¿ESTÁ EL MUNDO PEOR AHORA QUE NUNCA ANTES?

¿ESTÁ EL MUNDO PEOR AHORA QUE NUNCA ANTES?

Por: Javiera Carreño F.

Sección 900

INTRODUCCIÓN

Cuando encendemos la televisión o la radio o navegamos por internet, podemos darnos cuenta que la avalancha de malas noticias resulta abrumadora: Siria devastada por 5 años de guerra civil, con un éxodo de millones de habitantes y otros miles muertos. Venezuela en crisis, con escasez de alimentos e insumos básicos. Yemen, olvidado en medio de en una guerra civil, con un 80% de la población desesperada por ayuda humanitaria. Corea del Norte censurada y bajo la dictadura de la dinastía Kim. Estos son solo algunos ejemplos, que pasan a convertirse en potenciales evidencias que parecen indicar que el mundo está empeorando. Pero, ¿Es así? Para muchos investigadores la respuesta a esta pregunta es NO. De hecho, esta corriente cada vez une más pensadores y políticos, pero ¿en qué se basan? Sus argumentos se basan, principalmente en que nunca antes había existido tanta riqueza, expectativas de vida y democracia. Incluso hay quienes calculan que para el año 2030 será posible acabar con la pobreza extrema.  

Se dice, también, que la violencia ha descendido por miles de años y que esta podría ser la era más pacífica de nuestra existencia como especie y esto se debe a que nuestras sociedades se han vuelto más complejas, sin embargo, la violencia no es lo único que ha descendido en los últimos siglos. En el siguiente informe presentaré algunos fundamentos que explican por qué el mundo no está empeorando, enfocándome en los factores que mejor demuestran esta hipótesis: Democracia, pobreza y violencia.

DEMOCRACIA

A lo largo de nuestra historia la democracia ha ido alcanzado un gran protagonismo, siendo hoy en día un ideal para muchos países en el mundo. La democracia se define como: “Sistema político que defiende la soberanía del pueblo y el derecho del pueblo a elegir y controlar a sus gobernantes.” Y son estas bases las que han llevado a la participación de la ciudadanía, cada vez más potente y más representativa.

Su origen se remonta al año 1000 a.C., en Atenas, donde la aristocracia gobernante entró en crisis. En Atenas gobernaba más de un rey, esto se debía a que la comunidad se dividía en clanes o tribus, pero era el Rey de Atenas quien gobernaba a los otros reyes y un día quiso acrecentar su poder, incluyendo en su clan a todas las personas extranjeras que vivían en Atenas. Ese fue el momento cuando los demás reyes se rebelaron y derrocaron al rey y a partir de ese momento Atenas fue gobernado por un conjunto de nobles, jefes de los clanes, quienes eran hostiles con aquellos que no pertenecían a ninguna tribu. Así fue como gobernaron los aristócratas en Atenas por casi dos siglos, y se cree que su moral se basaba en un sentido competitivo de la vida, que sólo reconocía la fuerza, la belleza, el valor y el vigor físico. A raíz de esto se originan los juegos panhelénicos, en especial los juegos olímpicos, como la manera de demostrar el verdadero valor del pueblo. El esplendor de esta democracia conlleva procesos de varios siglos de lucha, desordenes y transiciones, y esto se debió a que la idea de igualdad se fue imponiendo entre los ciudadanos, pero faltaba darle forma e impulso.

Roma no alcanzó los niveles de democratización que logró Atenas, pero desarrollaron diversas instituciones políticas que dieron origen al “Sistema Republicano” y que proveen de inspiración a las sociedades modernas.

        Fue así como el desarrollo de la democracia se fue llevando a cabo, siendo en la década de 1770 cuando aparecen las nuevas constituciones que limitaban los poderes de los gobernantes, basándose en la carta Magna, lo que impulsó a que en los años siguientes aparecieran diversos movimientos sociales que se identificaban con la palabra “Democracia” y se promulgaran aspectos como: La declaración de los derechos del hombre, sufragio universal y abolición de la esclavitud.         Es en el siglo XIX cuando aparecen los primeros partidos políticos que competían por votos, extendiéndose los derechos políticos a las diferentes clases sociales y que apelaban a la supresión de los requisitos de riqueza, sexo, raza y otros, para ejercer el voto. Pero hacia el siglo XX, principalmente en el mundo, la democracia no era más que solo otra forma más de gobierno, que no tenía tanta popularidad como el comunismo y el fascismo. En la década de 1980, en América Latina el 90% de los países estaba bajo un gobierno militar, a excepción de México, Cuba y Costa Rica, supuestamente en respuesta a una etapa de agitación política, movilización de masas y crisis económica. Hoy en día estas cifras se han invertido, siendo más del 90% países en democracia, algunas imperfectas, pero al menos se denominan de esa manera demostrando la legitimidad del sistema y su lucha por salir a flote en su disputa global con el comunismo y el fascismo.

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