Dimensión Histórica De La Didáctica
Enviado por euroca • 8 de Diciembre de 2012 • 2.942 Palabras (12 Páginas) • 634 Visitas
LA PRÁCTICA REFLEXIVA EN EDUCACIÓN
Introducción. Al llegar a las aulas escolares, el docente, tiene el firme propósito de enseñar, esto para que sus alumnos aprendan; domina los contenidos de la materia que imparte, es decir es experto en su materia; pero con esto apenas tiene una parte de lo que debe saber para saber cómo, para qué y porqué enseña, que sería otra parte importante y complementaria de su saber conceptual. El qué, ya lo sabe, y si no lo sabe en los planes y programas de estudio se localizan tanto el enfoque, como los propósitos y los objetivos hasta los contenidos de la asignatura.
No obstante, plantearse preguntas en función del docente, tales como: ¿Qué enseño? ¿cómo enseño? ¿para qué enseño? ¿por qué enseño? aunque no están por demás, si son discordantes con el pensamiento del verdadero profesional de la enseñanza, estos cuestionamientos, deben de ir en el sentido de quien aprende, es decir, planteamientos que vayan dirigidos al alumno: ¿Qué aprende? ¿cómo aprende? ¿para qué aprende? ¿por qué aprende?
Las preguntas planteadas aunque aparente, no son cosa sencilla. Para responder o estar acordes con el cómo enseñar para que el alumno aprenda, le implica al docente no sólo el cómo enseñar, sino cómo el alumno aprende, esto le significa al maestro ser un profesional con profundos conocimientos de las teorías del aprendizaje y ostentar una amplia gama de métodos para lograr que cada alumno, de acuerdo a su estilo y ritmo de aprendizaje: aprenda
El para qué conlleva implícitamente el planteamiento de la utilidad de los contenidos que el docente enseña y el alumno aprende, en su presente y para su futuro, es decir, es un cuestionamiento teleológico que tiene que ver con los fines de la educación que se imparte.
Así también, el por qué de la enseñanza y el aprendizaje, es decir, en cada contenido, en cada actividad, aunque existan implícitamente los valores y las actitudes, éstas, comúnmente no son tomadas en cuenta, o lo que es lo mismo, la parte axiológica que el docente debe promover, implementar e incrementar es desconocida y por lo mismo no trabajada con los alumnos.
Presentación. Con este trabajo pretendemos apropiarnos del pensamiento de Fernando Barcena Orbe, en su obra denominada La Práctica Reflexiva en Educación. Por lo que iniciamos con el capítulo IV que lleva por título La Educación Como Práctica Reflexiva donde al intentar interpretar el pensamiento del autor, nos damos cuenta que se privilegia la educación para que a través de ésta, tanto el sujeto educador como el educando, incorporen o incrementen la reflexión para la toma de decisiones y que sea un proceso permanente como norma habitual de vida para una, cada vez mejor, incorporación del sujeto en la sociedad de la cual forma parte activa en los diversos roles que le tocan, a cada individuo, desempeñar en su comunidad
Enseguida ubicamos lo concerniente al capítulo V, El Juicio Práctico en Educación, en éste se hace referencia a la toma de decisiones de la cual el docente hace uso para la enseñanza de los dominios de la personalidad: cognoscitivo, afectivo y psicomotor; porque comúnmente en las escuelas, los docentes sólo trabajamos con los alumnos los componentes conceptuales, olvidando por completo los procedimentales y los actitudinales, que no por no enseñárselos no se producen, sólo que no de manera intencional, por lo mismo se propician sin que el docente se lo proponga, y estos se obtienen de manera confusa y a veces negativa, tanto la práctica, es decir, las maneras de hacer, como las actitudes y los valores, que precisamente por no propiciarse de manera deliberada no se tratan como debieran. No obstante, el educador, haber estudiado en las aulas de las escuelas formadoras de docentes, de cualquier nivel educativo para aprender a interrelacionar la teoría y la práctica educativas; la toma de decisiones es el ingrediente esencial para llevar a cabo el quehacer docente con auténtico juicio moral y ético, elemento poco trabajado por la escuela, tanto en el aprendizaje como en el enseñaje.
En el siguiente apartado llamado La decisión de la Acción Educativa, plasmamos la manera como el docente ejerce el conocimiento moral que con anterioridad ha internalizado, lo ha procesado, y la manera como lo hace tangible, lo materializa o lo hace operativo según sus referentes, teóricos y prácticos así como su historia de vida, porque el actuar de cualquier docente no es espontáneo, es el legado o el acervo que arrastra, si es que lo sufre o lo ostenta plácidamente, si es que lo disfruta. En algunos casos pareciera que improvisa, pero esta acción es la manifestación de un aprendizaje adquirido, procesado e incorporado a su práctica cotidiana dentro de la escuela, desde luego, si tiene bases o fundamentos éticos y morales su actuar será muy diferente, antepondrá valores como responsabilidad y respeto como práctica primordial de su quehacer docente.
LA EDUCACIÓN COMO PRÁCTICA REFLEXIVA
1.- La acción educativa y el lema de la reflexión. La parte reflexiva que el docente debe hacer acerca de su labor dentro del aula, debe ser permanente, continua e inacabada pues ésta se da al mismo tiempo que imparte clases. La reflexión que propicia la acción es relación dialéctica obligada y necesaria de todo docente que se precie de ser un profesional de la educación.
La acción educativa que el educador ejerce para que el alumno aprenda y sepa actuar en sociedad, requiere de una actividad mental y práctica que el docente con sus enseñanzas provocó en el sujeto que aprende; gracias a la acción reflexiva en los procesos mentales del sujeto que enseña.
El estudiante, de acuerdo al momento que vive, tiene intereses que el maestro, en virtud de su propia reflexión, debe saber encauzar y canalizar hacia expectativas reales y alcanzables, mediante y a través de los contenidos educativos. Plantear los contenidos temáticos acordes a las necesidades del alumnado, implica del docente reflexión y acción, es decir, actualización, porque lo que ayer era innovador hoy es obsoleto. Asimismo, implica llevar a sus alumnos más allá del pensamiento vulgar, del conocimiento contextual cotidiano y del lenguaje popular
2.- La reflexión educativa como normatividad. A la educación, más que verla desde su aspecto descriptivo, muy importante por cierto, el docente en su carácter de profesional, para su propio beneficio y el de sus alumnos, la ve y la analiza desde su ámbito evaluativo, donde cada vez, sus acciones, confrontadas con sus resultados le sirvan de diagnóstico o base para continuar y buscar nuevas estrategias que le lleven al logro de los objetivos trazado por el sistema educativo y por
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