ESTA CAJITA MUSICAL DE EXPLOSIVOS: BELLA, COLOMBIA, BELLA

¿Qué será más interesante para el público?, ¿la explicación de la caída de Shakira o la explicación de la caída de la economía en Colombia?, tendrá más rating si emito, ¿el por qué Valerie Dominguez se hizo la liposucción? O ¿será mejor emitir de dónde salió el dinero para esa liposucción?

Preguntas así, son el pan diario de los periodistas en Colombia, quienes se debaten entre dar gusto a la masa, al púbico general, al promedio o desarrollarse como verdaderos periodistas indagando de manera incluso subversiva los temas que interesan a los locos inadaptados de esta sociedad, la nuestra, la colombiana. Adentrándose en este mundo de insondables y laberínticos caminos, se puede decir prácticamente que entramos a uno de los dos primeros mundos de Dante, porque son oscuros y tenebrosos, los monstruos acechan por doquier, los empresarios, los altos funcionarios gubernamentales, los grupos alzados en armas, tanto los legales como los ilegales, en fin, las miles de telarañas que se tejen cuando de construir una sociedad perfecta al estilo que lo exige el último grito de la moda: una sociedad de enfoque neoliberal y consumista se trata, dónde los medios masivos de comunicación son solo canales de manipulación y funcionan como científicos creadores de magnificas cortinas de humo.

En este orden de disonancias e inconcordancias nacionales que más que orgullo producen ganas de llorar, cuando una botella de Bretaña aparece frente a nuestros ojos y con su peculiar onomatopeya, nos hace pensar en el almuerzo que ya está por servirse; trata de sobrevivir, de naufragar un tipo de periodismo que más que una simple clasificación o una ramificación es la misma base del ser periodista, porque si por algo ser caracteriza un verdadero profesional que se considere periodista, es por su agudo olfato de sabueso, para poder olerse,(explico que esto es metáfora), todos los trucos bajo la manga, todos es Ases que esperan su turno para dar una partida inolvidable, esta forma de periodismo se caracteriza por brindar un informe mucho más completo de determinada información, es aquél que exige al periodista una actitud transversal e integral, un periodista que sea policía, detective, psicólogo, sexólogo y además crítico, ¡ah! Qué bien, sería el híbrido perfecto, hasta cierto grado de excitación se siente.

Pero, (viene el siempre metido pero), el periodismo investigativo en Colombia, al igual que la mayoría de las cosas que acá existen, es una mafia, solo una pequeña élite puede tener acceso y es una élite que vuelve morboso todo lo que toca, es un periodismo entonces que queda resumido en un tema de “distracción”, perdón, conmoción nacional, se despliega un cúmulo de supuesta información que es manejada por intereses y termina encaminada hacía la perfecta manipulación es decir a la que convence sin necesidad de insistir o violar ninguna intimidad.

Podemos ser unos románticos del periodismo y creernos los super héroes de la historieta cómica, ¿o trágica? De Colombia y pensar que alguno de nuestros allegado, alguno de nuestros dioses del oficio o en el mejor de los casos nosotros mismos, pueda practicar el periodismo investigativo por puro placer, por puro compromiso y pasión por el trabajo, pero no, inconvenientes económicos y necesidades sociales exigen abandonar esta pasión, el segundo paso a través del que podríamos salvar el día, tiene que ver con una palabra que a algunos nos da escalofrío escucharla: “capital”, este periodismo tiene que ver con estar al servicio de determinados intereses, ¿tendremos en Colombia algo de eso?, no para nada acá las cosas son tan transparentes, como el río de la capital del país y por último tenemos el periodismo regional, ese que como enemigos tiene a la falta

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