EVALUACIÓN

La evaluación es parte esencial en cualquier proyecto, permiten conocer los resultados en tiempo y forma para modificar errores o deficiencias que resulten. Al realizarla se utilizaron métodos cualitativos y se involucró a los alumnos en cada una de las actividades, pues esto, ayudará a hacerlos participes de sus aprendizajes, procesos y dificultades.

Hernández (1998) señala "Evaluar es enjuiciar y valorar a partir de cierta información desprendida directa o indirectamente de la realidad, de modo que en el proceso de enseñanza-aprendizaje la cierta información aludida bien puede ser la medición o cuantificación de los datos aportados por los exámenes, siempre y cuando dé lugar a ulteriores interpretaciones o establecimiento de juicios". (p. 76). Esta valoración proporcionará información al docente para adoptar decisiones con respecto a dichos procesos.

Estas valoraciones requieren de una imagen o representación sobre un fenómeno, con miras de su mejor entendimiento de acuerdo a un modelo. Flores (1999) señala "Un modelo es una herramienta conceptual para entender mejor un evento" (p.32). De igual manera se puede definir un modelo pedagógico como la representación de las relaciones que predominan en el acto de enseñar, lo cual afina la concepción de hombre y de sociedad a partir de sus diferentes dimensiones (psicológicos, sociológicos y antropológicos) que ayudan a direccionar y dar respuestas a: ¿para qué? el ¿cuándo? y el ¿con qué?

El modelo pedagógico en el cual se sitúa la práctica intervenida, es el constructivista en el que la experiencia facilita el aprendizaje, a medida en que se relacione con el pensamiento. Este modelo parte de la psicología genética; en donde se estudia el desarrollo evolutivo del niño que será punto clave para el desarrollo del pensamiento y la creatividad. Flores (1999) "Establece que la meta educativa es que cada individuo acceda, progresiva y secuencialmente a la etapa de desarrollo secuencial; de acuerdo a las necesidades y condiciones particulares" (p. 42).

El ser humano tiene tres elementos que se interconectan, que se influyen recíprocamente son: una esencia, una tendencia y una estructura de funcionamiento. Al reconocer estos tres elementos se desarrolla la clase como un evento social que debe permitir el dialogo entre Estudiante – Maestro y entre Estudiante – Estudiante, esta comunicación se logra a través de la confianza que se le brinda logrando que se exprese y desarrolle habilidades comunicativas en el aula, dando a conocer conocimientos previos o retroalimentar contenidos que se abordan en la clase, acción mediadora del docente y ambientes propicios mediante el uso de la estrategia y técnicas que favorezcan el aprendizaje significativo del alumno.

El rol del alumno ante este modelo constructivista es en donde, él es quien se convierte en el responsable de su propio aprendizaje mediante su participación y la colaboración con sus compañeros. Es el propio estudiante quien deberá lograr relacionar lo teórico con los ámbitos prácticos, situados en contextos reales. El docente cede su protagonismo al niño, quien asume el papel fundamental en su propio proceso de formación, evalúa los procesos de construcción personal de conocimiento, la evaluación formativa se entiende como un refuerzo que lo ayuda a reconstruir el tema de evaluación y dirigido a promover la construcción del conocimiento, privilegia su papel activo como creador de significados, la naturaleza auto-organizada y la evolución progresiva de las estructuras del conocimiento, es decir, aborda la evaluación formativa.

En este enfoque constructivista, se centra la atención en el nivel de análisis, por lo tanto las capacidades del alumno para clasificar comparar y sistematizar, son claves para la evaluación formativa, en este marco tiene la intención de dar a los estudiantes una oportunidad para seguir aprendiendo; esto exige que el profesor reconozca las diferencias individuales y de desarrollo de intereses, capacidades, destrezas, habilidades y actitudes. Así, ésta debe partir verificando lo que los niños ya saben (evaluación diagnóstica), el desarrollo de destrezas, habilidades y cambio de actitudes, conocimientos adquiridos y la capacidad que tienen éstos para aplicarlos en situaciones variadas.

De la misma manera fomentar la coevaluación y autoevaluación en donde el docente dirige la valoración propia o del grupo, cada estudiante debe evaluar su propio trabajo o el de sus compañeros de aula, identificar las competencias a desarrollar considerándolas desde el programa operativo, que permitan identificar los logros alcanzados de acuerdo a sus objetivos y metas establecidos, retroalimentación permanente del proceso de conocimiento del alumno, observación e indicadores de avances.

Los instrumentos implementados fueron rubricas tanto del maestro como del alumno, partiendo de los indicadores que se pretendían lograr de acuerdo a la problemática planteada, listas de cotejo en donde se hicieron

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