Educación Superior: Placer, Necesidad, Obligación O Moda
Enviado por juliocuas • 6 de Julio de 2013 • 1.802 Palabras (8 Páginas) • 316 Visitas
Educación superior: Placer, necesidad, obligación o moda
Por Julio Cuás
Los jóvenes dominicanos ingresan a la universidad por diversos factores de manera inconsciente como son la presión de los padres y la influencia social. Estos no permiten al joven tomar una decisión clara sobre lo que él o ella quiere y porque lo quiere. Comenzar los estudios superiores es un paso difícil, donde el placer y la obligación se combinan para dar unos resultados calificados por algunos como positivos otros como negativos.
Los jóvenes dominicanos que terminan sus estudios secundarios son impulsados a ingresar a la universidad por su ambiente social y especialmente por sus padres y amigos. De cada 10 jóvenes entrevistados 7 asegura que desea ingresar a la universidad, pero ¿Por qué solo 3 lo logran en nuestro país?
Es difícil para un adolescente cerrar el capítulo de su vida escolar y comenzar la vida universitaria, un mundo el cual no conocen y solo escuchan historias contadas de puntos de vistas muy diversos. Algunos tienen la idea de que solo van a obtener un título, otros que harán lo mismo que en el colegio y así son muchas las historias que puedo plantear que solo son una utopía, pero que se hace una falsa realidad en quien busca crearla. En realidad la educación superior tiene como propósito mejorar la calidad de los recursos humanos del país y generar las competencias necesarias para un adecuado y productivo desempeño en el medio laboral, familiar y social, que les permita el desarrollo de una vida digna y de calidad a los profesionales.
Pero, ¿Por qué voy a la universidad? Es una pregunta que queda en el subconsciente de cada estudiante que piensa ingresar a una alma máter pero que pocos se atreven a externar. Sin embargo, la sociedad da una respuesta contundente a esta manida pregunta y es que no queda espacio para dudar. Los jóvenes de una clase media alta y alta deben estudiar, y deben ser carreras entendidas como prominentes, usadas como paradigmas de éxito y reconocimiento de los demás, para así poder mantener el honor y el orgullo de la familia. Esto es uno de los factores más importantes de porque en República Dominicana el 75% del estudiantado se concentra en 15 carreras universitarias como se destaca en el Informe General de Estadísticas de Educación Superior 2006-2009.
De no ser así la familia del joven se siente defraudada y no complacida de la decisión tomada por la semilla que con trabajo y amor han sembrado y regado por los años del colegio. ¡Por suerte! Ya esta parte de la sociedad ha mostrado algunos cambios, comenzando a ser flexibles, pero en general lo más probable es que el hijo o hija termine estudiando el deseo de su padre o madre y de no ser así, reciban la amenaza de no ser apoyado o apoyada.
A pesar de que el estado en que se encuentra nuestro país no brinda muchas oportunidades hacia ciertas aéreas de estudio, algunos padres se sienten temerosos y por eso deciden ser tan insistentes en orientar a sus hijos en la decisión, aunque esto ya ha venido cambiando, eliminando este temor y dejando la oportunidad a los padres de ser más liberales.
Nuestra nación, tiene el dolor de conocer su realidad, pero la posibilidad de cambiarlo, la educación pública está muy por debajo de las demás naciones en cuanto a calidad se refiere, como se ha demostrado por múltiples estudios. Lo penoso de esta situación es que casi la totalidad de la clase baja y media baja solo tienen acceso a esta educación, estos jóvenes llegan con dificultades a las universidades para comenzar sus estudios superiores, deben trabajar para cubrir sus gastos y esto puede dejarlos agotados para realizar la doble acción en el día de trabajar y estudiar o su baja preparación académica no les permite obtener los recursos económicos necesarios para poder estudiar, lo que puede acarrear una depresión por no poder continuar con sus anhelos.
También es común que estos jóvenes no tengan el deseo de ingresar a una alma máter, sino que prefieren tomar el camino fácil y no seguir el camino del empeño que significa estudiar. Si es cierto, que hay un sin número de estas personas que han sabido crecer, trabajar y lograr sus metas, que a pesar de la baja preparación media, con esfuerzo, trabajando con una buena escala en valores, han logrado no simplemente ingresar a la universidad sino que también terminarla y ser grandes figuras de nuestra sociedad, argumento usados por muchos para defenderse.
Lamentablemente este no es el caso de la mayoría, y aunque actualmente se trabaja para que sea lo contrario solo un 30% de los estudiantes de clase baja que desean ingresar a la universidad lo logran. A diferencia de un 40% en la clase media y muy distante del 100% de la clase alta.
Uno de los mayores problemas en este tema es que el ambiente es muy definitivo al momento de tomar la decisión de ingresar a la universidad, como dice el famoso dicho: “Una manzana podrida daña toda la canasta”. Y es que no es lo mismo cuando el joven se encuentra dentro de un grupo con buena posibilidad económica y un ambiente de alta educación, donde la mayor parte de sus compañeros están pensando en ser exitosos en las grandes empresas nacionales, cursar estudios avanzados en el exterior, etc. Por simple deseo de inclusión social este joven tratará de seguir los pasos e ingresará a la universidad, y de quedarle algunas
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