Educación Y Pedagogía: Una Diferencia Necesaria
Enviado por jenrrivillalobos • 21 de Junio de 2014 • 7.194 Palabras (29 Páginas) • 381 Visitas
HACIA LA CONSTRUCCIÓN DE UN CAMPO CONCEPTUAL PLURAL Y ABIERTO PARA LA PEDAGOGÍA: APROXIMACIONES METODOLÓGICAS
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Por: Olga Lucía Zuluaga Garcés (Profesora de la Facultad de Educación de la Universidad de Antioquía. Medellín. Dirección electrónica: olgaluz@epm.net.co)
Estas reflexiones tienen como propósito central la necesidad de construir un campo conceptual plural y abierto para la Pedagogía, donde dialoguen los principales paradigmas del presente, desde problematizaciones que convienen a las tareas de reconceptualización del campo y a la superación de problemas planteados desde dentro y desde fuera de los paradigmas. Tal cometido, por sus finalidades y su objeto de análisis, demanda un conjunto metodológico plural donde confluyan la Epistemología, la Arqueología, la Genealogía y la Historia de Conceptos. El presente esbozo contempla en particular la historia de conceptos.
El campo conceptual de la Pedagogía serviría no sólo a la actividad epistemológico crítica, sino también a las elaboraciones teóricas y problematizadoras en Educación y Pedagogía. En cualquiera de estos casos, y ante la eclosión de la investigación educativa y pedagógica, es imperante preguntarnos: ¿cuáles son los conceptos que permiten mayor comunicación con otras ciencias?. Se trata de contribuir al esbozo de tal campo conceptual que se articularía a los diversos paradigmas mediante series de conceptos, dejando atrás aquellos enunciados que, comprometidos con las demarcaciones paradigmáticas, se alejan de las posibilidades de funcionar en otros campos del conocimiento.
El camino aquí esbozado, de ninguna manera, pretende abandonar los trabajos anteriores donde se le ha trazado a la Pedagogía un campo propio alrededor del concepto de enseñanza, mas bien se dirige al encuentro, a la interacción de la Pedagogía con otros conceptos que contribuyan a reflexionar sobre sus condiciones de existencia en el presente, adoptando para esta labor una perspectiva metodológica plural y persistiendo en los cauces de la memoria activa del saber pedagógico.
Aunque los paradigmas se conforman y suceden en temporalidades específicas algunos de sus conceptos, o métodos, pueden pervivir e insertarse en nuevas configuraciones del conocimiento. La Pedagogía ha tenido diversas construcciones que se reconocen como ciencias y que han llegado a convertirse en paradigmas durante lapsos significativos. Sin pretender un seguimiento detallado de los mismos, se puede hacer un acercamiento a diversos problemas teóricos del presente, mostrando la importancia de recurrir a la memoria activa del saber pedagógico para dilucidarlos.
En primer lugar, la Pedagogía, tal como la planteó Herbart, se presenta como un conocimiento con pretensiones de sistematicidad. El proyecto herbartiano aspiraba a que la Pedagogía tuviera un círculo propio de investigaciones, lo cual la haría independiente de su frágil condición, en aquel entonces, de lejana provincia conquistada. Esta fue la percepción de Herbart quien trató de fundamentar la Pedagogía en la psicología y en la ética.
En su cometido, J. F. Herbart siguió los lineamientos kantianos, propios del círculo ilustrado prusiano, que entendía la educación del género humano como incremento progresivo de cultura y moralidad. Para Kant la Ilustración y, por tanto, la educación, posibilitan al hombre distanciarse de la naturaleza y forjar un mundo humano en el que ya no gobiernan las leyes trazadas por la naturaleza sino la moralidad que surge de la libertad.
De esta forma, los rumbos de la Pedagogía quedaron imbricados en los principios de la Ilustración. Por ello, Herbart quiso fundamentar la Pedagogía en la ética y en la psicología, y mediante los conceptos de disciplina e instrucción, buscaba como finalidad la moralización de la humanidad. De ahí su proyecto de ligar su teoría a los fines de la educación que debían estar en las bases de una Pedagogía General. Así, Herbart ubicó al hombre en el proyecto de una humanidad perfectible y, a la vez, de un individuo que necesitaba de la instrucción para alcanzar su condición de hombre educado.
Para elevarse a la condición de ciencia, la Pedagogía de Herbart debía suprimir la dicotomía entre disciplina e instrucción. Al hombre ilustrado era preciso moralizarlo e instruirlo. En realidad, la Pedagogía herbartiana pretendió hacer teoría de la educación, en cuyo centro se encontraban la formación y los conocimientos, entendidos estos últimos como contenidos de la instrucción.
El auge de las nuevas tecnologías reactiva el concepto de instrucción en la medida en que éstas producen situaciones de aprendizaje en las cuales el medio y el contenido interactúan con el alumno de manera más estrecha que el mismo maestro. Sin duda, la situación nos hace retornar a la unidad entre educación e instrucción elaborada por la pedagogía herbartiana para dilucidar los problemas de la enseñanza en la actualidad que, de todos modos, aunque deben resolverse a partir de conceptos del presente, encuentran un suelo de posibilidad en el saber pedagógico, donde todavía hay potencia para comprender e interrogar lo que nos está sucediendo.
Otro paradigma, cuyos trazos todavía se perciben, se conformó a finales del siglo XIX con el surgimiento de las ciencias humanas y el auge de los nuevos modelos de las ciencias experimentales. Allí la Pedagogía tomó nuevos caminos trazados desde la biología que, a su vez, siguió los pasos de la medicina experimental de Claude Bernard. Como consecuencia, la Pedagogía, profundamente imbricada con la filosofía desde Kant, trasladó sus modos de conceptualizar a los modelos de las ciencias naturales; el nuevo estatuto de la Pedagogía se derivaba, entonces, de los avances del evolucionismo y del positivismo.
Según este paradigma, la Pedagogía pasó a ser ciencia de la educación y, en particular, ciencia de los hechos educativos captados a partir de los registros fisiológicos y cuantitativos. De este modo, se convirtió en patrimonio de los médicos y fisiólogos como Binet, Decroly, Montessori. La Pedagogía, así delimitada, se dedicó a establecer un marco para la experiencia y lo basó en el análisis estadístico de la pluralidad de los fenómenos que abarcaba el hecho educativo.
De estos grandes corpus o grandes relatos, como dirían los críticos de la modernidad, se ocuparon durante mucho tiempo la Historia de la Educación y la Pedagogía y su mayor efecto fue el de conservar, aunque de manera pasiva, la tradición del pensamiento pedagógico. Después de los años sesenta cuando entró en crisis la Historia de las ideas pedagógicas ante el surgimiento de la Historia Social de la Educación, el acercamiento a la Pedagogía se produjo a través de la obra
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