Diversidad sexual y exclusión económica

Al ser la exclusión social un fenómeno multidimensional, éste abarca todas las dimensiones de la vida cotidiana. En la sociedad, la exclusión tiene mayor incidencia en el ámbito económica laboral, en el campo educativo y de formación profesional, en el acceso a vivienda, y en el uso del territorio y del espacio público. Definitivamente, en la mayoría de los casos es contraproducente que en el ámbito familiar, social, laboral se conozca de su orientación sexual y/o de género diversa a la heteronormada. Usualmente, las personas tlbgi deben mantener un perfil que encaje en la (i)lógica heteropatriarcal como mecanismo de supervivencia; así no le causará mayores contratiempos en estos ámbitos, pero especialmente en el área laboral profesional sí tiene un buen nivel de capacitación y profesionalismo. Mientras que sí una persona tlbgi no tiene estudios primarios y secundarios completos, su aspiración de acceso al trabajo se cierra mucho antes de iniciar el proceso de selección y se restringen casi por completo sus aspiraciones profesionales productivas y disminuyen drásticamente sus posibilidades de acceder al sistema formal de empleo. La cultura, termina enclaustrándoles en ciertos nichos laborales y territoriales al deshumanizarlos y considerarlos un elemento bochornoso, quizá inferiores y/o degradados; especialmente, quienes están vinculados al trabajo sexual, los servicios corporales, la cosmética, la cocina, el espectáculo, etc. Es en esta dimensión social, donde se marcan las discriminaciones culturales educativas, que no permiten a la mayoría de las personas de las diversidades sexuales y de género _especialmente a las personas Trans_ acceder plenamente a sus derechos en todos los ámbitos de socialización, esta inequidad se evidencia perversamente en el ámbito de la educación, la salud, acceso a vivienda con servicios básicos, la seguridad social y la integridad física. Por consiguiente, las personas tlbgi no pueden garantizar una subsistencia básica y viven en un constante torbellino de experiencias de incertidumbre y precariedad vital.

Diversidad sexual y exclusión económica

El sistema de protección y garantía de los derechos humanos ha ido incorporando una serie de ámbitos que buscan mejorar el desarrollo de las personas. Si bien esta necesidad contempla el resguardo de la vida y la libertad como principios fundamentales, no deja de lado la importancia de otros múltiples factores que promueven o dificultan su pleno ejercicio. Todos estos factores han sido colocados bajo la categoría de derechos económicos, sociales y culturales (DESC), en tanto se convierten en garantía del goce de los derechos, sobretodo, si tenemos en cuenta que las violaciones de los DESC a menudo están relacionadas con violaciones de los derechos civiles y políticos en forma de negaciones reiteradas. Esto refuerza la concepción que los derechos humanos son indivisibles e interdependientes.

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