EL PERFIL DEL DOCENTE

EL PERFIL DEL DOCENTE DEL SIGLO XXI

El mejor maestro es aquel que trata de realizar en sí mismo lo que trata de realizar en los demás. (Demóstenes)

El pensamiento anterior refleja en gran parte el perfil de un docente universitario del siglo XXI, el cual debe ser cónsono con la premisa de realizar en si mismo lo que trata de realizar en los demás, y por ende estar consciente que tiene enormes implicaciones en el mundo moderno a nivel global, regional y local.

El docente de estos tiempos ya no puede tener una actitud de imposición, de dueño único del conocimiento y del método de enseñanza, ni ser un técnico de la educación guiado por las conductas que manifiestan sus alumnos. Enseñar no es sólo proporcionar información, sino ayudar a aprender, y para ello el docente debe de tener buen conocimiento de sus alumnos: cuáles son sus ideas previas, qué son capaces de aprender en un momento determinado, su estilo de aprendizaje, los motivos intrínsecos y extrínsecos que los animan o desalientan, sus hábitos de trabajo, las actitudes y valores que manifiestan, etc. (Maruny, 1989). El docente se constituye como un organizador y facilitador del conocimiento, que estimule en los alumnos la iniciativa propia, la capacidad de elegir y auto dirigirse en forma inteligente, que utilicen sus experiencias en forma creadora, actúen críticamente y en forma cooperativa con los demás, con su ejemplo propicie en los estudiantes la formación y el desarrollo de profundos sentimientos morales, estéticos, intelectuales y prácticos, etc.

El docente del siglo XXI debe tener adecuada preparación tanto para la adquisición de conocimientos y actualización de los mismos, como para el desarrollo de habilidades y destrezas exigibles en una sociedad de la información, del conocimiento y del talento humano, en permanente cambio

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