Desarrollo Histórico De La Ciencia Política
Enviado por Sherloki • 4 de Octubre de 2013 • 6.545 Palabras (27 Páginas) • 392 Visitas
TEMAS.
1.- PRINCIPIOS POLÍTICOS DEL CRISTIANISMO.
2.- LA PATRISTICA.
3.- EL PENSAMIENTO POLÍTICO DE SAN AGUSTÍN.
4.- LA POLIARQUIA DE LA EDAD MEDIA.
5.- EL PENSAMIENTO POLÍTICO DE LA EDAD MEDIA.
6.- EL PENSAMIENTO POLÍTICO DE SANTO TOMAS.
7.- LA DOCTRINA TOMISTA DE LA LEY.
8.- VALIDEZ PERMANENTE DE LA DOCTRINA TOMISTA DE LA LEY.
INTRODUCCIÓN
La edad antigua término con la venida de una nueva era, señalada por la revolución en que todos los aspectos del hombre represento la vida de Jesucristo y se difunde en su doctrina.
Es necesario destacar que esta revolución, se caracteriza por una sustancial modificación del concepto de divinidad modificación que es compartida, con el judaísmo. Es decir, a una mitología la sustituye una metafísica. En efecto, el concepto de divinidad, nada tiene que ver con los dioses del Olimpo o del Partenón romano plagado de defecto y limitaciones humanas.
Al lado de la comunidad política se encontró en adelante una comunidad religiosa encarnada a la iglesia. El monismo de las organizaciones humanas de antigüedad llego a su fin dando lugar al dualismo “político-religioso” después de estos sucesos lo más importante es que con el cristianismo surge una observación del mundo en especial al hombre. La necesidad de buscar el bien y distinguirlo del mal en este mundo, del ser humano como ser orientado a actuar con libertad y responsabilidad en relación con Dios, si es creyente, y en relación con el entorno y con los demás aunque no fuera creyente. Por lo siguiente todo hombre será una persona con dignidad y libertad que le corresponden por naturaleza.
Se trata entonces, de atribuir a reflexiones filosóficas, y ante todo teológicas, implicaciones de lo que habrá de concebirse más tarde como políticas. No se trata de negar de plano la reflexión política en la Edad Media. El cuestionamiento por la forma de organizar la sociedad, por la mejor forma de organizar la sociedad, por la forma que materialice las aspiraciones de una sociedad, está implícito en la vida en comunidad. Se trata de entender que el universo mental que tuvo por cuna esta reflexión tenía como pilares estructuras diferentes –quizás más amplias-, a las de épocas posteriores.
1. PRINCIPIOS PÓLITICOS DEL CRISTIANISMO.
El cristianismo es, como pocas, una religión histórica. Su íntimo vínculo con una época y un lugar, su contenido doctrinario, y la forma como se adaptó a pueblos muy diversos, demuestran ese carácter.
En su formación como religión, el cristianismo salpicó de implicaciones todas las dimensiones de la vida humana. Sus primeros escuderos, los llamados Padres de la Iglesia, habrán de servirse de las herramientas conceptuales del momento, esto es, de la filosofía griega y la tradición latina, para revestir de solidez a la naciente institución de lo espiritual. De un lado, que los esfuerzos por consolidar la Iglesia Católica en sus primeros siglos mal podrían calificarse de filosofía cristiana, y de otro lado, que el contenido político del discurso cristiano, está nació en estas primeras fórmulas defensivas desde lo conceptual, y habrá de adquirir sistematización con la dogmática y la filosofía de San Agustín. El cristianismo transformo profundamente la concepción pagana del hombre, frente alos principios negativos de la antigüedad afirmo la dignidad y la igualdad de los seres humanos y la libertad de su consciencia frente a la organización política.
LOS EVANGELIOS:
La enseñanza de Cristo, que está contenida principalmente en los Evangelios, se presenta como revolucionaria con respecto a la sociedad judía, que espera a su Mesías. En efecto, El anuncia que es El la consumación de los tiempos, la culminación de la espera, al mismo tiempo que se proclama –como que es realmente- el Hijo de Dios, denuncia el formalismo y la opresión de los fariseos de su tiempo. Tal afirmación significa una revolución teológica y espiritual en un medio tan riguroso como era la sociedad judía, al mismo tiempo que no se puede omitir las connotaciones socio – políticas de tal doctrina, y que El mismo se encargo prontamente de desecharlas. Al contrario, anuncia que el Reino de Dios es lo que corona toda la actividad política en la medida que ésta constituye una tentativa razonada de organizar la ciudad humana. Sin traicionar el espíritu especifico del Cristianismo naciente, hay que destacar aquello que lo hace análogo a la primera predicación estoica. En ambos casos, se da igual importancia al valor moral y frente a la sociedad a sus prejuicios y formalidades se valoriza al que aparece despojado de sus vestiduras sociales, en la simplicidad de su corazón ; Toda esa doctrina es de tipo humanista por excelencia, su base es la caridad o amor al prójimo y en consecuencia la ayuda a todos los demás respeto por excelencia, de su dignidad y jerarquía por ser todos los seres humanos personas iguales entre sí en cuanto a esa calidad individual que a todos corresponde, es una aportación radical y básica también desde el punto de vista político .
Los fariseos comprendieron el alcance de ésta predica y quisieron arrancarle consignas comprometedoras. Sea suficiente con recordar la cuestión aquella sobre el pago del tributo al César de Roma, que pueden leerse en el evangelio de San Mateo, que puede leerse en el Evangelio de San Mateo, 22,16-22. La respuesta indica bien cuál es el límite de la crítica cristiana. Sin duda, la actividad social y política forma parte de la vida terrena. Todas sus reglas, categorías y valores son terrenales, de este mundo. Por lo tanto no pueden compararse con la vida del alma que solo concierne a Dios.
“DAD AL CESAR, LO QUE ES DEL CESAR, Y A DIOS LO QUE ES DE DIOS”
Fueron las palabras divinas en el, contenidas en el evangelio de San Mateo, indicaron la presencia de las dos esferas sociales con distinto ámbito de validez: la iglesia y la sociedad política. Esta expresión es una de las tantas del Señor Jesús, que sorprendió a aquellos que las oyeron, aún a los que querían enredarle bajo preguntas capciosas y malintencionadas. Lo trascendental de la respuesta del Señor Jesús cuyo contenido titula este estudio, es que apunta a establecer el cisma y la separación necesaria entre dos temas que en esencia son diametralmente opuestos, refiriéndose, a Dios y al estado.
No puede haber ni unión, ni sociedad entre ambos caminos e intereses. Uno conduce a la perdición y el otro a la salvación; uno es temporal y el otro es eterno; uno proviene
...