Diablos Danzantes De Corpus Christi

Diablos danzantes de Corpus Christi

Los Diablos Danzantes de Corpus Christi de Venezuela son una de las expresiones del patrimonio oral (inmaterial) que por su riqueza, significación y tradición refleja la identidad y diversidad cultural de nuestro país.

Desde mediados del siglo XVI, en diversas comunidades de nuestro país se realiza el culto al Santísimo Sacramento mediante la celebración del ritual denominado Diablos Danzantes de Corpus Christi, el cual se efectúa el noveno jueves después del Jueves Santo. El origen de estas comunidades o cofradías está asociado a las haciendas para la explotación de cacao, caña de azúcar, café y añil, en las cuales surgieron una multiplicidad de manifestaciones populares fruto de la interacción de tres culturas, la indoamericana, la europea y la africana.

Los danzantes se protegen de la fuerza del mal cruzándose (portando cruces, amuletos y rezando oraciones), durante la festividad la cual comienza en la víspera (miércoles) y continúa el jueves día del Corpus y en algunos lugares se extiende hasta el viernes.

Esta celebración incluye la misa, construcción de altares y la procesión, como parte del ritual también se realizan visitas a las casas de los miembros importantes de la sociedad y de los capitanes ya fallecidos.

Vestuario

El traje de los Diablos, cuyos elementos esenciales son el pantalón, la camisa y la capa, es predominantemente de colores vivos, aunque esto varía de acuerdo a la región.

Las capas van desde los hombros hasta las rodillas y acostumbran llevar adheridas cruces de tela, campañillas y cascabeles.

Las máscaras que usan los diablos danzantes en cada población varían en cuanto a formas y tamaños, y son elaboradas con diversos materiales.

El rabo es otro elemento importante, que va adherido a la parte posterior del pantalón y generalmente lleva una borla o campanita en la punta.

Los cencerros están constituidos por latas y campanas de bronce que cuelgan de una correa que se coloca alrededor de la cintura del danzante, produciendo un ritmo particular al bailar.

El mandador o látigo, símbolo de poder que llevan los diablos en la mano izquierda, es utilizado para amedrentar a cualquiera que interfiera con el paso de los danzantes.

La maraca que llevan en la mano derecha, pintada o revestida con retazos de tela, sirve para marcar el ritmo de la danza.

Música

La música ejecutada para la festividad de los Diablos danzantes es exclusivamente instrumental, de carácter reiterativo y sirve para apoyar la danza. Los instrumentos principales son la caja, el redoblante y el cuatro según cada región.

Durante los velorios que se realizan en la víspera del día de Corpus Christi hay cantos de fulía, generalmente dirigidos por solistas, quienes se alternan en el canto de versos acompañados por un corto en el que participan los presentes. La fulía se emplea como un canto de salutación al Santísimo Sacramento, y constituye una forma en que los creyentes y los danzantes cumplen con las promesas ofrecidas.

La festividad de Corpus Christi es una manifestación que conjuga en sí misma la fe y la superstición, la magia y la religión, buscando expresar el simbólico triunfo del bien sobre el mal y reafirmando así el reino de Cristo.

En la actualidad, la tradición popular combina oficios litúrgicos católicos con manifestaciones de danza y música protagonizadas por comparsas que terminan sometidos al designio del Santísimo Sacramento en las que se expresan valores como la hermandad, la solidaridad y la cooperación entre los miembros de las cofradías, la organización comunitaria, la transmisión oral de la cultura e historia comunitarias y la formación de las generaciones de relevo. La permanencia de esta expresión cultural ha fortalecido las dinámicas sociales y políticas comunitarias garantizando el auto reconocimiento, la construcción del poder popular en las comunidades vinculadas a las cofradías y hermandades.

La acción de las comunidades organizadas y el apoyo del Estado venezolano a estas expresiones culturales de nuestro pueblo permitieron la declaratoria de los Diablos Danzantes de Corpus Christi como Patrimonio Cultural de los Venezolanos. A partir de 2002 las Cofradías, comunidades organizadas con el apoyo de las autoridades y amparados en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y la Ley de Protección y Defensa del Patrimonio Cultural han desarrollado actividades orientadas al conocimiento y valoración internacional de la manifestación.

Cofradías

Son 11 los grupos reconocidos como hermandades, sociedades o cofradías que se constituyen en jerarquías a fin de danzar anualmente y pagar sus promesas rindiendo culto al Santísimo Sacramento. Todas ellas son organizaciones independientes establecidas en sus respectivas comunidades. En tiempos contemporáneos, los grupos de diablos se han organizado en asociaciones sin ánimo de lucro a fin de tener acceso a financiamiento público y privado para mejorar sus estrategias de organización y de promoción para llegar a un público más amplio.

Diablos danzantes de Yare

Diablos danzantes de Ocumare de la Costa

Diablos danzantes de Cata

Diablos danzantes de Cuyagua

Diablos danzantes de Turiamo

Diablos danzantes de Chuao

Diablos danzantes de Patanemo

Diablos danzantes de San Rafael de Orituco

Diablos danzantes de Tinaquillo

Diablos danzantes de San Millán

Diablos danzantes de Naiguatá

Tratando de alcanzar un grado de fortaleza organizativa, varias cofradías llevan a cabo una serie de "encuentros nacionales", cada uno ubicado en una comunidad de práctica diferente. Como resultado, se creó la Asociación Nacional de Diablos Danzantes de Corpus Christi para agrupar la mayoría de las cofradías existentes.

Diablos danzantes más importantes

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