Educación En La Era De La Comunicación Y Globalización. Esperanza Para El Progreso O Mera Ilusión.
Enviado por PSICO702 • 25 de Abril de 2012 • 1.533 Palabras (7 Páginas) • 664 Visitas
Educación en la era de la comunicación
y
globalización.
Esperanza para el progreso o mera ilusión.
Marcela Herrera Muñoz.
1. Introducción
Dentro del marco de una tendencia global hacia los proyectos autosustentables la idea de una educación que también lo sea resulta algo más que atractiva. Es así como dentro de esta predisposición mundial, Edgar Morín plantea siete principios, o dicho en sus propias palabras “Los siete saberes necesarios para la educación del futuro”.
Hoy nos resulta casi imposible predecir los acontecimientos de orden social; los medios de comunicación persona – persona, actualmente no se limitan a un espacio territorial delimitado por el lugar en dónde se reside. En esta era de las comunicaciones globalizadas, y el incremento en el uso de las redes sociales que invaden campos y esferas cada vez más diversas, el tipo de interacción e intercambio de información no tiene límites. La convivencia entre diversas culturas e idiosincrasias es algo cotidiano entre las personas que hacen uso de estos sistemas comunicativos. En la actualidad para aquellos estudiosos del comportamiento humano y social hay retos cada vez mayores, pues estas nuevas relaciones globalizadas han dado muestras de ser capaces de generar movimientos masivos de todo tipo de los cuales no se tenían precedentes. Los cambios de ideologías se están generando a una velocidad que resulta difícil de alcanzar para muchos. Por ello uno de los desafíos más difíciles de la educación actual es el de transformar las perspectivas y evolucionar en cuanto a los métodos para el abordaje en esta naciente y creciente complejidad, con la rapidez en que se producen los cambios y lo imprevisible de los mismos.
2. Punto de reflexión.
Gracias a las redes sociales, los seres humanos hemos dejado de ser un punto lejano de otro punto en otra latitud. Hoy se podría suponer que estamos encaminados a lograr la utópica idea de ver al mundo con su gran diversidad como un todo.
“Cada parte del mundo hace cada vez más partes del mundo, y el mundo como un todo está cada vez más presente en cada una de sus partes Esto se constata no solamente con las naciones y los pueblos sino con los individuos. Así como cada punto de un holograma contiene la información del todo del cual forma parte, también ahora, cada individuo recibe o consume las informaciones y las substancias provenientes de todo el universo.” (Edgar Morín, 1999, Pag. 31)
Aunque esta primicia pudiese parecer alentadora, no podemos dejar de lado la contraparte negativa de esta tendencia. Anteriormente parecía imposible trasladarse dentro o hacia fuera de ciertas fronteras territoriales. Actualmente el acceder a una computadora conectada a internet, hemos sido capaces de derrumbar aquellas murallas que nos delimitaban. Pareciese que hoy estamos en un momento de plena libertad en donde cada quién se auto limita, y que tenemos la oportunidad de interactuar a grandes distancias. Pero lo que no deja de ser preocupante es que tan preparados estamos para asumir la responsabilidad de este tipo de libertad. Otra cuestión que también merece un análisis a profundidad es que tan verdadera es esta libertad.
Si el concepto de libertad nos remite a un nutrido abanico de aspectos de la vida humana que merecen considerarse, al definirla se puede caer en un discurso por lo más ambiguo. Frecuentemente se encontrará con definiciones que hagan referencia a la libertad de expresarse y actuar bajo la propia voluntad y mandato que aquel que la ejerce como parte de una propia voluntad; un estado en el que no hay quién te esclavice, a llevar una vida independiente. Y es precisamente dentro del concepto de libertad en el que vale la pena profundizar. Qué tan libres somos, qué tanto hemos a abierto las fronteras… o cuánto nos hemos esclavizado, qué tan estrecho se ha vuelto nuestro universo; verdaderamente somos independientes. Si bien las nuevas tecnologías son una gran herramienta de trabajo que acortan tanto el tiempo como la distancia entre el objetivo a alcanzar y nosotros, no podemos negar que a su vez estamos permitiendo que estas herramientas nos conviertan en pequeñas islas… entes encerrados en sí mismos, aislados de su entorno social, participes destacados en la era de la comunicación online, inmersos en la dinámica de convivencia en red con miles, pero solos en la práctica persona a persona. Nos sentimos felices y satisfechos de atravesar fronteras y recorrer grandes distancias en fracciones de segundos, pero al mismo tiempo creamos grandes murallas a nuestro alrededor cuando preferimos apartarnos frente a un ordenador e interactuar con alguien a miles de kilómetros pero somos incapaces de relacionarnos con la persona que está solo a unos cuantos
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