que siempre hemos deseado, pero que quizá son innecesarias, argumentándonos a nosotros mismos “si no es ahora cuando”, sin embargo y no perdiendo esta necesidad, podemos destinar parte (aunque sea un “poquito”) a formalizar un esquema de ahorro que nos permita ir complementando nuestras metas.

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