Dejando volar mi Lola imaginación

Dejando volar mi Lola imaginación

Siempre han sabido que mi nombre no es Lola.

Si no fuera por mí, tu me significarías nada. No has sido tú quien me ha hecho amarte como te amo, he sido yo, la imagen que me he creado de ti, la historia que me he contado de tu vida. Tú no eres más que ordinario, en cambio yo soy excepcional. Te he recreado por que con lo que eres no me alcanza. Estoy enamorada de una idea de ti. Una idea que te supera por mucho. Una idea producto de mi imaginación, más que conservada de la infancia. No me interesa quién seas, me interesas como materia prima. Me eres posibilidad de creación. Me fascinas una vez que pasas por el filtro creativo de mi imaginación. Si mí no me serías nada. Pero aquí estoy, me eres todo.

Es como la playa, me gusta. La playa más una dosis de LSD, me gusta aún más. La playa es bella per se, sin embargo, cuando me coloco las gafas ácidas la encuentro más interesante, intensa, variada, colorida, dinámica, maravillosa, embriagante, placentera tanto o más de lo que tú hayas podido imaginar jamás. Lo real no me es suficiente. Supongo que a nadie y que por eso el ser humano está dotado de una mente imaginativa, creativa: para modificar la realidad, para no conformarse con ella, para redefinirla a cada momento.

No busco que me seas ideal, perfecto. Busco que me imagines y recrees; que me disfrutes en otro nivel, el de la imaginación; que te enamores, no de mí, sino de lo que provoque en tu mente y, luego, en tus sentidos. Si te has enamorado de lo que ves y no de lo que imaginas cuando ves, no me interesas. Ya me aburriste.

No podría decir que mi amor no ha sido correspondido. Se trata de mi imaginación, no de mi amor. Mi imaginación no ha sido correspondida. O tal vez se trate de ambas cosas: amor e imaginación no correspondidos.

Sí. Me pasa con todos y con todas. Me son pizarras en blanco, canvas, hojas vacías. No les niego su unicidad. Cada uno y cada una me son escenarios distintos, materiales únicos a partir de los cuales crear. Conocer a una persona me es proceso creativo, de imaginación.

No me conformo con lo que veo en primer plano, no por que me sea poco, sino por que me es materia prima y no puedo quedarme sin hacer nada con ella. Creo una historia. Imagino algo diferente y te lo comparto, te invito así a descubrir posibilidades, a experimentar contigo mismo; a saberte dinámico, capaz, infinito. Así te veo: infinito, humano, infinito. En espiral.

¿Te soy infinita? Sí, volemos; no, adiós.

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