Diario de Doble Entrada 007
Enviado por Camilo Gómez • 2 de Octubre de 2021 • Resumen • 3.521 Palabras (15 Páginas) • 87 Visitas
Universidad Interamericana de Panamá Diario de Doble Entrada ¿Qué hacen los directivos y qué habilidades necesitan para un trabajo efectivo?[pic 1] Curso: Seminario De Habilidades Directivas Estudiante: LAURA ISABELLA Ruiz Hernández Pasaporte: AX 395459 | |
Tipo de Documento: Artículo Referencia Documental: Codina Jiménez, Alexis. ¿Qué hacen los directivos y qué habilidades necesitan para un trabajo efectivo?, en Lecturas seleccionadas, Seminario De Habilidades Directivas, Universidad Interamericana de Panamá, Ciudad de Panamá, 2021. | |
El quehacer de los directivos es un terreno de constante disputa académicas, por ello es muy común –y lo resalta el autor- que esta cuestión siempre abarque los primeros capítulos de los cursos de formación que se imparte sobre la materia. Para comprender qué hacen los directivos y qué habilidades necesitan el autor de este texto nos invita a conocer los antecedentes, en los cuales nos expone dos enfoques: -Enfoque funcional: que se encarga de entender y sistematizar las tareas que realiza un director. -Enfoque de papeles o roles: el cual aborda las funciones del director desde el análisis de sus tareas, interacciones y métodos. Este enfoque se vio revolucionado por el aporte de Carlson en la década de 1950, algunos autores asimilan que la teoría de Carlson sigue vigente debido a que no abordan al administrador desde un paradigma rígido y estático, sino desde la perspectiva del desarrollo de las actividades y la retroalimentación que trae consigo; dándole la oportunidad de adaptarse a mercados más cambiantes y competitivos como en los que vivimos actualmente. A pesar de la vigencia que tiene Carlson, con la evolución del mercado y las dinámicas empresariales, las habilidades de los gerentes y directivos han cambiado drásticamente; esto ha dado pie a nuevas teorías, las cuales representan un cambio de paradigma de la industria del vapor a la de los servicios. Esto implica que desde la academia se presenten nuevos enfoques, los cuales se concentran principalmente en los propuestos por Henry Mintzberg, el cual rebate mucho de lo que hasta ese momento la literatura en administración aceptaba; siendo discutido y aplicado en igual medida, llamando la atención de otros teóricos como Koontz y Weirich, y complementando los aportes de Mintzberg, también, Kotter. En este punto el texto nos introduce, aún con la decisión de tomar un horizonte conceptual sobre el quehacer directivo, en las habilidades que debe desarrollar un buen directivo para que su trabajo sea eficiente; lo cual puede resumirse con el fin fundamental del texto y una enseñanza valiosa para nuestra formación. Aunque en todos los enfoques se hablan de habilidades ideales, como tal no existe una lista de ellas, los diferentes enfoques, autores e investigaciones arrojan resultados similares, pero recaen en la ambigüedad que resulta el quehacer directivo. Recopilando alguna de los planteamientos se puede recoger la escucha activa, la comunicación, la delegación analítica de tareas, resolución de conflictos, motivación, sentido crítico y analítico, adaptabilidad, entre otros. Para finalizar el texto el autor hace una aclaración importante, la cual se puede resumir en una crítica a los programas de formación en administración en especial a los MBA, los cuales el mismo Minztberg hace alusión por su oportunismo y el diseño de programas que no buscan formar personas con experiencias, aptitudes y habilidades para la administración. | Comentario analítico del documento: El trasegar de la administración como una disciplina de conocimiento ha invitado siempre al debate sobre la simplificación y estandarización de conocimientos –en la teoría-, así como la unificación de modelos y patrones exitosos en la dirección –en la práctica-. Sí bien, como explica el texto existe una exposición a una academia y predominantemente se han impuesto enfoques en los que se describe el “qué” y “cómo” se administra; el trabajo directivo está supeditado a muchas formas, aptitudes y habilidades que difícilmente se pueden sistematizar o transmitir. Dado esto en el texto se resaltaba que muchas de las investigaciones tienen resultados similares; no hallando excepción entre las que se comparte y se entrevista directamente al directivo, con la opinión de los expertos. Reflejado en la intuición que se cree una habilidad directiva, dándole peso a la afirmación de Mintzberg que los directivos de hoy no distan mucho de los de 100 años. Precisamente, esto es lo que algunos autores rebaten, añadiéndole un valor agregado a los directivos que desarrollan habilidades en contextos de constantes cambios. Si bien, aún con el cambio de paradigma en las dinámicas empresariales y del mercado, una de las grandes cuestiones que deja el texto es cómo delimitar el perfil del directivo y las habilidades sin recaer precisamente en el enfoque funcional, que parece regir el amplio espectro de investigaciones que se hacen con este fin. De igual manera cómo mediar la discusión académica –o discusiones académicas- que ayuden a guiar el quehacer directivo y que este no solo se quede en un currículo alejado de toda práctica real, a su vez que consiga una completa aceptación por los directivos –que en muchos de los casos son los que con aptitudes y habilidades conseguidas empíricamente han conseguido el equilibrio, y en muchos casos anteponer sus conocimientos a los acumulados en los estudios curriculares. En este punto del análisis también es necesario hacer la distinción que si bien el enfoque funcional en parte tiene razón de parte de las funciones que ejerce un directivo, no abarca de manera real la funciones que día a día tiene que enfrentar un directivo, sus habilidades, los retos sociales y emocionales que le suponen. De alguna manera, el enfoque funcional hace ver unidimensional las funciones del directivo, cuando realmente, como lo analizó Carlson, el trabajo de un directivo demanda habilidades diversas, diferentes niveles de comunicación, altos niveles de estrés y pocas oportunidades para el ocio y el compartir con familia y amigos. Tal vez con el planteamiento de Carlson se haya hecho un avance enorme para comprender el trabajo de un directivo de manera integral y el enfoque de roles represente –quizá- un genuino acercamiento a la práctica de esos conocimientos que Mingtberg considera poco útiles y alejados del quehacer. Sin embargo, parte de las investigaciones con enfoques de roles concluyen en habilidades que solo pueden ser reales bajo el enfoque funcional; la delegación de funciones, planeación, informe, con el componente de la brevedad, la comunicación verbal asertiva y por escrito, el manejo de personal, la dotación y capacitación del mismo, etc. La lectura nos aclara que no todos los directivos son iguales, que sus conocimientos son diversos y que precisamente esto desmiente creencias de que un buen directivo puede administrar bien cualquier compañía. Como valor agregado esto nos ayuda a entender el carácter heterogéneo del conocimiento directivo e incluso los paradigmas de las dinámicas empresariales en la actualidad, debido a que no todos los mercados son iguales, no todos los directivos trabajan en la misma área, por ende, se enfrentan a diferentes retos y emplean diferentes niveles de conocimiento, habilidades y sobretodo aptitudes –uno de los tópicos más recientes dentro de la investigación en administración-. |
Hechos: un estudio tras otro ha demostrado que los directivos trabajan a un ritmo incesante, que sus actividades se caracterizan por la brevedad, variedad y discontinuidad, que están fuertemente orientados hacia la acción y que no les gustan las actividades reflexivas. La mitad de las actividades de los directivos de mi estudio duraron menos de nueve minutos y sólo el 10% sobrepasaron una hora. Pág. 82
| Razones para considerarlos provocadores
Pensar al directivo en una sola dimensión o solo en función del trabajo es dejarlo estéril ante la posibilidad de nuevos roles, funciones, didácticas, mediaciones, etc., que puedan generar más y mejores resultados.
Se tiene ese concepto errado que los directivos meditan, planifican y reflexionan sus gestiones y sus estrategias en largas juntas, en eventos que pueden durar hasta días enteros; lo cual está bastante alejado de la realidad dado a que el trabajo de los directivos requiere agilidad y en muchos casos –sobre todo en nuestros contextos recientes- inmediatez. Esto no quiere decir que el directivo sea impulsivo o siga solo “corazonadas”, sino busca que la acumulación de datos necesarios para la toma de decisiones sea lo más breve, completa y contundente posible, ya que de ella dependen no solo las acciones inmediatas sino las consecuencias y el plan de acción con respecto al organigrama.
Si bien, este es un factor altamente subjetivo y entraría en lo cualitativo más en lo cuantitativo, la falta de herramientas que faciliten al estudiante, profesional, máster o PhD para reconocerse a través de si quehacer y adquirir destrezas que posiblemente no se pueden adquirir en las aulas; hace que cada vez sea más difícil diseñar planes acordes a las necesidades reales del mercado laboral y que como se resaltaba en el texto se pretenda dar la concepción que con una serie de conocimientos cualquiera puede ser un directivo. Esto último también desmintiendo esa idea arraigada de que la dirección es homogénea y por eso sus conocimientos se pueden aplicar en diferentes áreas, contextos y situaciones con resultados similares siempre. |
| Razones para considerarlos culturales:
Si bien, a priori, esto no representa un problema, el proceso de hacer atractivo –y de paso competitivo- los programas hizo que muchas veces la educación se concentrara en dar la ilusión que con una serie de conocimientos un estudiante podría adquirir habilidades y aptitudes –no confundir con competencias que es común en la educación básica-; omitiendo que en ciencias como las administrativas o las ciencias sociales, muchas veces son actitudes y habilidades pre-adquiridas o desarrolladas empíricamente las que junto a una serie de conocimiento teórico, esfuerzo y práctica llevan al camino del éxito al estudiante que se pretende formar. |
¿Es posible, en mercado y dinámicas empresariales tan cambiantes como las de hoy en día, formular respuestas comprobables al que hacer directivo y las habilidades necesarias para una dirección efectiva? | Importancia de la pregunta: Como se concluye en el texto es posible conseguir respuestas a los interrogantes propuestos por la lectura, estos apoyándose en diferentes elementos que pueden ayudar a construir una literatura que se acerque a las necesidades de las diferentes empresas y sus climas organizacionales. También es importante comprender que no existe un manual homogéneo para el éxito y las ciencias de la administración conservan en gran medida un carácter cualitativo, del cual depende no solo el directivo sino todas las personas que participan en la gestión para que estas se vean reflejados en resultados efectivos y deseables. |
Del texto me quedan dos grandes conclusiones: -La primera es la necesidad de que las escuelas de administración y afines a la dirección apunten programas en la formación complementaria en habilidades interpersonales, marketing, cadenas de mando, liderazgo, adaptabilidad, resiliencia organizativa y otras más que puedan complementar las “tareas” establecidas o atribuidas al directivo. -La segunda es la importancia de que se amplíen las investigaciones en pro de la construcción de una literatura directiva más diversa, que responda interrogantes más profundos en los retos empresariales que enfrentan día a día los profesionales y el análisis de los diferentes mercados y climas organizativos, los cuales tienden a ser homogenizados. |
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