Educación y lucha de clases y otros escritos.
Enviado por Pamechg • 7 de Agosto de 2016 • Resumen • 2.810 Palabras (12 Páginas) • 344 Visitas
Educación y lucha de clases y otros escritos
ANÍBAL PONCE
Presentación
NICOLÁS ARATA Y PABLO GENTILI
Aníbal Ponce, argentino (1898-1938). Ensayista, crítico literario, especializado en Psicología. Fundador, del Colegio Libre de Estudios Superiores, publicó una revista de política y ocupó cátedras de psicología. Vivió y murió en México, donde dio cursos de psicología, ética, sociología y dialéctica en distintas universidades, mientras actuaba en la política. Es autor de La vejez de Sarmiento, (libro con el que obtuvo el Primer Premio Municipal de Literatura); Del humanismo burgués al humanismo proletario; Ambición y angustia de los adolescentes, Diario íntimo de una adolescente; y otras obras.
En esta lectura se realiza un análisis de la educación y la lucha de clases, mencionando los cambios en la vida del ser humano y en su educación; desde el punto de vista del materialismo histórico de Marx, que está compuesto de una teoría social y una filosofía, Materialismo dialéctico; que parte del principio de que la producción y el intercambio de productos constituyen la base del orden social, su propuesta era de explicar los fenómenos, no solo describirlos. Es una reflexión de la educación desde la antigüedad hasta la época moderna.
La Educación del Hombre Primitivo
Es erróneo pensar que la división entre clases es de los tiempo actuales, dicha separación ya aparece a través de la historia y sus diferentes modos de producción; el rol que le ha tocado asumir a la educación nace desde la educación en la comunidad primitiva que con muy poco desarrollo de los instrumentos de producción; grupos humanos unidos por vínculos de sangre, con unas mismas costumbres, y que se alimentaba de lo que la naturaleza les daba para ser consumido en el día. Las mujeres como los niños gozaban de un gran ascendiente. En esta comunidad, el niño aprendía lo que tenía que aprender, junto con su madre; adaptándose a su entorno, que era su aula de clase; aprendía haciendo, aprendía en la vida, para la vida. En este tipo de sociedad, la propiedad que se tenía era de uso y beneficio común, entonces, con este modo de actuar los niños y jóvenes iban asimilando el comportamiento de las generaciones anteriores. El hombre primitivo, como ser social, está modelado y configurado por la sociedad. El ideal pedagógico de esa época, el niño ya lo había recibido, ideal que consistía en ser consciente de que no había absolutamente nada superior a los intereses de su comunidad. Este tipo de educación espontánea de la comunidad primitiva, se fue transformando en la medida en que la sociedad se fue lentamente dividiendo en clases sociales.
La sociedad fue demandando diversidad de funciones para organizar variadas actividades que empezaron a fraccionarla, aparecieron directores y ejecutores, las funciones se volvieron hereditarias. Los prisioneros de las guerras ya no eran exterminados se volvieron esclavos y una mano de obra que aumento la productividad y por ende la comercialización de sus productos. Esto inauguró la tendencia de que el hombre explote al hombre.
(Ponce, 1941) Desde ese instante los fines de la educación ya no estaban para la totalidad de la sociedad. Entonces la desigualdad entre los organizadores y los ejecutores, trajo como consecuencia la desigualdad en la forma de educación para cada uno. Cada director educaba a sus parientes para el desempeño de las funciones que eran los que debían sucederles. “Para los desposeídos, el saber del vulgo; para los poseedores, el saber de la iniciación” (Ponce, 1941. p.50). Iniciaciones que fueron el germen de lo que después será la escuela para una clase. De esta manera los dos grupos tienen niveles bien distintos desde el punto de vista educativo. Los niños en esta época, se le da menos alimentos y se inician los castigos. “La educación sistemática, organizada y violenta, comienza en cuanto la educación pierde su primitivo carácter homogéneo e integral” (Ponce, 1941. p.51).
La clase superior (directores), aseguraban y conservaban sus privilegios por medio de la educación, convertida en un dogma pedagógico. Es decir, para los explotadores, riqueza y saber; y para los explotados, el trabajo y la sumisión. El saber se unió al poder puesto que el primero era propiedad de los poderosos; en lo referente a que solo ellos tenían y custodiaban el saber ya que el mismo aumentaba su poder.
La educación del hombre antiguo. Primera parte: Esparta y Atenas.
En Esparta, la lucha de clases no asoma mecánicamente junto con la división de la sociedad sino que es un proceso que se desarrolla paulatinamente; pero que existe, al principio con intereses de tipo económico y luego de tipo político. Junto con este desarrollo, aparece también el fenómeno de la clase en sí; que es aquella que busca conseguir mejoras económicas; y, luego aparece la clase para sí. La clase para sí es aquella que a la vez que busca intereses económicos, también es consciente del papel que le toca desempeñar en la sociedad. (Ponce, 1941). La vida del hombre se basaba para vivir y comercializar, mediante la producción agrícola utilizando la fuerza humana y ayudándose con los pocos aparatos que tuviese para tal labor. La guerra era sinónima de adquirir riquezas.
Los primeros en tomar conciencia, fueron los explotadores, al notar las ventajas de su dominio; y, que para asegurarlo tuvieron que crear los instrumentos que se lo aseguren. La Educación fue adecuada a esta situación y así sería impartida a los otros grupos. Entendieron, los explotadores que la educación para ser eficaz debe cumplir tres requisitos. “Para ser eficaz, toda educación impuesta por las clases poseedoras debe cumplir estas tres condiciones esenciales: destruir los restos de una tradición antigua; consolidar y ampliar su propia situación como clase dominante; prevenir los comienzos de una posible rebelión de las clases dominadas. Sobre el plano de la educación, la clase dominante opera así en tres frentes distintos, y aunque cada uno de estos frentes solicite vigilancia desigual según las épocas, la clase dominante no las abandona jamás” (Ponce, 1981, p.58). El ideal pedagógico no podía ser el mismo para todos, para los dominantes, será asegurar su dominio sobre el resto de la sociedad y para los dominados, aceptar este dominio como natural y ante el cual no hay como revelarse.
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