EL PENSAMIENTO SIMBÓLICO EN EL ARTE y LA REINTERPRETACIÓN DE SÍMBOLOS EN EL ESTUDIO ICONOGRÁFICO
Enviado por Starmixs 2512 • 8 de Julio de 2021 • Ensayo • 1.184 Palabras (5 Páginas) • 74 Visitas
ENSAYOS CRÍTICOS: TERCER PARCIAL
ENSAYO 1: EL PENSAMIENTO SIMBÓLICO EN EL ARTE
ENSAYO 2: LA REINTERPRETACIÓN DE SÍMBOLOS EN EL ESTUDIO ICONOGRÁFICO
GARCÍA ROZO TATIANA
ESTUDIOS ICONOLÓGICOS
DOCENTE ROJO BETANCUR FERNANDO ANTONIO
INSTITUTO TECNOLÓGICO METROPOLITANO ARTES VISUALES
MEDELLÍN
2021
EL PENSAMIENTO SIMBÓLICO EN EL ARTE
Introducción
En el estudio del arte, desde lo más profundo hasta lo más somero, se ha hablado de los múltiples componentes que puede llegar a tener una obra, su contexto histórico y el de su creador, los símbolos, las categorías, los movimientos artísticos a los que pertenece, y en cualquier ámbito posible. Sin embargo, uno de los aspectos más importantes a resaltar –y a profundizar en este ensayo- es la conjugación de lo estético y lo psicológico, en lo simbólico del pensamiento objetivo y subjetivo.
Desarrollo
El arte exterioriza de manera visible y objetiva el interés del artista (que es subjetiva), creando un reflejo de sí mismo. Cuando se pone la obra a disposición del público (el pensamiento artístico, pasa a ser analizado por el pensamiento simbólico), se observa como lo perciben los demás y se acerca a ellos. Esto hace que el coctel de experiencias que se tiene propio se expanda al adquirir aquello que trasmite el autor por medio de la esencia del cuadro.
Un artista que logro transmitir esto fue van Gogh, una obra que lo evidencia es la pintura en óleo “Anciano en pena” (1890); donde se logra empatizar con el sentimiento que refleja toda la composición, a pesar de tener colores claros y un poco más alegres, en conjunto se adquiere una sensación de culpa, de tristeza, melancolía y desolación. Vincent como relata simón Schama en su texto “El poder del arte”, era un hombre que vivió afligido principalmente por esa falta de calidez filial que tanto anhelo toda su vida y esto logra canalizarlo de cierta manera en lo que pintaba.
Es entonces cuando nos atrevemos a hablar sobre la capacidad de un artista para retratar el mundo sensible. Reflejar sentimientos e ideas, no en la estructura y los objetos que la componen, sino en los colores y el juego del claroscuro en sus imágenes sin necesidad de un contexto histórico o bibliográfico del autor, para percibir tales emociones y reaccionar frente a las perturbaciones de este; Del mismo modo, el cómo puede un pintor plasmar lo que siente el modelo retratado, pero asimismo el cómo plasma sus propios sentimientos o pensamientos a través de la imagen del modelo.
Otro claro ejemplo de esto se muestra en la obra “Una vida” (1983) de Ernesto Sábato, Rebeca meza de Patiño al hacer un análisis de la obra concluye lo siguiente:
La obra nos ofrece un universo formado de luz y sombra. Luz que no tiene que ver con el color físico, ni tiene que ver con la estructura, ni con la pincelada; tampoco con la materia pictórica, ni con las formas figurativas del dibujo. Su luz verde y tenebrosa proviene del alma del pintor: es una luz interior y espiritual.
Demostrándonos que el pensamiento simbólico prevalece en el lenguaje del lienzo sin la necesidad de recurrir a aspectos muy técnicos.
Conclusiones
Para finalizar, el símbolo en cada uno de nosotros tiene efectos diversos en los sentidos de percepción e interpretación único y a la vez compartido cuando se expone a una experiencia estética del arte, nos permite mirar más allá de lo que podemos advertir, de lo que es figurativo a lo sinestésico del arte simbólico en el pensamiento del mundo sensible e inteligible, es decir, que transforma una imagen en un sentimiento y viceversa, es ambas cosas, una idea materializada y una sensación percibida. Es vislumbrar la presencia de lo invisible en la naturaleza de lo manifiesto tangible.
...