Despertares
Enviado por Carolinarew • 5 de Febrero de 2013 • 1.738 Palabras (7 Páginas) • 433 Visitas
Despertares es una película estadounidense. Trata sobre un grupo de personas víctima de una epidemia de encefalitis letárgica sufrida en los años 20 a consecuencia de la cual fueron ingresadas en un hospital de enfermos crónicos debido a su progresión hasta llegar a un estado vegetativo – parkinsoniano.
Esta película está basada en hechos reales documentados por el neurólogo Oliver Sacks. A este hospital llega en el año 69 el Doctor Malcom Sayer (Robin Williams), un médico que durante toda su carrera se ha dedicado a la experimentación con lombrices. Consigue un trabajo en un hospital en la ciudad de Nueva York, donde comienza a tratar con pacientes en estado catatónico. Un día observa que una de sus pacientes ataja sus anteojos antes de que éstos caigan al piso. En ese momento comienza a investigar sobre la enfermedad y a formular hipótesis sobre sus posibles causas, pero principalmente sobre su tratamiento.
Al Dr. Sayer le mueve una inquietud deductiva, al principio como mera experimentación, sin implicarse emocionalmente. Poco a poco se va humanizando, manteniendo siempre ese espíritu investigador, que en determinados momentos hace que olvide el beneficio inmediato del paciente. Finalmente se nos presenta como el ejemplo de "práctica médica ideal", que equilibra la tendencia clínica con la investigación.
-El Médico investigador: Tan alejado de la práctica clínica, posee una menor capacidad de empatía y está más dedicado a sus logros científicos que a intervenir directamente en la vida inmediata del paciente para mejorarla. Supongo que, al entrar en contacto con la práctica clínica diaria, se humaniza y adquiere una actitud más efectiva para su actividad actual (intervenir de forma activa en la vida de su paciente para conseguir un beneficio inmediato en vez de trabajar en un proyecto dirigido a curar una enfermedad concreta que dará frutos en unos años).
-El Médico Clínico: Se le atribuyen mayores actitudes sociales y capacidad de empatía, derivadas del contacto diario con los enfermos, hecho que le permite, si así lo desea, intervenir en la mejora de la calidad de vida de éstos de manera inmediata. Esta labor, pienso, puede llegar a convertirse en monótona con el paso de los años, adoptando entonces una actitud conformista con sus posibilidades: se pierden entre protocolos. Estas dos vertientes de la medicina, expuestas aquí como contrapuestas, son en realidad imprescindibles, no entendiéndose la una sin la otra.
El paciente, Leonard Lowe, padece en su niñez una enfermedad que va alterando su vida hasta detenerla por completo, llevándolo a un estado vegetativo en el que permanece durante treinta años. Gracias a la administración de un tratamiento experimental, Leonard "vuelve al mundo", y fruto de esta difícil situación pasa por una serie de estados emocionales.
En un principio, ignorante y ansioso, se siente resucitado, traído a la vida desde la nada en la que había quedado atrapado desde aquella infancia de la que aún no se había desprendido, pero que le es arrebatada al mirarse al espejo y apenas reconocerse. Más adelante, se enamora y demanda independencia a su madre y al hospital, puesto que no se siente un enfermo mental y quiere disponer de su propia vida. Sin embargo, no reclama al Dr Sayer, su salvador, ya que, al haber establecido con él una relación de amistad, no le identifica como autoridad.
La aparición de unos tics violentos le llevan a una reacción de revelación en contra de esa autoridad. Después se resigna y, aunque sabe que volverá a quedar inmóvil, se ofrece y prácticamente exige ser estudiado. Finalmente, y ante la impotencia del Dr Sayer, cae de nuevo en estado vegetativo, tras haber disfrutado fugazmente la vida.
En 1985 se produce en nuestro sistema nacional de salud una reforma que promueve la integración de la salud mental en la asistencia sanitaria general, poniendo a su servicio la atención primaria, centros de salud mental y hospitales que tiendan a reducir sus camas mediante programas de rehabilitación y reinserción social de los pacientes. Pero en la práctica, esto suponía un nuevo abandono de los enfermos crónicos y unos recursos insuficientes para la demanda real.
Actualmente nos encontramos con una atención insuficiente en la que se descuida la prevención y la rehabilitación de los enfermos mentales, sin instituciones destinadas al cuidado de los enfermos crónicos que, inevitablemente, acaban reingresando una y otra vez en las unidades de agudos de los hospitales generales (donde simplemente son contenidos o sedados mientras ocurren sus crisis y donde son dados de alta más precozmente de lo debido), o sobrecargando a las familias que, en la mayoría de los casos, supone su único apoyo.
Como consecuencia de la pobre intervención de los servicios de salud mental con los enfermos crónicos, surgen diversos grupos o asociaciones de familiares. Estas asociaciones, con empeño, han conseguido una red de recursos y financiación propia (procedente de fuentes públicas y privadas), lo que supone una privatización de la asistencia, pero con participación del estado. Posiblemente se avecinen nuevos tiempos en la asistencia de los enfermos mentales crónicos.
En la cultura actual no aceptamos la muerte, que es percibida como un fracaso, o un error, tanto por el profesional como por el paciente y sus allegados: "si se muere, es que algo han estado haciendo mal". Se plantea
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