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Decalogos De Los Abogados


Enviado por   •  14 de Julio de 2013  •  2.311 Palabras (10 Páginas)  •  518 Visitas

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DECÁLOGOS DEL ABOGADO.

Decálogo de san Ivo de Kermartin (1253-1303).

1º Ningún abogado aceptará la defensa de casos injustos, porque son perniciosos para la conciencia y el decoro.

2º El abogado no debe cargar al cliente con gastos exagerados.

3º Ningún abogado debe defender causas valiéndose de medios ilícitos o injustos.

4º Debe tratar los casos de todos los clientes como si fueran propios.

5º No debe ahorrar trabajo ni tiempo para obtener el triunfo del caso que le ha sido encomendado.

6º Ningún abogado debe aceptar más querellas de las que su tiempo disponible le permita.

7º El abogado debe amar la justicia y la honradez, tanto como a las propias niñas de sus ojos.

8º La demora y la negligencia de un abogado a menudo causa perjuicio al cliente, y cuando esto acontece el abogado debe indemnizarlo.

9º Si un abogado pierde un caso debido a su negligencia, debe recompensar debidamente al cliente perjudicado.

10º Para hacer una buena defensa el abogado debe ser verídico, sincero y lógico.

11º Un abogado debe pedir ayuda a Dios en sus defensas, pues Dios es el primer protector de la justicia.

12º Los principales requisitos de un abogado son: sabiduría, estudio, diligencia, verdad y sentido de justicia.

Decálogo de san Alfonso María de Ligorio (1696-1787).

1º Jamás es lícito aceptar causas injustas porque es peligroso para la conciencia y la dignidad.

2º No se debe defender causa alguna con medios ilícitos.

3º No se debe imponer al cliente pagos que no sean obligados, bajo pena de devolución.

4º Se debe tratar la acusa del cliente con el mismo cuidado que las cosas propias.

5º Es preciso entregarse al estudio de los procesos a fin de que de ellos puedan deducir los argumentos útiles para la defensa de las causas que son confiadas a los abogados.

6º Las demoras y negligencias de los abogados son perjudiciales a los intereses de los clientes. Los perjuicios así causados deben, pues, ser reembolsados al cliente. Si no se hace así se peca contra la justicia.

7º El abogado debe implorar el auxilio de Dios en las causas que tiene que defender, pues Dios es el primer defensor de la justicia.

8º No es aceptable que el abogado acepte causas superiores a su talento, a sus fuerzas o al tiempo que muchas veces le faltará para preparar adecuadamente su defensa.

9º El abogado debe ser siempre justo y honesto, dos cualidades que debe considerar como a las niñas de sus ojos.

10º Un abogado que pierde una causa por su negligencia es deudor de su cliente y debe reembolsarle los perjuicios que le ocasione.

Postulados del abogado, de Ángel Ossorio y Gallardo (1873-1946)

1º No pases por encima de un estado de tu conciencia.

2º No afectes una convicción que no tengas.

3º No te rindas ante la popularidad ni adules a la tiranía.

4º Piensa siempre que tú eres para el cliente, y no el cliente par a ti.

5º No procures nunca en los tribunales ser más que los magistrados, pero no consientas ser menos.

6º Ten fe en la razón, que es la que en general prevalece.

7º Pon la moral por encima de las leyes.

8º Aprecia como el mejor de los textos el sentido común.

9º Procura la paz como el mayor de los triunfos.

10º Busca siempre la justicia por el camino de la sinceridad y sin otras armas que las de tu saber.

El decálogo del abogado, de Eduardo J. Couture (1904-1962).

1º Estudia. El derecho se transforma constantemente. Si no sigues sus pasos, serás cada día un poco menos abogado.

2º Piensa. El derecho se aprende estudiando, pero se ejerce pensando.

3º Trabaja. La abogacía es una ardua fatiga puesta al servicio de la justicia.

4º Lucha. Tu deber es luchar por el Derecho; pero el día que encuentres en conflicto el Derecho con la justicia, lucha por la justicia.

5º Sé leal. Leal para con tu cliente, al que no debes abandonar hasta que comprendas que no es digno de ti. Leal para con el adversario, aun cuando él sea desleal contigo. Leal para con el juez, que ignora los hechos y debe confiar en lo que tú le dices; y que, en cuanto al Derecho, alguna que otra vez, debe confiar en el que tú le invocas.

6º Tolera. Tolera la verdad ajena en la misma medida en que quieres que sea tolerada la tuya.

7º Ten paciencia. El tiempo se venga de las cosas que se hacen sin su colaboración.

8º Ten fe. Ten fe en el Derecho como el mejor instrumento para la convivencia humana; en la justicia, como destino normal del Derecho; en la paz, como substitutivo bondadoso de la justicia; y sobre todo ten fe en la libertad, sin la cual no hay Derecho, ni justicia, ni paz.

9º Olvida. La abogacía es una lucha de pasiones. Si en cada batalla fueras cargando tu alma de rencor, llegará un día en que la vida será imposible para ti. Concluido el combate, olvida tan pronto tu victoria como tu derrota.

10º Ama tu profesión. Trata de considerar la abogacía de tal manera que el día en que tu hijo te pida consejo sobre su destino, consideres un honor para ti proponerle que se haga abogado.

Normas de ética profesional del abogado, de Honorio Silgueira (1952).

1º Trata de ser honesto como preparado en el ejercicio de tu profesión; tuyo será así el camino del éxito.

2º No engañes al cliente ni le hagas concebir vanas esperanzas. Háblale con franqueza, no le ocultes ninguno de tus pensamientos, dile toda la verdad.

3º No transijas ni con las malas causas, ni con los malos jueces, ni con los malos litigantes. ¡Baldón para ellos!

4º Ten confianza en la justicia y fe en la rectitud de los magistrados. No te consueles en la derrota pensando mal de la una y de los otros.

5º No hagas uso de la inmoralidad o injusticia de la ley sino cuando te lo exijan ineludiblemente la fuerza de las cosas o las necesidades imperiosas de la defensa.

6º Sé prudente, firme y culto en todos tus actos. No desciendas nunca, ni para lanzar improperios o recoger inmundicias.

7º No juzgues mal de las intenciones o conducta del contrario, ni menoscabes la preparación de tus colegas, ni de nadie, sin tener motivo fundado para ello. Dignifica la profesión por todos los medios.

8º No cristalices tu conciencia en la rutina. Estudia y consulta siempre. Ten cuidado con el error, que es humano.

9º Ocupa útilmente tu tiempo. No suscribas escritos indebidos, ni acumules montañas de papel en los juicios, ni uses dilaciones o procedimientos maliciosos, que no te acarrearán sino deshonor o descrédito. Cuida tu título, acuérdate de que has jurado.

10º Empuja siempre

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