" Disciplina en la infancia" y de Eduardo Aguilar Kubli
Enviado por Karina Elorza Zuñiga • 26 de Noviembre de 2017 • Tesis • 11.900 Palabras (48 Páginas) • 1.718 Visitas
Introducción
Con base en las aportaciones de Brigitte Racine autora del libro " Disciplina en la infancia" y de Eduardo Aguilar Kubli a continuación se abordaran diversos temas donde se explican las principales necesidades en los niños, y como los padres, tutores, docentes y educadores debemos cubrirlas y atenderlas.
El papel del adulto al cubrir estas necesidades afectivas y psicológicas es fundamental para el desarrollo personal del niño, ya que el adulto será la guía no solo parar cubrirlas sino además para enseñar al niño a ser autónomo, seguro, competente y todo esto con paciencia, firmeza y amor.
Las necesidades afectivas en el niño deben ser cubiertas en primera instancia en casa, la familia es parte fundamental para que los niños aprendan a exteriorizar y poner nombre a sus emociones. El adulto o los adultos que se encarguen de educar al niño deben ser constantes en la formación de este.
Un niño valorado y amado se desarrollara y desempeñara mejor al establecer relaciones con su familia, educadores y otros niños, por lo tanto tener en cuenta la importancia de cubrir sus principales necesidades es vital para trabajar en su autoestima.
Con la siguiente información se busca orientar a los padres y crear conciencia en cuanto a la educación y formación de sus hijos que conozcan y entiendan, para tener un niño pleno es importante apoyar su desarrollo con los docentes que estén involucrados en el crecimiento del niño ya que la mejor educación es donde hay comunicación entre padres y maestros.
¿De qué tienen necesidad los niños?
Ante todo se debe saber cómo satisfacer sus necesidades, cuando el niño se siente amado valorado y seguro, cuando se confía en él y se comparten con el momento de placer, este tiene ganas de colaborar, de dar gusto, de vivir en armonía, todo esto ayuda para que el niño se pueda desenvolver mejor en cada ámbito de su vida. Se presentan medios capaces de cubrir las necesidades del niño y ayudarle a ser autónomo y responsable, si se pone en práctica con el interés de cuidar al niño y llevarle a realizarse plenamente, se obtendrá más de lo que se espera. En una situación en la que los adultos dicen un sí rotundo a todo con tal de tener tranquilo al niño y evitar una rabieta, ¿puede el niño admitir verdaderamente que los demás también tengan necesidades y deseos? La respuesta es un no, para el niño lo más importante será que se cumplan sus peticiones sin importar si le hace bien ya que no alcanzara a diferenciar cuando si se puede o cuando debe esperar, hay que saber que él No también puede ser una respuesta impregnada de amor, que lejos de negarle algo que le haga sentir bien por un momento se está buscando evitar que en un futuro su comportamiento sea un conflicto para poder vivir en sociedad
Héctor de 4 años, entra por la mañana a la escuela infantil empujando a los niños con una actitud negativa, se niega a compartir y nunca cede su puesto, atrae toda la atención de la maestra, que tiene que intervenir constantemente, repetirle las consignas y recordarle las numerosas normas que infringe. Los responsables de la escuela han advertido a sus padres que, si su comportamiento no mejora, será expulsado en el plazo de un mes. Sus padres presumen de que no tienes dificultad con él en casa, Héctor decide la hora de irse a acostar, por supuesto muy tarde, Además el elige la cama en la que quiere acostarse, que suele ser la de sus padres. También decide la hora de la comida, el lugar donde tomarlas e, igualmente, el menú. Cuando los padres compraron una casa nueva, le dijeron a Héctor que era “su casa”. Todo esto para consolarle, porque no quería mudarse. Cuando las cosas no se presentan como en las interpreta. Héctor les amenas con echarlos de “su casa”. Ahora los abuelos de Héctor y su tía ponen toda clase pretextos para no quedarse con él. Héctor no acepta ninguna contrariedad ¡Que dura le resulta la guardería! Sus padres no le han preparado para vivir en sociedad. No ha aprendido que los otros existen y que a veces le toca al otro escoger o ser el primero. Tampoco ha comprendido que algunas veces no le corresponde elegir. En cuanto a sus padres, han decidido que después de un día de trabajo no tienen ganas de aguantar rabietas o conflictos. Como solución satisfacen sin reserva todas las peticiones del hijo. ¿Estás preparado Héctor para la gran aventura de la vida? ¿En qué consiste nuestro deber como adultos: padres y maestros? La realidad es que nuestra principal tarea consiste en ayudar a cada niño a ser una persona capaz de realizarse, sin embargo los medios para utilizados para conseguirlos son diferentes si nuestras intervenciones van impregnadas de humanidad y perseveran la dignidad de nuestros hijos, ellos irán adelante en la vida con esa dignidad.
Educar es una responsabilidad que consiste en enseñar a los niños a arreglárselas sin nosotros, a protegerlos sin sobre protegerlos, a dirigirlos sin dominarlos a fin de que, con el paso del tiempo, aprendan a ser dueños de sí mismos, a encarnar los valores y transmitirlos.
Es una tarea que exige mucho porque consiste en valorar la capacidad y las aptitudes del niño sin proyectarse demasiado en uno mismo; es no imponerle aquellas aptitudes que uno mismo no ha podido desarrollar; en amarlo por lo que es y por lo que está llegando a ser y no por lo que se desearía que fuera, porque entonces sería un conflicto querer que el niño modifique ciertas conductas si como adulto se le proporciona otro ejemplo, el niño entrara en contrariedad y decidirá actuar a su conveniencia aunque esta no sea la mejor decisión. Educar es un reto de enlace entre, un trabajo continuo en la escuela, una historia sin fin de amor y respeto entre padres. El establecimiento de las normas juega un papel importante en la vida escolar y familiar ya que serán las bases que lo llevaran a una convivencia sana. Los adultos deben ser constantes en aplicarlas si no, es un desconcierto pues el niño estará confundido y no será capaz de llevarlas a cabo. En la tarea de establecer límites y normas padres y maestros han de trabajar conjuntamente lo que se trabaje en la escuela se debe continuar en casa para que se convierta en un hábito y no en una dificultad para cumplir. Parte de la tarea de maestras y maestros es orientar a los padres en la forma de establecer una disciplina en la vida cotidiana de los niños, así como ofrecer a los padres herramientas para ello. Los padres pueden compartir con los educadores los criterios y valores que desean transmitir a sus hijos para que estén trabajando en las mismas bases. Los niños captan con agudeza la congruencia, las reglas de la casa que se aplican, la lucha de sus padres por crecer también como personas, el grado de compromiso con la mejora de las situaciones, la
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