Discobolo

INTRODUCCIÓN

Del Discóbolo, obra de Mirón de Eleuteras en torno al 455 a. C., solo se conservan copias ya que el original se perdió (como muchas otras esculturas). Se hicieron diversas copias en la época romana, de entre las cuales se pueden distinguir las copias del “Museo Nazionale de Roma” (Villa Palombara, propiedad de la familia Massirno, en 1781) que se la conoce como Lancelotti, y la copia del Museo británico (Villa Adriana de Tívoli, 1790) propiedad suya des del 1805. Como curiosidad, es que la copia británica tiene la cabeza mirando al frente, por una restauración equivocada (dicha copa fue prestada durante cinco meses al Museo Arqueolgico de Alicante MARQ en el 2009). No se sabe con certeza de que material fue hecho el original, pero como Mirón era un escultor que trabajaba fundamentalmente con el bronce, se puede deducir que ese era el material utilizado. La obra, pues, pertenece al griego clásico.

Mirón de Eleuteras (ciudad situada en la frontera de Beocia y el Ática) fue un gran escultor y broncista de mediados del siglo V a.C. Y uno de los más conocidos autores del arte griego, cuyas aportaciones escultóricas supusieron la transición al periodo clásico. Se dice que era el discípulo de Agéladas, de quien se dice que fue el autor de “Los guerreros de Riace”, junto con Policleto 8según Plinio el Viejo en Historia Natural, escritor latino). Trabajó fundamentalmente con el bronce, y aunque hizo algunas estatuas de dioses y héroes, su fama descansa principalmente en sus representaciones de atletas, en los que hizo una revolución, según los comentadores de la antigüedad, al introducir una mayor audacia en la pose y un ritmo más perfecto, subordinando las partes al todo. Aunque la original era probablemente de bronce, las copias son, la gran mayoría, de mármol, aunque hay excepciones como la copia de Bronce de Munich. Como ejemplo, la copia de mármol británica pesa 700 kilogramos y mide 1,70 metros. La técnica que se utilizó para hacer la escultura es la fundición “a la arena”, hueca, puesto que se trata de una escultura de bulto redondo, tamaño natural y resultaría excesivamente pesada, casi imposible de mover, si fuera maciza.

Mirón representó el cuerpo en el momento de su máxima tensión; este esfuerzo no se refleja sin embargo en el rostro, que muestra solo una tenue concentración. La torsión del cuerpo es vigorosa pero al mismo tiempo armoniosa y delicada. Todo el cuerpo está echado hacia delante, para producir con el balanceo posterior el impulso necesario para poder lanzar el disco.1

ANÁLISIS FORMAL

En esta escultura Mirón, considerado el artista del movimiento, consigue que el arte considerado egipcio cobre movimiento. Mientras que el pecho está de frente, los brazos y piernas están de perfil, como requería cada escultura del arte egipcio. No obstante en vez del común hieratismo, Mirón encontró el máximo momento de tensión en un lanzador consigue darle el movimiento en un momento en que el lanzador se mantiene inmóvil, justo antes del lanzamiento.

Aunque no se pueden establecer ejes de simetría, si que hay una composición formada por dos arcos que se cortan: el lado derecho forma una curva continua al igual que el lado izquierdo, pero el izquierdo también crea una

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