ESTUDIO ETNOGRÁFICO ACERCA DE LA DISCRIMINACIÓN HACIA LA MUJER AYMARA PLASMADO EN EL CASO DE GABRIELA BLAS "LA PASTORA"
Enviado por Nnk122 • 21 de Agosto de 2013 • 11.605 Palabras (47 Páginas) • 797 Visitas
ESTUDIO ETNOGRÁFICO ACERCA DE LA DISCRIMINACIÓN HACIA LA MUJER AYMARA PLASMADO EN EL CASO DE GABRIELA BLAS “LA PASTORA”
Catalina Márquez Sepúlveda1, Jacqueline Medina1, Natalia Miranda Silva1
Ignacio Pinto Brown1, Jailyn Santibañez Cazas1 y Mauricio Vergara Blas1
NO CITAR SIN AUTORIZACIÓN DE LOS AUTORES
En este trabajo etnográfico registraremos toda la información relevante al caso de Gabriela Blas, mejor conocida como "la pastora", el cual impactó enormemente en la comunidad Aymara, dejando entrever la potencial discriminación que surge hacia personas poseedoras de una etnia, reflejado en la sociedad actual. Por esto es importante conocer la realidad de aquellas personas que abiertamente se reconocen pertenecientes a un grupo étnico y, según su misma apreciación, ven de alguna forma una transgresión a sus derechos o se ven identificados con el caso de Gabriela.
Palabras Claves: Cultura Aymara, Discriminación, Etnia, Derechos, Igualdad, Contraste
El clima es duro. De noviembre a marzo es el “invierno boliviano”. Las lluvias arrastran caminos, casas, ganado, minas antipersonales. El resto del año es seco y frío. Los meses más helados son julio y agosto. En el día la temperatura promedio es de -1° C y en la noche baja hasta los -10° C.
El retén de Carabineros de Alcérreca tiene una dotación de tres funcionarios. Su mayor preocupación son los “burreros” que cruzan la frontera con droga. La gente del lugar no es problema. Son en su mayoría mujeres y ancianos. Salen de madrugada a la pampa a pastorear y vuelven al atardecer.
En Chile los Aymaras son alrededor de 48 mil personas. Se concentran en Arica e Iquique, donde viven cerca de 23 mil y 9 mil, respectivamente. El artículo Estimado indígena y pobreza indígena regional con datos censales y encuestas de hogares (2010), señala que un tercio de ellos está bajo la línea de la pobreza. Es decir, según la última encuesta Casen (2009), sus hogares cuentan con menos de 43 mil pesos para el mes.
I - Marco temporal investigativo sobre el caso de Gabriela Blas
El lunes 23 de julio del 2007, Gabriela Blas Blas (de origen Aymara) se encontraba pastoreando en el sector de la Estancia Caicone en horas de la tarde junto a su hijo Domingo Eloy Blas de tres años y 11 meses de edad.
Mientras pastoreaba, Gabriela Blas se dio cuenta que dos de los animales se habían separado del resto del rebaño por lo que decidió ir a buscarlos, ya que si los perdía debía pagarlos, dinero que se le descontaría de su sueldo. Siendo esta su decisión optó por dejar al pequeño Domingo sobre un aguayo mientras ella buscaba a los dos animales.
Una hora después de su regreso, su hijo Domingo había desaparecido.
Lo buscó durante horas pero sin éxito, empezaba a oscurecer, la temperatura descendía drásticamente y la escasa luz de la noche no lograba ayudar en su búsqueda, por lo que decidió seguir al día siguiente buscar a Domingo.
El martes 24 de julio del 2007, Gabriela Blas salió en busca de Domingo, pero ya pasado del mediodía no lo encontró y se dirigió a Alcérreca a dejar constancia a carabineros sobre el extravío. Caminó 18 kilómetros y llegó cerca de las 19:00 horas. En la plaza se encontró con Pedro Taucanea, padrino de “corte de pelo” de Domigno. «Estaba como desesperada. Me dijo que venía a dar cuenta a Carabineros que se le había perdido el hijo», declaró Taucanea.
El cabo 1° de Carabineros Franklin Troncoso llevaba un año en Alcérreca. Había visto a Gabriela Blas y a Domingo Eloy en Fondo Huaylas. La hizo pasar a la guardia cerca de las 20:00. Ella le contó lo mismo que declararía en el primer juicio en su contra por abandono de menor con resultado de muerte: que el lunes 23 de julio estaba pastoreando en Estancia Caicone; que se le habían quedado rezagadas dos llamas; que había dejado a su hijo sobre el aguayo; que al volver, una hora después, su hijo ya no estaba; que lo buscó hasta la noche del 23 y en la mañana del 24.
Troncoso le preguntó a qué hora había dejado al niño. «Como a las 17:00», contestó la denunciante. Después por qué fue ese día y no el anterior. El cabo relató en el primer juicio: «Me dijo que tenía que guardar los animales y que por eso no había… [Hace una pausa]. Y se le hizo tarde, por eso no pudo venir ese día. Y concurrió el día de hoy (sic) a las 20:00. El día que llegó manifesté… (Hace otra pausa). Motivo que en la mañana ella sacó los animales para pastorear, para buscar una búsqueda ella para poder encontrarlo (sic) y llegó a esa hora al retén a solicitar la cooperación de nosotros, al otro día».
Notificó de la denuncia a su superior, el sargento 1° Gerardo Schroeder, y se preparó para salir en la pesquisa junto a otros funcionarios. Era de noche y había 10 grados bajo cero. Cuando salía, Gabriela Blas habría cambiado su declaración. «Cuando el personal iba a salir al sector de Caicone a buscar la búsqueda (sic), ella espontáneamente me manifestó que en el lugar había llegado el papá del menor, acompañado de otra persona, acompañado de un vehículo, solicitándole que le entregara el menor, y a raíz de la discusión que ella mantuvo con esta persona, con Eloy… Eloy… no me acuerdo el otro apellido, manifestó que el niño se había asustado y se corrió del lugar, y por eso se le había perdido», señaló Troncoso.
Gabriela Blas dijo a la justicia que los carabineros la trataron con dureza. La increparon por no ir al retén de Tacora. Estancia Caicone pertenecía a la jurisdicción de esa unidad. «Desde Titiri para arriba, me dicen, y yo no sabía», acusó Gabriela Blas.
Le preguntaron por qué no fue al poblado de Humapalca, a 4 kilómetros de la estancia, donde había una radio, lo que habría permitido realizar una búsqueda más rápida. «Pero yo le he dicho que no sabía eso que en Humapalca había
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