EL PAPEL DE LA ETICA EMPRESARIAL EN EL MUNDO CONTEMPORANEO
Enviado por wfarenasb • 23 de Junio de 2014 • 3.282 Palabras (14 Páginas) • 449 Visitas
EL PAPEL DE LA ETICA EMPRESARIAL EN EL MUNDO CONTEMPORANEO
Amartya Sen
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Es muy grato tener la oportunidad de participar vía video
en este excelente programa internacional sobre Ética Empresarial
establecido por la Red Iberoamericana de Universidades por la
Responsabilidad Social Empresarial, el PNUD para América Latina,
la AECID y el Fondo España-PNUD. Hubiera preferido compartir
personalmente con ustedes profesores de toda Iberoamérica esta
sesión de “Formación para Formadores” (Training for Trainers). De
cualquier manera, me complace tener por lo menos la posibilidad de
este enlace electrónico y darles la bienvenida a todos, a la vez
que les agradezco esta oportunidad para dirigirme a ustedes.
No hace tanto tiempo – durante los años 80- el
capitalismo orientado hacia el lucro lucía triunfante. Los
negocios florecían tanto en el marco de las antiguas economías
capitalistas de Occidente como en los nuevos centros del Japón y
del Sudeste Asiático.
Al “estado de bienestar” se le describía con frecuencia
como un eufemismo de derroche desmedido. La efectividad de la
economía de mercado – a la cual se le había hecho caso omiso en
el pasado- se había convertido en el mensaje central. Si bien las
economías de Estados Unidos y de Europea habían experimentado
numerosos problemas durante la primera mitad del siglo veinte,
entre ellos el de la gran depresión de los años 30, después de
finalizada la II Guerra Mundial, visto en perspectiva, la economía
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de mercado se había comportado de manera excepcionalmente
dinámica, lo cual generó una expansión sin precedentes de la
economía global durante los últimos sesenta años.
Pero esto ya no es cierto, por lo menos en el momento
actual. El año 2008 fue un año de numerosas crisis. Primero
tuvimos una crisis de alimentos, con efectos particularmente
amenazantes para los consumidores pobres, especialmente en países
de Africa. Además también sobrevino una crisis petrolera, que
constituye una amenaza para los países importadores de petróleo.
Por último, el deterioro de la economía global ocurrió de manera
bastante brusca, y está acelerándose a un ritmo atemorizante. Para
este año, 2009, parecería estar avizorándose una intensificación
de dicho deterioro, y numerosos economistas prevén la posibilidad
de una clara y manifiesta depresión, incluso tan intensa como la
de los años 1930.
El interrogante que surge con mayor intensidad en este
momento no se refiere tanto a la supervivencia del capitalismo,
sino a su naturaleza, al igual que a la necesidad de un cambio.
El tema de la ética empresarial se ubica claramente dentro de este
contexto. Sin duda, existe una resistencia a cualquier cambio por
parte de algunos defensores de un capitalismo sin restricciones,
quienes están convencidos de que al mismo se le está
responsabilizando excesivamente por problemas económicos puntuales
de corto plazo, que atribuyen ya sea al ejercicio deficiente de
los gobiernos (como por ejemplo al de la última Administración
estadounidense) así como fracasos específicos del comportamiento
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económico de algunas personas en particular (o lo que John McCain
describió durante su campaña para la presidencia como “la codicia
de Wall Stret”). Hay sin embargo también quienes ven la presencia
real de serios problemas en los actuales sistemas económicos, y
desean reformar el capitalismo en busca de algo que, con
intensidad creciente, está siendo llamado “nuevo capitalismo”.
En efecto, un cuarto de siglo después de los días triunfales
de mediados de los ochenta, las cosas lucen bastante diferentes.
Esto no es, por supuesto la primera vez que tenemos una crisis
económica internacional, incluso durante el último cuarto de
siglo. El Sudeste Asiático tuvo sus grandes crisis a finales de
los años 90, que afectaron considerablemente a vastos sectores
empobrecidos de la población. Y ahora nos encontramos en medio de
una gigantesca recesión global. Es cierto que las fortunas de
muchas personas que viven en la opulencia se han reducido
dramáticamente, pero los más afectados son quienes se encuentran
en la base de la pirámide en sus respectivos países de cualquier
lugar del mundo, ya sea en Asia, Africa, o América Latina.
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Hay numerosos factores que determinan el éxito de una
economía. El grado de evolución en el desempeño de una economía
para lograr eficiencia, equidad y rápido progreso depende de
elementos tales como tecnología, espíritu emprendedor, destrezas,
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liderazgo, así como buenas prácticas comerciales, sistemas
fiscales eficientes, una justa oferta de seguridad social y otras
políticas públicas.
Resulta que, además de estos factores determinantes, también
una buena ética empresarial tiene un papel fundamental para el
logro del éxito económico. El hecho de que con frecuencia se pase
por alto esta relación hace que resulte tanto más crucial el
investigar y desmenuzar exactamente cómo la ética empresarial
puede ejercer una influencia en el desempeño y logro económicos.
¿Cómo se lanzó esta idea del impacto de la ética en la
economía? Los primeros autores que se expresaron sobre asuntos
económicos, desde Aristóteles en la Antigua Grecia y Kautilya (en
la antigua India, respectivamente) pasando por sus practicantes
medioevales (entre ellos Aquinos, Ockham, Maimónides) hasta los
economistas de los inicios de la edad moderna (William Petty,
Gregory King, Francois Quesnay entre otros) se interesaban todos,
en diversos grados, por el análisis de la ética. De una y otra
manera, vieron en la economía una rama de “raciocinio práctico” en
la que figuraban en lugar central los conceptos del bien, lo
correcto y lo obligatorio.
¿Qué ocurrió luego? Según cuenta la historia “oficial”, todo
esto cambió con Adam Smith, quien sin duda puede ser descrito como
el padre de la economía moderna. El creó, así se afirma, una
economía científica y rigurosa, y la nueva economía que surgió en
los siglos diecinueve y veinte tenía una disposición
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