EL VERDADERO ESPÍRITU DE LAS MARCHAS MÉXICO
Enviado por Jhjujbhbu • 12 de Octubre de 2016 • Resumen • 1.322 Palabras (6 Páginas) • 216 Visitas
EL VERDADERO ESPÍRITU DE LAS MARCHAS MÉXICO
A lo largo de los años múltiples acontecimientos de índole político, económico y social desencadenaron una serie de manifestaciones que a través de carteles, mantas, vestimenta o expresiones artísticas, los protestantes exteriorizaron su inconformidad ante diferentes hechos que causaban el desequilibrio en la sociedad.
Las principales avenidas de la capital han atestiguado las innumerables marchas donde los participantes exigen el cumplimiento de los derechos humanos, el compromiso de las autoridades, la integración social, el control de la violencia y la respuesta del gobierno ante actos delictivos que causaron lamentables pérdidas. Encuestas revelan que el 40% de los mexicanos consideran las marchas como una opción viable de exigencia ¿pero es realmente necesario? Me parece que el otro 60% son aquellos que se ven verdaderamente afectados por los inconvenientes que implica una marcha o manifestación. En la Gaceta Oficial del Distrito Federal se publicó el 25 de marzo de 2013, el Protocolo de Actuación Policial de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal para el control de multitudes, cuyo objetivo, de acuerdo con lo establecido en el documento es: “establecer el Protocolo de Actuación Policial de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal para el Control de Multitudes, conforme a lo dispuesto en la normatividad aplicable en materia de uso de la fuerza, y respeto a los derechos humanos.”
Dejando a un lado los múltiples inconvenientes y consecuencias desagradables de las marchas, este tipo de manifestación tiene ya una trascendencia histórica. Me tomo la libertad de expresar aquí, las marchas que derrochan pasión y espíritu, que son capaces de traspasar el tiempo y han dejado huella en el corazón de múltiples mexicanos. Es necesario aclarar que no es mi intención explicar lo que ahora son tediosos clásicos, como Iluminemos México, Tlatelolco, Ayotzinapa, Rescatemos México, entre otras. Pues me parece trivial hablar de algo ya tan conocido, a pesar de que el deseo de justicia sigue vigente, las protestas ya han dejado su espíritu, solo se quiere venganza y actualmente transmiten únicamente controversia y terror.
¿México tiene marchas dignas de mencionar?¿Ha existido organización en nuestras manifestaciones? La respuesta resulta afirmativa, y tal vez, sorprendente. Un 17 de octubre de 2003 nace la llamada madre de todas las marchas, miles de profesores de los diferentes estados de la República se rebelaron ante las autoridades para exigir un aumento en el presupuesto educativo. Más de 5 mil voces se alzaron desde el Zócalo capitalino hasta llegar al secretario de gobernación, Santiago Creel Miranda para evitar la privatización de la educación, eliminar la represión política y que la SNTE tomara buenas decisiones para la comunidad dedicada a la formación de los estudiantes. Pocas veces se exige con tanto fervor apoyo a la educación mexicana. Un vivo ejemplo de la lucha para que nuestro país no sea decreciente, es esta protesta, fundamentada con un futuro exitoso y bienestar para toda la República.
Con el paso del tiempo la seguridad en México se ha convertido en una ilusión. Y aunque no estemos pasando por el mejor momento, en el año 2004 salir a la calle era cuestión de osadía; resultaba imposible caminar por las calles sin temor, la corrupción estaba en su apogeo, una gran ola de inseguridad arrasaba con la ciudad al incrementar el número de secuestros, asaltos, extorsiones y demás actos delictivos que denigran a la sociedad. ¿Cuál es el problema del secuestro en el Estado de México? Alfonso Navarrete Prida dice “Un problema muy complejo, que vamos a seguir conviviendo con él durante largo tiempo mientras no rompamos el círculo de evolución criminal de las organizaciones.” A raíz de la creciente inseguridad, se da la protesta bautizada como “la gran marcha blanca”, el 27 de junio de 2004 los mexicanos se unieron en una marcha que buscaba paralizar la violencia en el país. Con lágrimas en los ojos, nudos en la garganta y náuseas
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