EL ENFOQUE GEOHISTORICO: UNA METODOLOGÍA PARA LA INTEGRACIÓN ESPACIO-TIEMPO
Enviado por jesmirna • 8 de Mayo de 2015 • 2.142 Palabras (9 Páginas) • 582 Visitas
REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN SUPERIOR
UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA EXPERIMENTAL LIBERTADOR INSTITUTO DE MEJORAMIENTO PROFESIONAL DEL MAGISTERIO
SUBDIRECCIÓN DE INVESTIGACIÓN Y POSTGRADO
EL ENFOQUE GEOHISTORICO: UNA METODOLOGÍA
PARA LA INTEGRACIÓN ESPACIO-TIEMPO
Profesora Asesor:
Maryorie Bottini Participantes:
González, Mirna
C.I: 11.442.394
Febrero, 2015
EL ENFOQUE GEOHISTORICO: UNA METODOLOGÍA PARA LA INTEGRACIÓN ESPACIO-TIEMPO
RESUMEN
Abordar el enfoque geohistorico no es una tarea fácil, actualmente se plantea esta metodología dentro del quehacer educativo nacional, tomando fuerza el desarrollo del hombre en su entorno partiendo del hecho que somos seres sociales, culturales, políticos, que existimos en un medio que es trasformado en lo diacrónico-sincrónico, por lo tanto este ensayo apunta indagar y exponer el enfoque geohistorico como metodología para el estudio de una dinámica espacial, así mismo se abordara la importancia que tiene la geohistoria en el desarrollo educativo actual; reforzando este último punto con una postura crítica del método de investigación y una perspectiva que se puede aplicar en un estudio de corte geohistorico como lo es la concientización.
Palabras claves: Geohistoria, metodología, pedagogía, concienciación.
Somos ignorante de nuestra propia historia, de la que existió en el pasado de los pueblos que dejamos que cada quien la plantee como desee, dejando a un lado realidades silenciadas que solo el que la explora puede hacerla llegar a la luz y hacer saber que en un compendio de tierra casi nulo para muchos, también hay de donde contar. Este enunciado conlleva a preguntar: ¿Qué perspectiva metodológica permite abordar un estudio donde se sistematice las realidades existentes partiendo del hecho que venimos de un pasado pero con una dinámica actual?; para ello se debe internalizar que vivimos en un contexto diacrónico con una dinámica sincrónica; no estamos aislados de hechos culturales, sociales, históricos, económico, entre varios aspectos que plantean la cotidianidad de nuestras vidas.
Por lo tanto, en esa constante búsqueda se presenta la geohistoria como perspectiva metodológica de modo interdisciplinario para hacer comprender que somos parte de un todo, donde habitamos y nos movemos de acuerdo al ritmo de vida que llevamos, que los cambios son constantes y las nuevas generaciones se enfocan hacia un mundo moderno que se dirige hacia la globalización. A todas estas, este enfoque tiene sus orígenes en nuestro país desde el momento mismo que Ramón Tovar (1986), en su búsqueda incansable de respuestas que permitieran unificar criterios entre disciplina para la comprensión de la dinámica espacial que representa nuestro país, silenciada por las grandes corrientes del saber, asumiendo la ciencia como saber único, desplazando a las ciencias sociales como algo poco comprobable; en vista de este hecho, el maestro Tovar, incorpora la geohistoria a “…una nueva situación. Se desprende de la propia concepción geográfica que entiende que al espacio como un producto concreto o síntesis de la acción de los grupos humanos sobre su medio ambiente, para su necesaria conservación y reproducción sujeto a condiciones históricas determinadas”. (p, 35)
Aporte que permite manifestar, que la geohistoria parte de la incomprensión del mundo, al interponerse al desarrollo inter, trans y multidisciplinar, pues, no es fácil asumir que las ciencias sociales están enmarcadas en un todo, que no podemos dejar de ser sociales, sin ser políticos, o tener una cultura sin interactuar con la naturaleza, o tal vez que somos historia y no un fragmento para ser contado por un docto que se presenta como sabiondo de los orígenes y desataca solo hechos múltiples veces contado.
Este enfoque va más allá de estudiar los cambios espaciales y los hechos ocurridos durante todo el desarrollo de nuestra historia, abordar la investigación desde este espíteme; facilita internalizar que somos parte de un entorno que está en constante movimiento. Por ello “propugnamos la Geohistoria como pensamiento relacional y como desafío social-cultural, con sustento en un andamiaje teórico novedoso…. Su orientación humanizadora Implica producción, invención y transformación cultural, lo cual le ofrece su estatus ético. (Caraballo: s/f, 1-10) es así, debemos defender el hecho que está corriente busca desarrollar en el ser humano un sentido de pertinencia y de arraigo por lo que le pertenece, cree en la trasformación social, que no es utopía pensar que desde nuestra propia interiorización puede nacer la defensa de lo autóctono para que prevalezca en el tiempo. En este orden de ideas, Tovar (1986) citando a Demangeon, plantea una advertencia del mismo al señalar:
…el hombre no puede ser estudiado sin el suelo que habita y que el suelo es el fundamento de toda sociedad, la utilización de un mismo territorio crea una solidaridad social independiente de los lazos de sangre y más firmes que ellos (p, 44)
Al interiorizar esta advertencia, se puede apreciar que no solo Tovar estaba convencido de su planteamiento geohistorico, pues, es bastante cierto que para estudiar el hombre no se debe aislar lo que lo rodea; por ello, la investigación bajo este enfoque se desarrolla en un entorno donde converge de manera concatenada: sociedad-ambiente-tiempo-espacio; y todos los elementos que se exploran para determinar la presencia del presente con una influencia del pasado. Todo con el objetivo de interrelacionar todo aquello que nos rodea. En vista que lo geohitórico tiene por objeto:
“…sintetiza tres direcciones fundamental e indispensables: la antropológica, la sociológica y la histórica que conlleva conjuntamente la fundamentación económica, ésta al realizarse o resolverse en el espacio, apoyada en un territorio, ceñida a la división del trabajo, determina que este objeto se reproduzca en unidades espaciales (territoriales) concretas con las que el Hombre asegura su permanencia sobre la superficie de la tierra. (Tovar: 37)
Por lo tanto, esquematizar de modo versado la sincronía que tienen las direcciones que promueve el enfoque geohistorico va en vía de comprender que el ser humano para convivir con su entorno debe ser social, parte de la historia, debe ser cultural; pues, para demostrar como la sociedad actúa en su entorno y asumir el rol que
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